El ser humano tiene una capacidad que pocas especies animales tienen, que es la de crear continuamente nuevos problemas y retos una vez ha conseguido una estabilidad en su vida. Uno de los casos más flagrantes es de los accidentes de coche: cuando se ha iniciado un descenso de la mortalidad causada por el exceso de alcohol gracias a las campañas de concienciación y a la presión policial, entonces ha subido el número de casos provocados por las distracciones por el móvil.
No aprendemos de nuestros errores, pero, en este artículo, no queremos profundizar en las causas antropológicas que nos llevan al desastre, sino centrar nuestra atención en la nueva herramienta polémica que sacude el mundo de los motoristas y de los expertos en seguridad vial: los intercomunicadores en el casco.
Para los motoristas, no existe tal polémica ya que consideran que son legales e imprescindibles para ir con moto. Para los expertos en seguridad vial, tampoco existe tal polémica ya que consideran que son ilegales y peligrosos. Es hora de confrontar sus argumentos y ver qué dice realmente la normativa de circulación.
¿Qué son los intercomunicadores para cascos de moto?
Pero antes de todo, vamos a explicar cuál es el objeto del debate. Los conductores de coches quizá no sabéis qué es un intercomunicador, pero los motoristas han vivido con alegría el desarrollo e implementación de esta tecnología. Un intercomunicador es principalmente un aparato que permite comunicarte con otros motoristas que estén cerca. La mayoría funciona por Bluetooth, pero la elección siempre dependerá de las necesidades del usuario. Así, hay diferentes tipos de intercomunicadores:
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Para interactuar con el móvil o con el GPS: mirar el GPS siempre ha sido un problema porque te puede distraer. Los motoristas, además, no solo no pueden mirar la pantalla del GPS, sino que tampoco no pueden escuchar las indicaciones orales. Todo un problema en un mundo que cada vez confía más en estos sistemas para llegar a su destino. Con este intercomunicador, puedes escuchar sin problemas lo que dice el GPS. También se puede conectar con el móvil para atender llamadas o escuchar música, por ejemplo.
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Para hablar con la pareja: hacer viajes con una persona de paquete se puede volver algo tedioso, al no poder hablarse entre sí. Gracias al intercomunicador, el conductor y el pasajero pueden comunicarse y esto va bien para comprobar que el pasajero va seguro y cómodo.
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Para hablar con un motorista cercano: en el caso de que se viaje con otra moto, con el intercomunicador pueden hablar y avisar de peligros próximos o comunicar cualquier incidencia. El rango de acción no suele sobrepasar los 500 m y es un sistema muy útil para los profesores de autoescuela, para dar indicaciones a los alumnos en situaciones de conducción real. Las patrullas de policía también suelen usar un intercomunicador.
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Para hablar con un motorista a la distancia: aquí hablamos de dispositivos de más potencia y calidad que te permiten hablar con muchos motoristas al mismo tiempo y a mayor distancia, 1 o 2 km.
Por poner un ejemplo de intercomunicador, vamos a mirar qué nos ofrece el Intercom Cardo Freecom 2+ (179,99€): micrófono con cancelación de ruido, auriculares finos HD de 40 mm, certificación IP67 con resistencia al agua y al polvo, 500 metros de rango de alcance, 13 horas de tiempo de conversación, puedes hacer, recibir y declinar llamadas, se carga mientras conduces, radio FM que puedes compartir con tu pasajero y configuraciones adicionales a través de la aplicación "Cardo Connect" en tu smartphone. Es evidente que ofrecen muchas ventajas para los motoristas. Ahora bien, ¿serán legales?
¿Son legales los intercomunicadores de casco para motos?
Veamos qué nos dice el Código de Tráfico y Seguridad Vial de España, en el punto 3 del artículo 13 referente a las normas generales de conducción: “Queda prohibido conducir utilizando cualquier tipo de casco de audio o auricular conectado a aparatos receptores o reproductores de sonido u otros dispositivos que disminuyan la atención permanente a la conducción, excepto durante la realización de las pruebas de aptitud en circuito abierto para la obtención del permiso de conducción en los términos que reglamentariamente se determine.
Se prohíbe la utilización durante la conducción de dispositivos de telefonía móvil, navegadores o cualquier otro medio o sistema de comunicación, excepto cuando el desarrollo de la comunicación tenga lugar sin emplear las manos ni usar cascos, auriculares o instrumentos similares.
Quedan exentos de dicha prohibición los agentes de la autoridad en el ejercicio de las funciones que tengan encomendadas. Reglamentariamente se podrán establecer otras excepciones a las prohibiciones previstas en los párrafos anteriores, así como los dispositivos que se considera que disminuyen la atención a la conducción, conforme se produzcan los avances de la tecnología.”
