Autopilot de Tesla: qué es, sus ventajas y sus problemas

La conducción autónoma es el futuro del automóvil. Imagina salir de una comida familiar y poder dormir la siesta mientras el coche te lleva a casa. Imagina poder gozar de todos los paisajes que te has perdido como conductor. Imagina poder tomarte unas copitas de más cuando sales de fiesta. Imagina todos aquellos que no se han sacado el carné porque tenían miedo al volante. Y, aun así, las preguntas que nos surgen al respecto son muchas, pero la principal seguramente será: ¿y la seguridad?

A diario, mueren centenares de personas en las carreteras del mundo. Con la conducción autónoma a un nivel óptimo los accidentes se reducirían, pero, con cada error del autopiloto, se reabriría el debate sobre la seguridad. Por tanto, antes de dejar que los coches vayan solos, tenemos que desarrollar una tecnología no que minimice los problemas, sino que no produzca ni un solo accidente.

Y donde hay una gran dificultad, difícil de resolver hasta para los mejores ingenieros, pues Elon Musk, el soñador por antonomasia, se lo toma como algo personal. El Autopilot de Tesla ya es una realidad y, ahora mismo, es la opción más avanzada que podemos encontrar en el mercado. ¿Tenemos aquí el futuro?

Te recomendamos leer: "Coches autónomos: qué son y 4 proyectos de futuro muy interesantes"

¿Qué es el Autopilot de Tesla?

En primer lugar, vamos a ver qué es el Autopilot de Tesla. No es una tecnología acabada ni perfecta, y eso lo sabemos porque en la web de Tesla puedes adjuntar tu currículum y pedir participar en este proyecto. Mi formación en criminología me impide presentarme; pero si os interesa, no perdéis nada por probar suerte. Volviendo al tema, lo importante es que todos los coches Tesla ya llevan incorporado el hardware de piloto automático. El objetivo final es que la conducción llegue a ser totalmente autónoma, pero, de momento, hay limitaciones importantes.

Un sistema de 8 cámaras en el coche consiguen una visión 360º y un alcance de 250 metros. 12 sensores ultrasónicos han sido actualizados y sirven para complementar el sistema. La detección de objetos cobra mayor alcance y se incluyen los blandos y los duros. Para finalizar, hay un radar frontal con una longitud de onda redundante que no pierde eficacia ni con la lluvia, ni con la niebla ni con el coche que pueda tener delante.

Las especificaciones técnicas son las siguientes: las cámaras laterales que apuntan hacia atrás tienen un alcance de 100m; la cámara delantera amplia, 60m; la delantera principal, 150m; la lateral estrecha, 250m; la de visión trasera, 50m; las laterales que apuntan hacia delante, 80m. La ultrasónica tiene una distancia máxima de 8m y el radar 160m.

Todo esto no sirve de nada si el coche no puede procesar tantos datos rápidamente. Por eso, Tesla ha actualizado su sistema primitivo y ahora el software de procesamiento de visión, sonar y radar opera de una manera más eficiente. Desde Tesla, se asegura que el proceso es 40 veces mayor que con el sistema anterior.

¿Qué podemos hacer con todo esto? ¿Podemos ya poner los pies en el volante y tomarnos una caña? No vayamos tan deprisa. El piloto automático permite que el vehículo gire, acelere y frene automáticamente dentro del carril. Está pensado para auxiliar al conductor en las partes del trayecto más cansadas, pero tienen que ser también fáciles. Esto quiere decir dos cosas: 1.- No se trata de una conducción autónoma total. 2.- Prácticamente, solo se puede usar en autopistas. El conductor tiene que tener las manos siempre en el volante y, en algún momento, el coche puede pedir que aprietes el volante para demostrar que estás atento.

También tiene la función de sugerir cambios de carril y ajustar la conducción para no quedar atrapado detrás de coches lentos o camiones. La última capacidad es la de dirigir el coche hacia cruces de carretera y salidas según marque la ruta del GPS.

Te recomendamos leer: "¿Qué es el Proyecto Trinity de Volkswagen? 4 claves para entenderlo"

¿Es el futuro de la conducción?

Ahora que ya hemos visto su funcionamiento, podemos hacer una serie de valoraciones. Tesla es una compañía que tiene la virtud de ir siempre por delante en tecnología puntera o, como mínimo, en cuestiones de publicidad. Elon Musk quiere ser el primero en conseguir la conducción autónoma total y no parará hasta conseguirlo. Y su primer logro es poner el nombre de Autopilot a un sistema que, con todo lo que hemos visto, es un sistema de ayuda de nivel 2, como el que equipan marcas como Ford, Volvo o KIA.

