Los 11 consejos para comprar tu primera moto (Guía Completa)

¿Estás ilusionado/a con adentrarte en el mundo de las dos ruedas? Si te vas a lanzar a la aventura echa un vistazo a los consejos clave para comprar tu primera moto. Acertarás seguro.

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Los comienzos, como se suele decir, nunca son fáciles. Y es que adentrarse en algo nuevo tiene sus riesgos, pero la mayoría de las veces reporta muchos más beneficios y momentos únicos que pérdidas y dificultades. Las motos, por su fisonomía, tienen sus peligros por supuesto, pero bien aprovechadas pueden dar experiencias enriquecedoras.

Quienes vayáis a emprender la aventura que implica su conducción, estáis de suerte. Y es que en TopDriverz vamos a dedicar este artículo a citar y explicar un total de once consejos para comprar vuestra primera moto. De esta manera, a buen seguro que no os equivocaréis en la decisión de compra que toméis finalmente. Tomad nota y a disfrutar.

La guía con la que acertarás: consejos para comprar tu primera moto

Dicho todo esto, es el momento de pasar a la acción y detallar cada uno de los tips que todo motero debe tener en cuenta para dar con la tecla con su primera compañera de vida.

1. La comodidad es fundamental

El postureo es mejor dejárselo a otros. ¿Qué queremos deciros con esto? Que es preferible decantarse por una motocicleta en la que hagáis pie con relativa facilidad antes de que os dejéis llevar por la estética y los likes que vais a obtener con otra más atractiva a priori.

Para vuestra suerte, hay muchos modelos en el mercado que disponen de asiento regulable, así como otras con la posibilidad de colocar el sillín bajo. Con todo ello, se evitan muchas caídas, lesiones y destrozos que hay que reparar posteriormente.

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2. Hay que tener claro el propósito que va a cumplir

Hay una amplia variedad de tipos de moto en la industria, por lo que conviene saber con exactitud qué necesidades va a resolver aquella que se va a comprar finalmente. Preguntas como “¿La voy a usar para ir al trabajo?” “¿Qué días de la semana voy a sacarla?” o “¿Cuánto dinero estoy dispuesto/a a invertir en ella?” han de rondar en vuestra cabeza antes de lanzaros a la piscina y meter la pata con vuestra adquisición.

Una vez resueltas con total honestidad, conviene también asesorarse un poco mediante la opinión de familiares y amigos que ya tienen una y, de esta forma, tener una perspectiva más amplia.

3. Cuidado con el peso

Es inevitable que, a lo largo de la vida útil de la motocicleta, tengáis que llevar a cabo maniobras en parado, por lo que el peso de esta puede condicionar el desenlace, más aún si cabe si no se hace pie correctamente (algo en lo que ya se ha hecho hincapié al comienzo del texto).

Por tanto, disponer de una moto ligera ayuda a evitar ciertas situaciones difíciles durante el tiempo de circulación, sobre todo al principio, que cuesta más acostumbrarse a todo lo que implica.

4. Elaborar una lista de modelos con posibilidades

En función del permiso de circulación obtenido por el usuario, así como de sus capacidades y limitaciones físicas, este puede conducir un tipo de moto u otro. Por tanto, conviene informarse de cómo son las correspondencias y ver cuál se ajusta físicamente mejor. A partir de ahí, habría que hacer una búsqueda con la que encontrar modelos que cumplan los requisitos y filtros establecidos hasta, finalmente, dar con la moto que reúna todo lo que se quiere.

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5. ¿Vas a llevar pasajero/a?

Si vas a llevar con frecuencia a tu hermano/a al colegio o al instituto, si tienes pensado ir al trabajo con tu compañero más afín o para hacer lo propio con tu pareja a los distintos lugares de la ciudad que queráis disfrutar, entonces has de dedicar una especial atención a las características que dispone la plaza trasera.

A ser posible, que sea especialmente generosa con él/ella; que disponga de asas; que no se vea especialmente afectada por el viento ni que esté expuesta a los riesgos propios del segundo piso. Los primeros días no se domina la moto por completo, y además no hay un gran manillar al que se puedan agarrar ante los acelerones y las frenadas, por lo que es mejor conducir con suavidad y prudencia.

6. Calcula el presupuesto que dispones

La cantidad de dinero a pagar por una moto no acaba con la simple compra, sino que hay mucho más allá. Al precio total estipulado en concepto de esto hay que añadir el coste del seguro, los impuestos de tu municipio, el equipamiento con el que vas a conducirla (casco, mono, guantes, rodilleras, botas) y el mantenimiento.

