12 consejos para reducir gastos durante la conducción

La conducción ahorradora ha vuelto a salir a colación en los pensamientos de los conductores, ya sea para que las facturas en combustible se rebajen o para conseguir una conducción perfecta de la cual sentirse orgullosos. Estos 12 consejos van a ser imprescindibles para conseguir nuestros objetivos.

Consejos reducir gastos

Poner gasolina o cualquier otro tipo de combustible convencional se ha vuelto una ruleta para los conductores. Las fluctuaciones de precios nos pueden volver locos, ya que el coste de ayer va a ser diferente del de mañana. Contra esto, realmente no podemos hacer nada, así que tenemos que buscar otras soluciones para ahorrar combustible, es decir, para ahorrar dinero.

También para la gente más competitiva o quizá escrupulosa, el hecho de hacer una conducción “ideal” les resulta un desafío interesante de manera que estos consejos también van para ellos.

¿Cómo es posible ahorrar durante la conducción?

Y conseguir rebajar el consumo no es una tarea imposible. Es verdad que depende de muchos factores externos (tráfico, estado de las vías, etc.), pero hay cosas que nosotros podemos controlar. Si las ponemos en práctica, poco a poco obtendremos resultados.

E insistimos en que no solo lo pueden conseguir los más hábiles conductores, sino todos. En definitiva, estad atentos a estos 12 consejos imprescindibles para gastar menos.

1. Tómate los acelerones con calma

Tener un coche con un buen motor y buscar mucha adrenalina nos puede jugar malas pasadas y este va a ser un consejo importante para los más jóvenes, que suelen ser más impetuosos. Estamos hablando del momento de arrancar y acelerar. Es en el inicio de la marcha donde se consume mayor cantidad de combustible, así que, si además pisamos el acelerador a fondo, inyectamos todavía más combustible.

Si queremos ahorrar, debemos siempre acelerar de forma suave (intentando no pasar del 30% del recorrido del pedal) y, en el cambio de marcha, lo ideal es que el coche gane 10km/h cada 3 segundos. Evidentemente habrá situaciones donde no nos quedará más remedio que pisar a fondo (pendientes, situaciones peligrosas...), pero debemos intentar siempre hacer una buena gestión.

2. Anticípate a los problemas

Muchos se piensan que conducir concentrados es solo no mirar el móvil, pero también se tiene que mantener la vista a lo largo de la carretera. El objetivo es poder anticipar cualquier contratiempo en la conducción para no tener que hacer frenazos a acelerones bruscos.

En las retenciones o los semáforos, si ya los vemos con tiempo, podremos reducir la velocidad y llegar con la inercia. Por eso, el consejo es no sentarse demasiado alto, sino bajar el asiento y mantener todo el rato la concentración. Notaremos un aumento de la eficiencia.

3. Cuidado con las autopistas

Con las prisas para llegar, optar por la autopista parece una buena opción. Al fin y al cabo, ir a 120km/h es mejor que ir a 60. Es cierto, pero el problema lo tendremos con el consumo. Cuando ya subimos 100km/h, se estima que cerca del 50% de la energía del motor se usa para superar la resistencia aerodinámica. Por tanto, gastaremos mucho más.

Pongamos que un coche consume 7 L/100km a 120km/h: pues va a consumir 9,5 L si vamos a 150. Y no es algo tan descabellado porque hay conductores que se vienen arriba y se saltan los límites de velocidad. Lo mejor, si se opta por la autopista, es mantener una velocidad constante y ahora, con el control de crucero, es más fácil.

4. Usa el freno con cabeza

Ya hemos visto que nos tenemos que anticipar para evitar acelerones o frenazos. El problema del freno (ahora no dejes de usarlo, frena cuando sea necesario) es que la energía cinética (del movimiento) pasa a ser energía calórica. Esta pérdida de energía la vamos a tener que compensar inyectando más combustible cuando queramos volver a ganar velocidad.

Si ves que más adelante vas a tener que frenar, simplemente deja que la fuerza de la resistencia te vaya frenando. Y si además puedes conseguir no frenarte, mejor que mejor. El sobreuso del freno es una pandemia entre los conductores.

5. Busca la marcha adecuada

Ahora con las marchas automáticas, el conductor no tiene que tomar decisiones sobre este tema, pero, si tu coche va con manuales, intenta que el coche vaya con la marcha más larga. Pero, ojo, no se debe bajar de las 1.250 rpm en vehículos diésel y 1.500 rpm en los de gasolina, ya que entonces tienes que pisar mucho el acelerador para incrementar la velocidad. No hace falta decir que esto incrementa el consumo.

Si bajamos de estos valores, baja la marcha sin pensarlo. Y volviendo a los coches automáticos, usa el modo D, ya que el S también nos hará incrementar el consumo.