Varios analistas y expertos en Tesla, consideran que incluso un sistema de ayuda como el de Ford es mejor que el de Tesla, porque permite más fácilmente hacer los cambios de carril. En tesla, tomar el control del volante para hacer esta maniobra es difícil y, si vas desactivando y activando el piloto, el sonido que emite la centralita se hace muy molesto. Es como si la marca americana no quisiera que tomaras el control del vehículo.

Pero entonces, ¿el nombre escogido es correcto? Para algunos y, sobre todo, para las autoridades reguladoras, el nombre se presta a engaño. Tesla nunca ha evitado decir que no puede ofrecer de momento la conducción autónoma total y así consta en su página web. Pero volvemos a lo dicho antes: son punteros en cuestiones de publicidad. El principal logro del Autopilot no son sus capacidades (similares o iguales a otras marcas), sino que ha puesto el tema sobre la mesa. Y esto implica llamar la atención de los inversiones. Este es el objetivo: captar talento y dinero para seguir progresando. Elon Musk es el mejor especialista en crear terremotos.

Mientras miraba pruebas de conducción con Teslas en Youtube, había un patrón común en la actitud de los probadores: su ilusión por ir con este sistema. Simplemente, estás pagando un plus por la emoción y no es algo malo. La gente quiere sentirse partícipe de una revolución que no será precisamente rápida. Si se consigue llegar a no tener que conducir, será gracias a estas audacias de Musk.

Problemas y dificultades del Autopilot de Tesla

En un futuro, el conductor pondrá la dirección de llegada en el GPS y el coche ya hará su trabajo. Los sistemas electrónicos son mucho más fiables que los humanos. No se saltan los límites de velocidad, no se duermen al volante, no hacen adelantamientos peligrosos. En este sentido, es evidente que un piloto automático avanzado podría reducir la tasa de accidentes en gran medida. No obstante, hay tres situaciones que dificultan su implementación total:

Accidentes evitables: hay situaciones que un humano puede llegar a procesar con mejor criterio que un piloto automático. Por ejemplo, el coche de delante frena de golpe y la mejor opción es hacer un cambio rápido de carril, porque, si frenas, el de detrás va a chocar contra ti. Cuando haya más de una opción para evitar el accidente, no es seguro que el coche tome la mejor (no es como el ajedrez, que la máquina nunca falla).
Accidentes no evitables: si un jabalí atraviesa la calzada a gran velocidad y provoca la colisión, es una situación que nos puede pasar a todos y no tenemos la culpa de nada. Pero con el Autopilot, este accidente se convertirá en noticia mundial y saldrán tertulianos de debajo de las piedras para “reabrir” el debate sobre si es un sistema seguro o no. De nada sirven las estadísticas de siniestralidad si el miedo y la inseguridad se expande entre los usuarios.
Factor humano: en una ciudad concurrida, es difícil anticipar y protegerse de las actitudes de los otros conductores. El Autopilot estará capacitado para circular, pero no para conducir en ambientes agresivos y difíciles. Pienso en la Gran Vía madrileña o en el Carrer Aragó de Barcelona, en las cuales los sistemas de ayuda a la conducción no sirven para nada. Solo sirve tener la cabeza bien fría y saber gestionar la relación con los demás vehículos.
Te recomendamos leer: "Los 5 tipos de conducción autónoma (y sus características)"

El accidente de abril de 2021: ¿qué pasó?

El 20 de abril de 2021 el mundo del motor se levantaba con un suceso muy extraño: un Tesla Model S había sufrido un accidente contra un árbol en el que sus 2 ocupantes murieron. El conductor no murió porque la investigación determinó que nadie ocupaba el asiento del conductor. Parecía que el Autopilot estaba activado y todas las alarmas se encendieron.

Elon Musk salió a desmentir cualquier acusación en su canal de comunicación preferido, Twitter. Dijo que el Autopilot no estaba activado en ese momento y que sin nadie en el asiento del conductor jamás se podría activar.

El 23 de abril del mismo año, una de las coartadas de Musk se desmontó, ya que desde Consumer Reports se demostró que era posible activar el piloto automático sin necesidad de conductor. Simplemente, se activaba el Autopilot, se reducía la velocidad casi a cero, y con un peso ligado al volante y atando el cinturón de seguridad, la persona que estaba en el asiento del conductor podía cambiar de asiento. Los comentarios a la demostración en Youtube eran mayoritariamente a favor de Tesla, argumentando que nadie sería tan idiota como para hacer eso. El accidente sigue sin estar resuelto.

Y esta es la conclusión del artículo. La implementación de una futura conducción autónoma, que seguramente estará liderada por Musk (si no se va a Marte a vivir), depende mucho de los estados de ánimo de los consumidores. Un accidente con Autopilot puede polarizar tanto a la gente, que se vuelve muy difícil saber la verdad de lo acaecido. Y, si los clientes se espantan, no olvidemos que también se espantan los inversores.