Si la motocicleta es totalmente nueva, estos costes no se asumen de inmediato, sino que hay que hacer frente a estos a lo largo de su vida útil. Y es que no solo hay que echarle gasolina y tirar hacia adelante, sino que hay que estar pendiente de que la cadena se mantenga perfectamente engrasada, así como monitorizar los niveles de aceite y líquidos que la alimentan.

Por todo lo dicho en este apartado, la conclusión que se puede sacar es que si el presupuesto es escaso, puede ser una buena idea apostar por un modelo de segunda mano, o si se quiere ganar un poco de práctica y experiencia antes de comprar una de mayor tamaño y cilindrada en el futuro. Sin embargo, en este caso hay que asumir un mayor coste económico a largo plazo al implicar más sesiones de taller y no hay garantía oficial del fabricante.

7. No te dejes impresionar por los accesorios tecnológicos

La tecnología es un gancho muy potente que emplean las marcas para conseguir más clientes. Hay componentes y accesorios tecnológicos que son muy interesantes e importantes para garantizar una buena experiencia. Sin embargo, hay otros que no son esenciales y, por lo tanto, se puede prescindir de ellos. En cualquiera de los casos, a más funcionalidades y componentes tecnológicos mayor es el precio a asumir.

Por lo tanto, a la hora de ver los gadgets que tiene y los que puede llegar a ofrecer, hay que priorizar en los que refuercen la seguridad, e inmediatamente después en la comodidad. Funciones adicionales que no se vayan a utilizar es tontería tenerlas y más dinero que vuela de vuestra cartera.

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8. Cada cosa a su tiempo

Si la práctica de la conducción sobre las dos ruedas no es una actividad en la que lleves mucho tiempo, lo mejor es curtirse primero sobre una moto que pertenezca a una cilindrada pequeña e ir dominándola poco a poco. Afortunadamente, los fabricantes están colaborando para que esto sea cada vez más frecuente con una oferta escalonada en la que no hay por qué pasar de 125 a 600 centímetros cúbicos.

Puede ocurrir también que, llegado un momento determinado, te canses de la moto que tienes porque ya la tienes muy vista y quieras algo nuevo, por lo que si eso ocurre mejor que sea con una montura de pequeñas dimensiones y cilindrada, además de que no es tan complicado encontrar esa segunda compañera más esbelta con la que continuar tu aprendizaje.

9. Mejor tener siempre un aparcamiento para ti

Al final de cada trayecto hay que aparcar la moto en algún lugar, eso es algo impepinable. Ahora, no vale cualquier sitio para dejarla estacionada. La calle es una ubicación muy desfavorable para el mantenimiento de este vehículo en condiciones óptimas: hay mayor riesgo de vandalismo, es propensa a agravar descuidos por la climatología, puede ser robada perfectamente... Por lo tanto, invertir en una plaza de garaje o parking siempre será una buena idea y no un gasto innecesario.

10. Si vas a llevar equipaje, atento/a

Si por las circunstancias que deparan a tu vida debes de transportar con frecuencia cierto equipaje, has de tenerlo muy en cuenta. En este caso, la capacidad de carga es el parámetro que mejor indica la validez de la moto en cuestión. Una scooter puede ser ideal para solventar esa necesidad gracias al gran espacio que contiene en el hueco del asiento, donde se puede almacenar perfectamente una mochila o un maletín por ejemplo.

En el hipotético caso de que la moto que desees no proporciona esta facilidad, siempre puedes añadirle un baúl en la zona posterior, aunque para ello es importante también que el sistema de anclaje que contenga sea fácil de utilizar. Es importante tener en cuenta que una colisión puede producir lesiones de gran calado en el conductor si porta una mochila con objetos de gran dureza.

11. El freno ABS es fundamental en una 125cc

Si el modelo que pretendes adquirir es de unos 125 centímetros cúbicos, fíjate en el sistema de frenos que lleva. Y es que por ley, las motos de esta cilindrada han de incorporar bien uno avanzado (de frenada combinada) o uno ABS. Este último se caracteriza por brindar un excelente comportamiento en ciudad, sobre todo en condiciones de mojado.

Las tapas de alcantarillas, los pasos de peatones y las manchas de gasoil pueden ocasionar muchas caídas por lo resbaladizos que son, no hablemos ya si tienen agua por encima. No obstante, eso no es problema para un freno ABS. Las motos que lo incorporan tienen un precio más elevado que las que no, pero por lo mucho que ayudan en condiciones difíciles merece la alegría tenerlo a mano.

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