Las 8 consecuencias de quedarse sin combustible (mecánicas y legales)

Aunque no sea el percance más habitual y se pueda prevenir, no quiere decir que alguna vez, por despiste, ocurra. Por este motivo, hay que tener siempre en cuenta las consecuencias mecánicas y legales de quedarse sin combustible.

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Como humanos que somos, nunca estamos libres de cometer errores en cualquiera de sus formas. No hablemos ya cuando tenemos a nuestro control un automóvil y hay que estar pendiente de varias cosas al mismo tiempo. Una de ellas es el combustible y el estado actual de su depósito.

Aunque nos podemos anticipar a que se vacíe al ver en todo momento lo que le queda, siempre cabe la posibilidad de no prestarle la atención que merece su estado y olvidarse de ir a repostar por puro despiste. Por ello, es importante tener en cuenta las consecuencias mecánicas y legales de quedarse sin combustible mientras conducimos.

¿Qué me puede pasar si me quedo sin combustible conduciendo?

Tras esta introducción, en TopDriverz vamos a pasar a la acción para enumerar cada una de las 8 consecuencias mecánicas y legales que supone quedarse sin combustible.

1. El coche sufre tirones y se “ahoga”

El fenómeno más inmediato que tiene lugar cuando un coche se queda con el depósito vacío es que el motor se apaga tras haber dado varios tirones y comportarse de una manera parecida a un ahogo. El alternador, en el caso de los de combustión interna, deja de producir electricidad y esto, a su vez, implica que la totalidad de sistemas que integran la unidad se apaguen, servodirección y servofrenos incluidos.

Sin alternador, lo que pasa es que el sistema eléctrico recurre a la batería para alimentarse, pero esta tiene una duración limitada. Si la dirección asistida fuera de carácter eléctrico, la batería se puede descargar y entonces también se puede llegar a perder, y lo mismo sucede con los sistemas de ayuda a la conducción que se nutren de la electricidad.

Por esto último, las maniobras de giro y freno serán mucho más difíciles de llevar a cabo, lo que puede suponer un gran peligro si se circula a una cierta velocidad en un escenario de tráfico por la torpeza, lentitud e ineficacia de las respuestas del vehículo a las órdenes del conductor.

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2. La bomba de combustible queda dañada

Mecánicamente hablando, lo que ocurre es que la bomba de combustible resulta dañada, lo que se debe a su ubicación en el interior del depósito y al hecho de que dicho combustible se comporta como un líquido refrigerante. Por ello, si no la cubre, entonces se sobrecalienta y probablemente fallará.

3. Suciedad y obstrucción del resto del sistema transmisor de combustible al motor

Los demás componentes que se integran en el sistema encargado de transmitir el combustible al motor puede llegar a ensuciarse o incluso obstruirse, lo que a su vez hace prácticamente imposible que el coche pueda arrancar al no llegar gasolina ni gasoil a los cilindros. Esto pasa porque en los depósitos de combustible se acumulan impurezas a medida que pasa el tiempo porque, a su vez, los carburantes líquidos disponen de residuos sólidos que van quedando guardados poco a poco en el tanque.

Si se apura tanto como para que pase hasta la última gota, con esas impurezas pasará lo mismo y ensuciarán todo el sistema. Como humanos que somos, nunca estamos libres de cometer errores en cualquiera de sus formas. No hablemos ya cuando tenemos a nuestro control un automóvil y hay que estar pendiente de varias cosas al mismo tiempo. Una de ellas es el combustible y el estado actual de su depósito.

Aunque nos podemos anticipar a que se vacíe al ver en todo momento lo que le queda, siempre cabe la posibilidad de no prestarle la atención que merece su estado y olvidarse de ir a repostar por puro despiste. Por ello, es importante tener en cuenta las N consecuencias mecánicas y legales de quedarse sin combustible.

4. En un diésel, todo es más enrevesado

Por su fisonomía, en un motor que se nutre del diésel el procedimiento para solucionar los problemas de quedarse sin combustible es más tedioso que el que hay que llevar a cabo con un coche de gasolina. Para ser exactos, lo que ocurre en su caso es que el aire entra en el circuito del motor sin energía y el sistema de inyección no es capaz de arrancar con suficiente fuerza.

No obstante, la solución al problema es más complicada, sobre todo cuando se tratan de motores turbodiésel de inyección directa. En este último supuesto, lo que hay que hacer es ir al taller para volver a llenar el sistema de combustible, de manera que el gasoil pueda llegar a los inyectores. Una vez allí, conviene echar un vistazo al estado de la batería, la bomba de combustible o el motor de arranque.