La normativa coloca a los intercomunicadores en un estado de alegalidad. Al ser dispositivos manos libres que no usan cascos ni auriculares no pueden estar prohibidos, pero el último párrafo abre la puerta a la sanción por parte de los agentes de policía, si consideran que constituyen una distracción para el motorista. Lo que está pasando actualmente en España es que ya ha habido conductores que han recibido una multa, pero al recorrerla han terminado por ser absueltos.
Los intercomunicadores para motos: ¿buenos o malos?
Para aclarar este embrollo jurídico, Pere Navarro, máximo responsable de la DGT, aseguró en un encuentro digital que los intercomunicadores serían legalizados en 2021 y, más tarde, en una nota de prensa de la DGT se hacía un anuncio en la misma dirección. Estamos a la espera de que se concrete la propuesta en el BOE. Mientras tanto, podemos parar un momento y reflexionar sobre la idoneidad de éstos.
1. Argumentos a favor
En un reportaje realizado por el programa Seguridad Vital de RTVE, Juan Manuel Reyes, presidente de la Asociación Mutua Motera, y Roberto Ramos, auditor de Seguridad Vial de la Fundación CNAE, exponían sus argumentos a favor o en contra. Sus ocupaciones son importantes para entender el debate: es un conflicto entre la utilidad y la seguridad.
El primer argumento a favor de los intercomunicadores y, seguramente, el más importante es que los motoristas están encantados con ellos. La responsabilidad en su caso recae en ellos mismos, es decir, si un conductor de coche se distrae, puede matar a otra gente, pero si un motorista se distrae, solo se matará a él mismo. Y, bajo esta responsabilidad, asumen el componente de riesgo y hacen uso de las ventajas del sistema.
Esgrimen que no ha habido un incremento de accidentes debidos a los intercomunicadores. Y no solo eso, sino que, gracias a la comunicación, pueden evitarlos. Tienen razón en este sentido. La ley ya contemplaba que los aparatos manos libres eran legales, pero es una ley pensada básicamente para los coches, donde pueden escuchar fácilmente llamadas, música o el GPS. Ahora que los motoristas tienen un aparato a medida, se encuentran con que la policía lo sanciona. La normativa tiene que servir para todo tipo de vehículos.
La clave de todo es hacer un uso responsable de los intercomunicadores. Comunicar ciertas informaciones en momentos puntuales es de gran ayuda cuando se va en grupo. No tener que mirar la pantalla del GPS en las rotondas es un gran avance y contribuye a la integridad del motorista. Poder atender una llamada al instante, te quita la ansiedad de acelerar para llegar antes y poder responder. Repetimos: para momentos puntuales, se va a convertir en una herramienta imprescindible.
2. Argumentos en contra
Vamos ahora con los argumentos en contra. Se basan, como ya podéis imaginar, en la seguridad. Las organizaciones que tratan de temas relacionados con la seguridad vial consideran que todas las vidas son importantes y que, si un motorista dice asumir el riesgo de sufrir un accidente, la obligación de ellas es impedir esa decisión.
Si volvemos a lo que nos ofrecía el Intercom Cardo Freecom 2+, veremos que nos permite escuchar la radio. Puedes ponerte la tertulia, el partido de fútbol o Cadena 100. Da igual, en todos los casos, su cerebro va a estar pendiente de otra cosa más allá de la conducción. Alguno dirán que en los coches la gente escucha la radio. El problema es que el coche tiene un chasis que lo protege, en la moto el chasis es el motorista. Si quieres amenizar el trayecto, quizá no llegues a casa nunca.
Juan Manuel Reyes apela mucho a la responsabilidad de los motoristas. Cuando el sistema se difunda por todos los conductores de moto, se puede garantizar que nadie se verá tentado de utilizar todas las capacidades del intercomunicador. Esto lo hacemos extensible a la comunicación con el pasajero o con otros motoristas. No es lo mismo decir que cuidado, que delante hay un charco de aceite, que debatir sobre Rocío Carrasco y Antonio David Flores encima de las motos. Lo primero conlleva seguridad y, lo segundo, distracción y accidentes.
Está claro que la DGT legaliza de momento los intercomunicadores, ya que ilegalizarlos sería ir contra el espíritu del artículo 13 del código de tránsito. No obstante, a medida de que salgan nuevas estadísticas sobre siniestralidad, podremos ver el impacto que tienen sobre la conducción de los motoristas. Hasta entonces, solo queda apelar a la responsabilidad de los motoristas y recordarles lo frágiles qué son.
