¿Para qué sirven las llantas? ¿Qué funciones realizan?

Aunque solemos percibirlas solamente como una mera cuestión de estética en nuestro vehículo, las llantas son mucho más que eso.

Llantas

Más allá de ser uno de los pilares básicos que conforman la estética decorativa de un coche, las llantas son un elemento vital para que nuestra conducción sea lo más adecuada, segura y eficiente posible. Así que, del buen mantenimiento de las llantas, dependerá en gran parte la adherencia al asfalto de nuestras ruedas. De ahí que tengan un papel protagónico en lo relacionado con el contacto directo entre el vehículo y la superficie.

La fiebre del SUV no solo ha removido todos los segmentos hasta ahora conocidos, sino que ha impuesto nuevas normas que dictan la evolución estética de los coches. Pero bueno, para algo existen las modas, ¿no? Tal como vienen, se van, ¡eso no es problema!

El problema se origina cuando los compradores dejan en un segundo plano la seguridad para poner por delante la estética y el diseño del coche. Pero tranquilos, la culpa no es nuestra, sino de los fabricantes: desde hace unos años, las marcas basan sus campañas publicitarias en la estética y lo bonito que luce el coche por la ciudad. Hablando poco o nada, de las prestaciones que puede ofrecer ese modelo en comparación a otros en términos de seguridad. De esta manera, lo que está sucediendo es que cada vez más, los usuarios están más desinformados de las funciones esenciales que desarrollan ciertos elementos mecánicos que conforman la columna vertebral de un vehículo.

De las mayores víctimas (si no la mayor) del postureo SUV por así decirlo, son las llantas: uno de los elementos más importantes de nuestros vehículos en lo que a seguridad se refiere, y, actualmente, sólo son vistas como elementos decorativos que nos distinguen y nos dan más “rollazo” que el resto de conductores en la carretera.

¿Qué son, para qué sirven y qué funciones realizan las llantas?

Déjanos decirte que las llantas van mucho más lejos de una simple función decorativa. Más allá de marcar territorio vayas dónde vayas y de pensar que todo el mundo te mira las llantas, la realidad es que éstas son esenciales para que nuestra conducción sea segura, adecuada y fiable. Las llantas son las piezas metálicas en las que se asientan los neumáticos y están diseñadas para soportar el peso del vehículo, absorber los impactos de la carretera, transmitir la tracción, recibir la fuerza del par motor al cambiar la marcha, absorber la fuerza de frenado al asfalto y mantener la dirección de la marcha.

Para cumplir estas funciones (que detallaremos a continuación), las llantas están compuestas junto a los neumáticos, elaborados con un hule flexible que se rellena de aire comprimido. Las cámaras de aire de una llanta sirven para mantener una presión de aire óptima para soportar el peso del vehículo; no obstante, no es lo suficientemente resistente como para soportar los daños o impactos que reciba, ¡ojo a los bordillazos!

A pesar de todo, no son tan sensibles como pensamos, bien es cierto que el conjunto llanta/neumático es el encargado de soportar todo el peso del coche (que no es poco), pero pueden resistir los impactos externos y el desgaste. Por ello, es necesaria una estructura sólida ya sea de: aluminio, acero, fibra de carbono, magnesio o aleación, para garantizar que las llantas están montadas sobre los rines. Es por ello que con la creciente demanda de vehículos de altas prestaciones, y la moda de los SUV y los crossover, se están desarrollando una gran variedad de tipos y tamaños de llantas con funciones y rendimientos muy determinados.

Llantas Audi

Pero, ¿qué funciones desarrollan las llantas? ¡Vamos a verlo!

1. Guiar

Una de las funciones principales de la llanta, es la de guiar el neumático con precisión según la dirección que marque el vehículo independientemente del terreno o climatología. La estabilidad de la trayectoria del coche depende del estado y comportamiento de la llanta. Es por ello que las llantas soportan grandes esfuerzos transversales sin modificar la trayectoria de la dirección. En relación, cada vehículo tiene una presión particular de inflado por eje debido a las diferencias de peso entre unidades y modelos.

2. Soportar

Relacionado con el peso del vehículo, las llantas también tienen la función de resistir las sobrecargas dinámicas que provocan las distintas situaciones en carretera: aceleración, frenada y en parado. Cuando el coche está parado, las llantas soportan todo el peso del chasis y, en movimiento, deben resistir las transferencias de cargas que provocan la aceleración y el frenado. Ten en cuenta que una llanta soporta más de 50 veces su propio peso, por lo que es muy importante no castigarlas con una conducción agresiva.

