Los tiempos cambian, y por ende las tendencias y necesidades de los conductores también. Como diría algún que otro erudito de la vida: la vida nunca acaba porque el reto se renueva. Una frase que se puede aplicar perfectamente a los coches y a la industria de la automoción. El mercado es así y esa cara que tiene parece que nunca va a cambiar, y bien lo sabe nuestro protagonista de las próximas líneas.
Se trata del Volkswagen Touareg Facelift, la actualización de la tercera generación del SUV más grande de la marca de Wolfsburgo. En 2018 apareció la más reciente de ellas, por lo que hará un lustro desde que llegó a nuestras vidas y traerá novedades que pueden dar un plus a la experiencia de los usuarios. Si quieres conocer lo que va a ofrecer en los años venideros, te animamos a que sigas leyendo.
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Análisis del Volkswagen Touareg Facelift en 5 claves
Una vez que hemos puesto en contexto al Volkswagen Touareg Facelift y las circunstancias en las que irrumpe, es el momento adecuado para poner la lupa en los 5 puntos clave en los que solemos incidir a la hora de hacer nuestras reseñas: diseño exterior, estructura mecánica, equipamiento interno, precio y una comparación con un coche al que se pueda considerar su rival en el mercado. Al lío.
1. Diseño exterior
Las imágenes que se han podido contemplar acerca del Volkswagen Touareg Facelift dejan claro que su diseño va a presentar una imagen más moderna, en consonancia con lo que el conglomerado alemán ha lanzado al mercado en los últimos tiempos. En esa búsqueda de la modernidad hay que hablar de la prominencia que ganan los proyectores de sus faros gracias a los anillos LED que “hereda” del Tiguan, su hermano pequeño.
Esto implica que los diodos de la base de los faros serán historia, lo que se traduce en una apuesta por una firma luminosa nueva. El paragolpes delantero también se verá afectado por la renovación, de forma que se va a dotar de nuevas líneas en las tomas de aire, que parecen ganar tamaño con un discreto arco en su zona superior. La parrilla, a tenor del palpable camuflaje a través de las imágenes difundidas, parece que se va encoger ligeramente, con sus esquinas inferiores sin poder extenderse debajo de los faros
La zaga se contagia también de esa dosis de modernidad extra, aunque en menor medida, y es que sus novedades están limitadas a una gráfica de las funciones de iluminación de sus pilotos. La carrocería contará con más opciones de colores, así como nuevos diseños para las llantas de aleación de las ruedas, lo cual parece afectar al acabado deportivo R-Line.
Lo que no parece que vaya a cambiar es el aspecto robusto que siempre le ha definido, con sus 4.88 metros de longitud, 1.98 metros de ancho y 1.72 metros de alto. No obstante, habrá que ver si, como el de 2018, es más ligero. Ello se debía a que casi la mitad de su carrocería está hecha con aluminio, mismo material presente en el tren de rodaje. Sin lugar a dudas, el peso será una de las grandes incógnitas.
2. Estructura mecánica
En el aspecto mecánico, las variantes alimentadas con diésel se verán beneficiadas por la electrificación a partir de 2023, de forma que adoptarán la tecnología MHEV (mild-hybrid) con 48 voltios, lo que se traducirá en una mayor eficiencia y un menor consumo de combustible.
Las PHEV o híbridas enchufables también van a someterse a cambios, los cuales afectarán principalmente a la capacidad de la batería, que verá crecer su autonomía y su potencial en modo eléctrico. El propósito no es otro que regatear la nueva reglamentación para este tipo de coches en Alemania, que dejará de dar ayudas a los usuarios que se decantan por ellos. En España disfrutarán de la etiqueta Cero de la Dirección General de Tráfico (DGT) dado que pueden circular en modo eléctrico durante 47 kilómetros.
Las que no parecen propensas al cambio son las unidades de combustión de gasolina, que en su caso se trata de un propulsor V6 TSI de 340 CV de potencia, 450 Nm de par motor máximo y una capacidad para pasar de 0 a 100 kilómetros por hora en 5.9 segundos. De todas formas, también se puede escoger un V6 TDI disponible tanto con 231 como con 286 CV.
Su red eléctrica puede acoger sistemas complejos como las suspensiones neumáticas, la barra estabilizadora activa y el eje trasero direccional, el cual ayuda y mucho a la hora de acometer maniobras en espacios pequeños. Esto juega un papel importante a la hora de ofrecer una experiencia de conducción atractiva al usuario.