6. Que la velocidad no sea tu enemiga

Este punto tiene relación con el de las autopistas. Pensemos en el recorrido entre dos ciudades. Si vamos a Google Maps a mirar la distancia nos podemos encontrar una ruta por autopista (más corta) o por carretera (más larga). La reflexión lógica es que el recorrido más corto nos permitirá ahorrar combustible. Pero, como ya hemos visto, por la autopista vamos a correr más y, por tanto, gastar más. En las carreteras y las circunvalaciones vamos a ahorrar siempre más y haremos más consumo en autopistas y lugares con retenciones.

Aquí tenemos que valorar bien nuestras opciones. Pongamos el recorrido Zaragoza-Lleida: por carretera, nos vamos a comer todos los camiones y, por autopista, vamos a también consumir mucho. Lo ideal en estos casos es consultar el estado del tráfico antes de salir para tomar la decisión acertada.

7. Piensa en la inercia

La inercia es una energía que no gasta combustible. Tenemos que aprovecharla. Uno de los ejemplos que ponen los expertos en ahorro de energía es aprovechar la inercia que ganamos en una bajada si vemos que después viene una subida.

En vez de frenar (que es lo hacen muchos conductores), dejamos una marcha larga para conseguir acelerar muy poco en la subida. Todo esto solo se puede hacer, obviamente, si no tenemos coches delante que nos puedan dificultar la maniobra.

8. En el maletero, lo justo

Aunque tengas un gran maletero, no es el baúl donde guardar miles de cosas. Si llevamos en el maletero objetos que no vamos a usar, sobre todo si son pesados, nos saldrá caro: cada kilogramo extra dentro del coche aumenta el consumo. Un ejemplo de un coche medio: llevar 100 kg de carga supone que el consumo aumenta alrededor de un 6%. Y esto, conlleva un gasto extra de unos 500 euros cada 100.000 kilómetros.

Por tanto, tenemos que seleccionar bien lo que queremos en el maletero.

9. No menosprecies las ayudas

El modo Eco ha supuesto una revolución en cuanto ahorro de combustible. Podemos llegar a un 2 o 3% menos de combustible. El modo Eco optimiza las características de conducción del automóvil para proporcionar una conducción más económica y ecológica. Ahora las marcas incluyen mejoras en este modo, como indicadores de cambio de marcha, limitadores de velocidad (ecocrucero) y sistemas de gestión de datos para valorar cuánto consumo ahorras. Aprovecha todas las ayudas posibles, ya que a veces dejamos de lado las tecnologías del coche por descuido.

También con la función Start/Stop, el motor se apagará temporalmente cuando el vehículo se pare, por ejemplo, en un semáforo o en un embotellamiento, y arrancará de nuevo de forma automática al reanudarse la marcha, lo que supone un ahorro de combustible.

10. El aire acondicionado, un problema

Poner el aire acondicionado aumenta el consumo, bajar las ventanillas aumenta el consumo si vamos a gran velocidad, achicharrarse en el coche aumenta las ganas de enfadarse. ¿Qué hacemos, pues? El objetivo es tener claro cuándo es imprescindible usar los accesorios.

El aire acondicionado, la calefacción, la luneta térmica, etc. todo esto gasta. El aumento puede llegar a un 12% en los coches convencionales, pero, en los eléctricos, puede llegar hasta un 15%. Demasiado, sin duda. Si no puedes aguantar más, pon el aire acondicionado, pero, si todavía puedes aguantar, no lo pongas.

11. El punto muerto tiene sus mitos

Muchos conductores creen que el punto muerto en una bajada aumenta el ahorro de combustible. Por desgracia para ellos, lo están haciendo mal. Poner el punto muerto supone que el motor necesita combustible para seguir funcionando y ya sabemos qué quiere decir esto. Por tanto, en una bajada conduce con una marcha engranada y las ruedas ya se encargaran de hacer girar el motor.

12. Revisa la presión de las ruedas

Por último, ya sabemos que da pereza ir a revisar la presión de las ruedas. No obstante, si la presión es demasiada baja el consumo puede aumentar hasta un 5%. La recomendación siempre es llevar la presión recomendada por el fabricante. Y hablando de partes del coche, tener el motor en mal estado nos puede causar un disgusto: ¡incrementos de hasta un 20%! Tendremos que revisar periódicamente el filtro de aire o las bujías de los motores.

Con estos consejos, estamos listos para salir tranquilos a la carretera. No obstante, que no nos obsesionen todo el rato. Habrá situaciones en las que tendremos que pagar un aumento del consumo: frenazos imprevistos, acelerones necesarios o tener que poner el aire acondicionado. Si hemos hecho una conducción eficiente al 95%, nos podemos permitir alguna salida de lo correcto.

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