Los 5 tipos de batería del coche (y sus características)

La batería es el componente que aporta la energía necesaria para que el vehículo se ponga en marcha, así como a los elementos que necesitan electricidad para darle al usuario la mejor experiencia. Por ello conviene conocer las distintas que hay.

tipos bateria coche

En este portal ya se resaltó la importancia que tiene la batería en el buen hacer de un vehículo a lo largo del artículo con consejos para alargar su vida útil en el tiempo. En esta ocasión, desde Topdriverz se va a analizar los 5 tipos de batería del coche que se pueden encontrar en el seno de un automóvil.

Aunque pueda parecer lo contrario, la variedad que existe es relativamente grande. Y es que, por ejemplo, no son las mismas para un vehículo que se dota de gasolina en el combustible que para otro que hace lo propio gracias al diésel. Y esa diferencia es aún mayor si se compara con la de los novedosos e innovadores modelos eléctricos que cada vez son más protagonistas en las carreteras y en las ciudades. Eso sí, has de saber que el promedio de vida útil que tiene una batería para un coche es de cuatro años.

¿Qué clases de baterías puede haber en un coche?

Tras lo dicho en la introducción, es el momento de pasar a la acción y analizar en detalle cada una de las tipologías que se pueden observar, así como el aprovechamiento que se hace de ellas generalmente.

1. Batería de calcio

Se llaman así porque sus placas están fabricadas con una aleación de esta sustancia presente en rejillas especiales sumergidas en electrolito de agua-ácido, lo que además le permite que pierda una menor cantidad de fluido, concretamente sobre un 80 % menos, lo que es un gran ahorro. Las burbujas que fluyen son las que se encargan de mezclar las distintas densidades de los ácidos.

Otra ventaja que ofrece es una mayor resistencia frente a la corrosión, lo que se traduce en un ciclo de vida útil más extenso, una descarga más lenta, mayor resiliencia ante la presencia de altas temperaturas y una mejor conservación de la potencia de arranque a lo largo del tiempo.

Sin embargo, su precio es más elevado que el de una convencional (cerca de los 80 €), necesita echar mano de unas tensiones de carga mayores y exige una gran atención ante una posible sobrecarga, ya que si finalmente tiene lugar la va a dañar de manera definitiva. Por ello, es compatible solamente con coches modernos que disponen de alternadores potentes y cargadores que están capacitados para conservar una tensión que oscila entre 14.4 y 14.8 voltios.

bateria calcio

2. Batería de celdas húmedas

Son las más comercializadas del mercado y las más accesibles en lo que a precio se refiere. Y es que apenas necesitan mantenimiento con un diseño que se basa en un conjunto de placas de polaridad positiva y negativa que se recubren de plomo. Se encuentran suspendidas en el seno de un líquido, que por lo general suele ser ácido sulfúrico, de manera que el fluido permanece en la batería hasta que llegue el final de sus días. Hay que decir que también cuenta con una placa negativa extra que está sellada en un compartimento independiente cuya tarea es evitar que se tuerzan las placas positivas.

Como detalle, hay que indicar que fueron las primeras en emplearse cuando se inventaron las baterías del coche a mediados del siglo XIX por parte del francés Gaston Planté. El primer coche que las probó fue el La Jamais Contente, que además también fue pionero en superar la barrera de los 100 kilómetros por hora.

La descomposición de las placas de sulfato de plomo y los electrones permutados son los elementos responsables de generar la corriente eléctrica a través de un circuito externo. El voltaje en su caso suele ser de 12 voltios No obstante, hay que decir que la cantidad de placas condiciona la intensidad de la corriente. El precio aproximado por el que se puede conseguir una unidad de esta clase oscila desde 40 € hasta varios centenares de estos según la marca en la que se quiera confiar.

3. Batería VRLA (Gel y AGM)

A diferencia de las recientemente comentadas celdas húmedas, el ácido es retenido en el seno de un separador con el fin de que se produzca un ciclo electroquímico cerrado que no desencadene una emisión de gas hacia afuera. Sus siglas en inglés se traducen por baterías de plomo-ácido reguladas a través de válvulas.

Estas últimas lo que hacen es encerrarse en el interior de la batería para regular ese ciclo que se acaba de comentar en el párrafo anterior. En ellas se pueden encontrar dos subtipos de válvulas: las de gel, que se nutren de un ácido gelificado, y las AGM que echan mano de separaciones de fibra de vidrio para las celdas conservando estable el electrolito y, a su vez, creando resistencias internas a baja escala, lo que beneficia al arranque del motor por la mucha potencia que aportan. En cualquier caso las placas son de plomo.