3. Amortiguar

Además de soportar más de 50 veces su propio peso, las llantas deben absorber las irregularidades de la carretera de la manera más óptima posible, para ofrecer el máximo confort posible y duración de los elementos mecánicos al vehículo. Con esto último nos referimos a que las llantas de un vehículo contribuyen a alargar la vida útil de la mecánica del coche. ¿Por qué? Porque las llantas “protegen” a los elementos mecánicos de los impactos producidos por las irregularidades del asfalto.

4. Rodar

Las llantas contribuyen a mejorar el rodamiento de los neumáticos por el asfalto procurando ofrecer una regularidad en todo su recorrido. Su función durante el rodamiento es que el neumático ruede lo más regular posible, con la menor resistencia al rodamiento y de la manera más segura para ofrecer el mayor confort y ahorro de combustible durante la marcha durante el máximo tiempo posible.

5. Transmitir esfuerzos

Una de las funciones principales de las llantas es transmitir la potencia útil del motor, los esfuerzos de frenado, aceleración y los esfuerzos en curva. Así que cuantos más centímetros cuadrados de contacto con el suelo por parte del conjunto neumático y llanta, el nivel de transmisión de esfuerzos será más óptimo.

6. Durabilidad (conservar las propiedades al mejor nivel)

La última función de las llantas (pero no menos importante), es la de conservar sus propiedades (y la del neumático) al mejor nivel durante el máximo de vueltas de rueda posibles. El desgaste de las llantas dependerá en parte de sus condiciones de uso, es decir: un exceso de carga contribuirá a un mayor desgaste debido al incremento de peso que éstas deben soportar; una mayor velocidad irá relacionada con una frenada más brusca lo que conlleva un desgaste apresurado; un estilo de conducción agresivo provocará un acortamiento de la vida útil de la llanta; y, una conducción por superficies irregulares en mal estado, llevará al límite todas las funciones descritas anteriormente que deben cumplir éstas.

Cabe destacar que la calidad del contacto con el asfalto (superficie en peor o mejor estado) y la presión de las llantas, juegan un papel esencial en la distribución de esfuerzos sobre los distintos puntos de la llanta en contacto con la carretera. La presión del neumático condiciona todas las 5 funciones mencionadas anteriormente: guiar, soportar, amortiguar, rodar y transmitir esfuerzos. De ahí que una presión incorrecta, sea capaz de degradar las propiedades de las llantas haciéndolas susceptibles a golpes y rasguños que incrementan el deterioro y reducen la funcionalidad de ellas.

¿Y ahora qué? ¿Sigues pensando que las llantas tienen más bien una función decorativa?

Más allà de la función decorativa que tiene este elemento, el diseño de la llanta también está pensado para amortiguar las irregularidades del asfalto. Pero como has visto no son una, sino seis, las funciones que tienen las llantas. Resumiendo: las llantas son esos elementos metálicos de la rueda en la que ésta se asienta, procuran garantizar la seguridad, el confort, la mecánica y el ahorro de combustible durante la conducción.

Están muy vinculadas a los neumáticos, por lo que el control de la presión del inflado de manera regular es necesario para contribuir a la multifuncionalidad de las llantas. Debes tener en cuenta que ambos elementos se retroalimentan (son dependientes uno del otro) y que con el paso de los kilómetros, el riesgo a un mayor deterioro y posibles daños incrementa. Por lo que nuestra recomendación, es fijarse de tanto en cuando en ver si las llantas tienen rasguños o abolladuras, ya que podrían condicionar la presión de los neumáticos y empeorar notablemente las funciones descritas que ofrece dicho elemento.

Por otro lado, los neumáticos son el único elemento en contacto directo con la carretera, por eso insistimos en que se debe revisar su estado y cuidar que su presión sea la adecuada (es fundamental).

De las llantas dependen muchos aspectos, pero uno de los que quizás más miedo da sea el de la mecánica. Todos sabemos que existen averías mecánicas que cuestan un ojo de la cara. Pues bien, déjanos decirte que algunas de ellas se inician por un mal estado de las llantas. ¿O ya no recuerdas que soportan y amortiguan todo el peso de los elementos mecánicos? De ahí, que cuidar aquello que trabaja para amortiguar y reducir el impacto que puedan recibir tan costosas piezas, sea una buena idea para no ir de disgusto en disgusto siempre que vayas de visita al mecánico.

Así que aplícate este consejo: ¡revisa periódicamente el estado de las llantas! algunas de las averías más costosas son provocadas por aquellos pequeños golpes que no le das importancia durante la conducción... ¡Ojo con los bordillazos!

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