Las 5 diferencias entre motor atmosférico y turboalimentado (y cómo funcionan)

Dentro de la amplia oferta de motores que existen, hay dos gasolina que destacan: uno que se alimenta del aire exterior y otro sobrealimentado mediante uno o varios turbocompresores. Veamos cuáles son sus diferencias más importantes.

Diferencias motor atmosférico turboalimentado

A diferencia de hace 20 años atrás, existe una asombrosa variedad de motorizaciones capaces de adaptarse a las necesidades de cada usuario. A la tradicional batalla por la cuota de mercado entre el diésel y la gasolina, ahora hay que añadir un competidor que pretende (a largo plazo) cambiar radicalmente el parque automovilístico: el motor eléctrico.

Sin embargo, para hacer frente a la más que instaurada dicotomía entre motores diésel y gasolina se necesita paciencia, tiempo y acuerdos. Por ello, a pesar de que ahora se suman con fuerza los motores híbridos en sus diferentes versiones, los eléctricos con mejoras en la autonomía de sus baterías e, incluso, algún motor con pila de hidrógeno. En la actualidad, sigue reinando el motor de combustión de toda la vida (y así seguirá).

Estas nuevas versiones potenciadas por la normativa Euro, de momento, están lejos de sus versiones definitivas. De modo que aún no se han asentado del todo en el mercado internacional, no obstante, las cifras no engañan y su crecimiento es exponencial y positivo. De ahí que cada noticia relacionada con la contaminación para los motores diésel, sea una puñalada en el corazón para sus fabricantes. Ahora bien, los motores de gasolina (por suerte) se encuentran en un punto medio que les brinda cierta inmunidad frente a la lluvia de discursos ecológicos (de momento).

Todas estas nuevas normativas de contaminación han provocado que las marcas reduzcan la potencia de sus vehículos y, además, los vendan a un precio más elevado debido a los reajustes para cumplir las directrices internacionales. De modo que los motores atmosféricos clásicos, a diferencia de los turboalimentados o sobrealimentados, han perdido terreno y están siendo reemplazados por estos últimos. Pero, ¿qué diferencias existen entre ellos? ¿Uno es mejor que el otro? Vamos a verlos.

¿Qué es un motor atmosférico?

Los motores atmosféricos o de aspiración natural son aquellos que se caracterizan por no tener turbo y, en consecuencia, necesitar mucha más cilindrada para conseguir la potencia necesaria. El funcionamiento de un motor atmosférico es simple: el aire que recibe del exterior entra por la admisión de la presión atmosférica (de ahí su nombre). En relación, su mayor potencia la desarrolla a altas vueltas (rpm), por lo que siempre va a depender de la cilindricidad que tenga. De ahí, que cuando mayor sea la cilindrada, más potencia podrá desarrollar porque más aire entrará por la admisión.

Principalmente, el motor atmosférico depende de la presión atmosférica y de la temperatura que tenga el aire aspirado: cuanto más frío, mejor, ¿por qué? Porque habrá más cantidad de oxígeno en la mezcla y obtendremos una mejor combustión, lo que se traduce en una potencia optimizada.

Por lo tanto, la potencia que puede desarrollar un motor de aspiración natural (atmosférico), depende directamente de la temperatura del aire que entra en los cilindros. Por ejemplo: suele notarse grandes diferencias según la altura respecto al nivel del mar, ya que a más altura menos oxígeno.

Motor atmosférico

¿Qué es un motor turboalimentado?

Los motores turboalimentados se diferencian de los atmosféricos por tener un elemento en particular que el otro no tiene: el turbocompresor. Dicho mecanismo, logra que la presión de admisión sea mayor (gracias a una turbina) que a la presión atmosférica, es decir, el aire que entra del exterior se “adultera” mediante un turbo. En consecuencia, el motor ya no depende de la presión atmosférica y de la temperatura que pueda tener el aire; con ello, logramos reducir la pérdida de rendimiento que se daba con los atmosféricos cuando se encontraban en un contexto determinado: grandes alturas y/o zonas calurosas.

De ese modo, los motores turboalimentados necesitan menos cilindrada para conseguir la máxima potencia, ya que el aire que recibe la mezcla pasa previamente por un turbocompresor, y entra y sale muy rápidamente de las cámaras de combustión interna.

Motor turboalimentado

¿En qué se diferencian un motor atmosférico y un turboalimentado?

Como hemos visto, en un motor atmosférico el aire llega a los cilindros por presión atmosférica (admisión), en cambio, en el caso de los motores turboalimentados, el aire pasa previamente por una turbina para proporcionar el aire a presión. Lo que se traduce en que los motores actuales, la presión se incrementa entre 0.5 y 1.5 bares en comparación a la atmosférica.