El uso más común que tienen se encuentra en las caravanas, autocaravanas y camperizaciones por la excelente capacidad de la que gozan para aguantar descargas lentas y que se prolongan en el tiempo a razón de un consumo muy bajo. Sin embargo, no se aconseja que la equipen los coches como baterías de arranque debido a su sensibilidad a las altas temperaturas que se suelen alcanzar en el espacio que el chasis reserva al motor (vano). Su precio se puede situar perfectamente entre los 40 y los 250 € dependiendo, como pasa en las celdas húmedas, de la marca escogida.

batería vrla

4. Batería de iones de litio

Su funcionamiento se basa en una sal de litio que actúa como electrolito y que, a su vez, provoca una reacción electroquímica reversible entre ánodo y cátodo. Son muy ligeras, lo que indudablemente es una bendición, hasta el punto de que pesan menos que las de plomo por ejemplo. Sin embargo, también tienen un precio más alto que otras ya vistas por aquí. Su uso se ha generalizado al calor del crecimiento que han experimentado en los últimos años los coches eléctricos y electrificados que portan paquetes de baterías muy grandes.

Otra ventaja que proporciona al usuario es la gran autonomía que le caracteriza, de ahí que sea frecuente verlas en modelos de alta gama y edición limitada, a parte de los puramente eléctricos como se acaba de comentar. Esto es producto de un escaso efecto memoria.

Por contra, también necesita la instalación de un circuito de protección que evite que se sobrecargue, ya que se resiente mucho ante el calor. De esta manera la temperatura nunca se pondrá al alza en exceso, por no hablar de que su rendimiento en frío es menor. Se degrada a una velocidad relativamente mayor que otros. El precio de partida que suelen presentar son unos 800 €.

5. Baterías de ciclo profundo

El último tipo de batería de coche que se puede encontrar hoy en día es de ciclo profundo, comparte con las de iones de litio parte de su hábitat natural: los coches eléctricos. ¿Cuál es la razón que explica esa coincidencia? Que sus placas contienen un mayor grosor, lo que significa que su capacidad de carga también lo es en esa medida. Desafortunadamente, también comparte el hecho de que su precio suele ser muy alto, y es que son unas de las más caras del mercado. Eso sí, a diferencia del resto de las que se han visto por aquí, se pueden descargar a un 90 %.

Para hacerse una idea, basta decir que las de ciclo corto proporcionan mucha corriente de arranque en un breve periodo de tiempo, lo que se traduce en apenas un 5 % de su capacidad de carga total. Sin embargo, otro de los principales hándicap con el que cuentan las de ciclo profundo es el elevado ratio de descarga que poseen, lo que supone que, en caso de no sacar el coche del garaje durante un largo periodo de tiempo, se descarga casi por completo.

En definitiva, son acumuladores de energía que están capacitados para almacenar grandes dosis de electricidad y dosificarlas a lo largo de extensos ciclos de tiempo, por lo que son especialmente indicadas para labores que exigen una batería impasible a descargas completas, como es el caso de embarcaciones o de los coches que se nutren de electricidad para transportar a los practicantes del golf por un club.

Al margen de la automoción, también se encuentran en la industria de la energía solar, así como en las turbinas eólicas para guardar energía. Como ya se ha dicho en este apartado, no son poca cosa y suponen un gran desembolso económico para adquirirlas, el cual puede partir perfectamente desde los 150 € en el caso de los prototipos más accesibles.

batería ciclo profundo

Señales de averías o fallos en la batería

Algunos de los síntomas que se pueden localizar en el final de ciclo de una batería son:

  • Un irregular funcionamiento del sistema de climatización
  • Arranque del coche más tardío, o que requiere más esfuerzo o que genera ruidos muy extraños.
  • Anomalías en el limpiaparabrisas en forma de acelerones, parones, ralentizaciones u otros similares.
  • Corrosión, óxido u otros daños visibles en su estructura mecánica.

Como detalle, hay que decir que la funcionalidad Start & Stop que incluyen los motores de modelos muy recientes no es un aliado a la hora de alargar la vida de la batería ya que propician más procesos de arranque e implica un mantenimiento de los equipos multimedia y ventilación del motor cuando está parado.

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