Mantenimiento, puesta a punto, revisiones periódicas, hábitos de conducción… ¿Cuántas veces hemos escuchado estos términos? Muchas. Pero, ¿cuántas veces hemos hecho caso omiso a ellos? Muchas también. Por ello, no nos cansaremos de decir que, en este caso, el consumo de combustible de nuestro coche no solo depende de las características mecánicas de él, sino que el mantenimiento, la puesta a punto, y los hábitos de conducción juegan un papel fundamental.
Es obvio que no existe ninguna fórmula ni consejo mágico para reducir el consumo a 0, el vehículo, sí o sí, debe quemar combustible (a no ser que sea eléctrico) para moverse. Un buen punto de partida y un dato que para muchos compradores es muy importante es buscar en la ficha técnica la cifra de consumo medio que el fabricante declara para nuestro vehículo. Una vez hayamos dado con la cifra (X L/100 km) debemos tener en cuenta algo que acostumbra a pasar por alto en muchos usuarios: de media gastamos 1 L / 100 km más de lo que dice la ficha técnica.
¿Por qué? Muy sencillo, las pruebas para determinar el consumo difieren mucho de las particularidades a las que los conductores se encuentran normalmente en carretera. Partiendo de esta referencia, ya podemos analizar que trucos y consejos nos pueden servir para mejorar nuestra economía.
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¿Cómo ahorrar en combustible? 10 sencillos trucos para consumir menos
Con las nuevas restricciones para los fabricantes, es cierto que los coches consumen mucho menos que antes: la motorización es más pequeña, la cilindrada es menor, y los diésel y gasolina, ofrecen, a día de hoy, unas cifras de consumo impensables si echamos la vista diez años atrás. Todo ello, con el fin de cumplir con las normativas previstas relacionadas con las emisiones contaminantes.
Pero como ya hemos mencionado, las cifras oficiales de consumo medio de combustible están ligeramente adulteradas, por lo que el consumo medio se dispara, siendo nuestro bolsillo el principal damnificado. De ahí que si nuestros recorridos son diarios (ir a trabajar) o puntuales (escapadas), una buena planificación nos hará reducir tanto el consumo de combustible como el gasto medio de nuestro vehículo. A continuación, os ofrecemos 10 consejos clave para que tu coche consuma menos combustible. ¡Económicamente lo agradecerás!
1. La presión de tus neumáticos juega un papel principal en el consumo
Sí, los neumáticos sea cual sea el tema, siempre tendrán algo que decir. En el caso del combustible, unos neumáticos con deficiencias en la presión, es decir, aquellos que tienen una presión de 0,5 bares inferior a la que marca el fabricante. Afectan (y de qué manera) en el consumo de combustible: en concreto aumenta el consumo un 2% en zonas urbanas y un 4% en áreas interurbanas.
Nuestro consejo es que acudas a tu gasolinera más cercana, en ella encontrarás un tablón con las presiones de los coches según marca y modelo, además que podrás medir la presión de tus neumáticos y comparar.
2. Conducir con 100 kilos de más ya afecta al consumo de combustible
Si nuestro coche va muy cargado, debemos tener en cuenta que nuestras ruedas sufrirán más de la cuenta, por lo que recomendamos aumentar la presión para resistir el peso. De ahí, que sea aconsejable en viajes largos no sólo racionalizar el volumen, sino repartirlo por el habitáculo (no todo en el maletero).
Conducir con más de 100 kilos de peso a bordo tiene efectos directos en el consumo de combustible; en un compacto (por ejemplo), el consumo medio se puede disparar un 6%. Así que no utilices el coche como almacén, ya que es una forma de gastar más combustible del necesario y castigar a tus neumáticos. Recuerda que cuanto mayor sea el peso, más presión necesitarán los neumáticos, de lo contrario, la resistencia a la rodadura será mayor y el consumo del coche se disparará.
3. La primera marcha solo para el arranque (sobre todo en diésel)
Si tu coche posee un motor diesel, si inicias la marcha justo después del contacto y el arranque, estarás castigando la bomba de combustible. Nuestro consejo es que te esperes unos segundos antes de empezar a moverte (unos segundos, ¡tampoco es tanto!). Seguidamente, al engranar la primera marcha, esta debe ser testimonial, es decir, hemos de cambiar a segunda a los 2 segundos. Luego tranquilidad, conduce de manera progresiva y sin acelerones bruscos. Si cumples estos consejos puedes ahorrar hasta un 11% de combustible.
4. Fluidez en la circulación: velocidad uniforme
Siguiendo el hilo del punto anterior, es aconsejable mantener una velocidad lo más uniforme y constante posible. Después de dejar unos segundos pasar al arrancar el coche, y engranando rápido a segunda (en caso de los diésel). Si la situación y el trayecto lo permiten, debemos encontrar ese punto de fluidez que evite frenazos, acelerones y cambios de marcha.