3. Equipamiento interno
Como no podía ser de otra forma, el habitáculo será un gran foco en las novedades que se vienen en el Volkswagen Touareg Facelift, aunque tampoco se puede hablar de revolución. Entre las carencias que se pretenden resolver figura el cuadro de instrumentos Innovision; la pantalla de la consola central que ofrece las funcionalidades del sistema de infoentretenimiento, de manera que se quiere hacer más intuitiva su interfaz; y asistentes a la conducción nuevos que aporten mayor precisión y alternativas para la comodidad.
Habrá que ver hacia dónde se dirige el cuadro de instrumentos digital que en 2018 contenía 12 pulgadas, así como la pantalla táctil TFT de 15” del sistema multimedia. El volumen de su maletero es otro misterio, por lo que se desconoce si volverá a ganar capacidad como en su predecesor, cuando pasó de 697 a 810 litros con el asiento posterior levantado. Es de suponer que ese repertorio tecnológico será más accesible, porque de serie la instrumentación era analógica en su predecesor y el sistema de infoentretenimiento bastante básico.
No parece tanto secreto que los tres niveles de equipamiento que ofrecía se van a mantener: Pure, Atmosphere, Elegance y el citado anteriormente R-Line. El primero de ellos empleaba el cuero en la tapicería de sus asientos; el segundo estaba copado, en gran medida, por materiales como la madera y tonos naturales; el tercero, en cambio, apostaba por el metal y colores afines a él; mientras que el carácter deportivo lo aporta el último de ellos, que a su vez es el más equipado en este sentido.
4. Precio
Dado que no saldrá al mercado hasta, por lo menos, la primera mitad del año 2023, el precio del Volkswagen Touareg Facelift tampoco se conoce. No obstante, la referencia la marca su progenitor, que partía de los 67.450 € excluyendo ofertas y promociones, mientras que el R-Line acechaba los 100.000 € en el otro extremo de la oferta. Viendo lo que hemos contado, puede ser que su tasación de base aumente por ese plus tecnológico que va a recibir.
5. Rival en el mercado
Una vez que hemos contado todo lo que se sabe del Volkswagen Tiguan Facelift, es el momento de contrastar, en la medida de lo posible, sus prestaciones con las de otro de sus homólogos y rivales en el mercado. Para esta vez, hemos escogido al BMW X5.
BMW X5
El gran SUV de la marca bávara va por su cuarta generación, por lo que en 2023 nuestro protagonista igualará su ciclo de vida y, quizá, su desarrollo en ese sentido. No obstante, esta salió al mercado poco después que la última del Touareg. El BMW X5 presume de versatilidad para desenvolverse en cualquier tipo de terreno. Tiene en común con el de Wolfsburgo el aspecto imponente de su carrocería.
La parrilla es un elemento que marca claras diferencias entre ambos: el BMW apuesta por el “doble riñón” mientras que el Volkswagen hace lo propio con una morfología horizontal más habitual de ver en los vehículos de hoy en día. Sin embargo, si nos vamos al aspecto mecánico, podemos ver que carece de tan solo cuenta con una variante híbrida enchufable, aunque también es cierto que goza de mayor autonomía en modo eléctrico con más de 80 kilómetros. El resto son de combustión, de gasolina y diésel con potencias comprendidas entre los 231 y los 530 CV de potencia.
Sus ayudas a la conducción parecen más completas a priori, dado que incorpora en su mayoría las principales que ofrecen los coches que salen al mercado últimamente. No obstante, cuando se sepa con exactitud las del Volkswagen Touareg Facelift se podrá llevar a cabo una comparación más correcta. Entre ellas está el asistente de parada de emergencia, el cual detecta si el conductor no puede seguir conduciendo por una urgencia médica, de forma que es capaz de detener el coche en su propio carril o en el arcén, conectar los intermitentes y llamar al teléfono de emergencia.
La conducción semiautónoma también es otra de sus cualidades, de forma que el X5 puede manejar por sí solo la dirección, el freno y el acelerador en determinadas circunstancias, como puede ser una situación de tráfico congestionado. Por ello, no es de extrañar que su precio base y máximo sea mayor que el del modelo de Wolfsburgo, de manera que supera los 70.000 € de entrada y los 100.000 € de tope de gama, aunque todo parece indicar que se va a equilibrar con la actualización del Touareg.