A continuación, expondremos por puntos, las diferencias entre un motor atmosférico y uno turboalimentado para entender un poco más cada uno de ellos.

1. El motor turbo ofrece un mayor rendimiento

A la hora de detectar las diferencias en cuanto a rendimiento, hay que fijarse en la respuesta que da el coche cuando se conduce a bajas y medias revoluciones. Un motor turbo es mucho más potente que un atmosférico a revoluciones “normales”; en términos medios, los atmosféricos se encuentran en clara desventaja con respecto a un motor turbo.

No obstante, para gustos colores, es decir, hay defensores para cada tipo de motor. Existen conductores que prefieren estirar cada marcha al límite para alcanzar el máximo de revoluciones por minuto mientras escuchan como su motor atmosférico ruge. Por otro lado, hay personas que están enamoradas de la patada o empujón final que da el turbo y ese fino ruido que tanto lo caracteriza cuando se activa.

En definitiva, lo que sí que es cierto es que los motores tubos ofrecen un mayor rendimiento ya que el tirón se da a bajas y medias revoluciones, mientras que los atmosféricos, debemos llevarlos a altas revoluciones para destapar toda su potencia.

Motor turbo rendimiento

2. Los motores turbo requieren de un mayor mantenimiento

Es evidente que los motores turbo necesitan un mantenimiento mucho más controlado y minucioso, ¿por qué? Muy sencillo, porque el motor turbo se compone de más piezas que un motor atmosférico. Para que el turbo no se estropee, nuestra recomendación es prestar especial atención a los cambios de aceite, de esta manera, estaremos consiguiendo que todas las partes del motor lubrican perfectamente y, por consiguiente, alarguemos la vida útil de los componentes.

3. Las diferencias de consumo son notables

El hecho de proporcionar una mayor cantidad de gases dentro de cada cilindro, implica un mayor rendimiento de la mecánica, por lo que, un motor turbo, a iguales condiciones de tamaño y peso respecto a uno atmosférico, será más potente a bajas/medias revoluciones y requerirá de menor cantidad de combustible para funcionar.

Visto lo visto, no debería haber ninguna duda a la hora de elegir uno de los dos motores, sin embargo, los atmosféricos tienen una última bala guardada que los hace aguantar en el mercado. La entrada de aire y la compresión de manera natural ofrece dos ventajas frente a los motores turbo: su sonido y, por otro lado, la suavidad de funcionamiento junto a un régimen de revoluciones que para cualquier motor turbo, es inalcanzable llegar.

Consumo coche

4. Los motores son mucho más suave (curva de par motor lineal)

Otra de las diferencias destacables entre ambas motorizaciones son las sensaciones al volante que ofrecen cada uno de ellos. Quizás sea la diferencia más subjetiva, pero la mayoría de conductores dicen que los motores turbo son más divertidos de manejar ya que hay un tiempo, o un momento en el régimen de revoluciones, en los que por mucho que insistas pisando el acelerador, no encontraremos ese “tirón” de potencia hasta que se active el tubo.

En cambio, un motor atmosférico no tiene ese momento de retraso en la entrega de potencia. De ahí, que su curva de par motor sea mucho más regular, suave y progresiva que la de un motor turbo.

En definitiva, al conducir un motor tubo notarás como la conducción es mucho más agresiva y energética (no tiene porque ser más deportiva). En el caso de los atmosféricos, las sensaciones al volante son bien distintas, ya que brindan una mayor regularidad y suavidad a la hora de subir revoluciones y entregar la potencia máxima.

5. Los motores turbo son menos ruidosos que los atmosféricos

Como hemos dicho anteriormente, los motores turbo hacen circular el aire expulsado de la cámara de combustión a través de una turbina, en consecuencia, el sonido que emite el vehículo se ve notablemente reducido. Es tanta la bajada de sonido, que ha sido necesario en los últimos años recurrir a varios tipos de escape deportivos, o sistemas de sonido modificados, que emitan un ruido parecido al de un motor atmosférico para que el vehículo consiga transmitirnos esa sensación de conducción tan placentera al volante.

Para que nos entendamos, la diferencia de sonido recae en que los gases de escape de un motor atmosférico circulan libremente por el tubo de escape sin turbos, catalizadores o silenciadores. Esto se traduce en ese sonido celestial que a todo amante del mundo del motor le gusta, sea cual sea las prestaciones del motor atmosférico.

Silencio coche
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