De esta forma, el usuario puede anticiparse a futuras averías derivadas de esta situación. También es aconsejable reemplazar el filtro del combustible para acabar con las impurezas que proceden del depósito.

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5. Si el coche es antiguo, hay corrosión

Si el compañero de cuatro ruedas lleva ya muchos años y kilómetros a sus espaldas, lo que puede ocurrir, además de lo comentado ya, es que sufra corrosión en los conductos y en el filtro.

6. No hay sanción por quedarse sin gasolina o combustible

El mero hecho de quedarse con el depósito vacío no implica una sanción económica por sí misma, sino todo lo que implica a posteriori. Por ejemplo, aparcar el coche en una ubicación no habilitada para ello puede suponer 200 €, y si además el usuario ha tenido que hacer una maniobra irregular y le han pillado las autoridades, ahí van otros 200 €.

El artículo 90 del Reglamento General de Circulación de la Dirección General de Tráfico (DGT) establece que “la parada o el estacionamiento de un vehículo en vías interurbanas deberá efectuarse siempre fuera de la calzada, en el lado derecho de ésta y dejando libre la parte transitable del arcén”. Si se vulnera, salvo en caso de avería o accidente, supone esos 200 € pero no la pérdida de puntos en el permiso de circulación.

No obstante, es posible librarse de una multa si se actúa con rapidez: bien llamando a la grúa para que se lleve el vehículo hacia la gasolinera más cercana y poder repostar después, hacer lo propio con una persona de confianza para que lleve gasolina o gasoil suficiente para reanudar la marcha o que el usuario lleve un recipiente de esto a bordo y llene el depósito por su propia cuenta.

7. Todo lo que se haga, que sea con chaleco reflectante

Otra situación propensa a cometer una infracción merecedora de sanción es la de no emplear el chaleco reflectante a la hora de salir del coche y emprender las acciones ya mencionadas. Si al usuario se le olvida esta prenda en el interior del vehículo o en el maletero, acarrea de nuevo 200 € de multa y aquí sí que se pierden puntos en el carnet de conducir, concretamente tres. La misma cuantía supone una obstrucción de la circulación.

No obstante, el chaleco no es lo único que debe emplearse ante este tipo de situaciones, sino que los triángulos de preseñalización también han de utilizarse. De no hacerlo, entonces puede caer una sanción de 80 €, bien adicionales si va acompañada de alguna de las otras, o única si es lo que le ha faltado solamente por usar al conductor.

Estos deben de colocarse a 50 metros por delante y por detrás del coche y se tienen que poder ver por el resto de usuarios desde al menos 100 metros de distancia. En el supuesto de que la vía sea de único sentido o que tenga más de tres carriles, tan solo hay que poner uno.

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8. Comprar un envase incorrecto con combustible implica una multa mucho mayor

Todas las sanciones ya comentadas son muy poca cosa al lado de la que se va a explicar a continuación. La normativa de la DGT contempla la posibilidad de que el conductor acuda a una gasolinera a comprar un envase de combustible sin que el envasado sea el correcto. Lo que puede ocurrir en este contexto es que se enfrente a un castigo económico cifrado en 3.000 €. Vamos, para caerse para atrás.

¿Cómo puedes evitar una multa por quedarte sin combustible?

Tras todo lo comentado hasta ahora en materia de consecuencias mecánicas y legales de quedarse sin combustible, ahora conviene enumerar una serie de consejos para evitar enfrentarse a esa situación.

1. Llamar al seguro

Con el fin de ahorrar una cantidad de dinero también, es importante tratar de contactar con la compañía aseguradora del vehículo y, de esta forma, averiguar de qué manera nos pueden ayudar.

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2. No molestar a la circulación

Como ya se ha dicho, detener el coche en un lugar susceptible de obstruir la circulación implica una sanción económica, por lo que si es inevitable detenerlo, hay que tratar de colocarlo en un sitio que no entorpezca la marcha de los demás.

3. Acudir a la estación más cercana

Si la suerte ha querido que el coche se detenga relativamente cerca de una gasolinera y fuera de la carretera, es una buena idea acercarse a comprar una garrafa homologada para rellenar el depósito de manera ágil y rápida, así como para reanudar la marcha lo más pronto posible.

4. Chaleco y triángulos, esenciales

Ya has visto lo que pasa si prescindes de ellos, así que si te has quedado parado en el arcén de una vía utilízalos correctamente.

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