¿Cómo lo podemos hacer? Muy sencillo, para desacelerar nos basta con levantar el pie del acelerador e ir reduciendo marchas beneficiándose del freno motor (si la situación lo permite). En caso de accionar el pedal de freno, que la pisada sea suave y la reducción de marcha lo más tardía posible.
5. Apaga el motor en paradas prolongadas
Muchas veces esperamos a una persona dentro del vehículo con el motor encendido y la radio abierta. En paradas prolongadas, si dejas el motor a ralentí y desconectas el aire acondicionado aprovechando las ventanillas, el consumo se reduce a 0,13 l/100km. Parece mentira que una acción tan sencilla se haga tan poco, y es que, tenemos la fea costumbre de dejar el motor encendido en paradas prolongadas. ¡No seas vago! Cuando esperas a alguien, apaga el motor, recuerda que a la gente, de por sí, le gusta llegar tarde a los sitios.
6. Aire acondicionado mejor que ventanillas abiertas
¿Aire o ventanilla abierta? ¿Qué gasta menos? Te va a sorprender pero hay dos tipos de respuestas: la primera es que cuando viajamos por autopista, el aire acondicionado se nos plantea como la mejor opción para reducir el consumo. ¿Por qué? Porque llevar las ventanillas abiertas cuando llevamos velocidad hace que el aire entre en el interior del habitáculo y la resistencia que ha de vencer el coche en marcha es mayor, por lo que el consumo se dispara.
En segundo lugar, cuando viajamos por núcleos urbanos donde el calor aprieta, la resistencia que provoca el aire que entra si llevamos las ventanillas bajadas es mucho menor, por lo que nos sale más a cuenta que hacer uso del aire acondicionado (en términos de ahorro de combustible). El motivo es que al accionar el aire acondicionado, entra en escena el compresor, un aparato muy caro de reparar, cuya función principal es mantenernos fresquitos durante el verano.
En definitiva, si hace calor y vamos por ciudad, te recomendamos ir con las ventanillas bajadas. Por otro lado, en carretera, es mejor viajar con el aire acondicionado conectado y las ventanillas bajadas para vencer mejor la resistencia del aire.
7. El freno motor reduce hasta el 2% del consumo de combustible
¿Tanto hablar del freno motor y no tenía aún ningún punto? No os preocupéis, el freno motor es aquel truco que si le “pillamos el truco”, a la larga hace que el consumo se reduzca considerablemente. Para ponerte en escena, si soltamos el acelerador con antelación y reducimos velocidad con el freno motor haciendo un mínimo uso del pedal de freno, estamos reduciendo hasta un 2% el consumo de combustible.
Para coger este hábito, te recomendamos conducir siempre con una distancia de seguridad adecuada con el vehículo que tenemos delante, lo cual nos dotará de un campo de visión mucho más amplio que nos permitirá ver más allá del vehículo que nos precede.
8. Marchas largas y revoluciones óptimas (2.000 y 2.500 rpm)
Fíjate que una gran parte del ahorro en el consumo de combustible va relacionado con el cambio de marchas. Si optimizamos el cambio, es decir, circulamos el mayor tiempo posible con marchas largas y sin tener muy alto de revoluciones el coche (escucha el sonido del motor como referencia), ahorraremos más en combustible.
Por ejemplo, si en ciudad podemos circular en cuarta respetando los límites de velocidad, el consumo de combustible será mucho menor. Como referencias es aconsejable cambiar de marcha entre las 1.500 y las 2.500 rpm si se trata de un coche diésel. Por otro lado, si el coche es motor gasolina, el momento más adecuado para cambiar de marcha es entre 2.000 y 2.500 rpm.
9. En subidas, apuramos todo lo que podamos el reducir marcha
Quizás sea el punto más técnico de realizar, pero si conseguimos no revolucionar en exceso nuestro coche en pendientes sin que se nos cale, estamos contribuyendo mucho a favorecer el consumo de combustible. Ya de por sí, las subidas requieren un exceso de revoluciones en el motor, esto es indudable, ahora bien, con un buen juego de pedales, podemos apurar al máximo las marchas largas y reducir el tiempo en el que el vehículo va más revolucionado de la cuenta para vencer la subida.
Asimismo, utiliza las bajadas para ahorrar en combustible. ¿Cómo? Aprovechando la inercia para hacer más tarde el cambio de marchas, ¡ni se te ocurra tomar una bajada con el embrague pisado!
10. No planificar tu viaje puede aumentar un 14% el consumo de combustible
En el caso que te quieras ir de vacaciones o bien tengas pensado realizar un viaje largo, planificar la ruta de inicio a fin tomando el camino más rápido, fácil y seguro contribuirá en una conducción más eficiente durante el trayecto con el pertinente ahorro de combustible. De hecho, ¿cuántas veces nos hemos perdido al intentar llegar a algún sitio? Pues bien, déjanos decir que estos quince o veinte minutos de más puede provocar un aumento del 14% en el consumo de combustible.
