Los 6 tipos de luces del coche: ¿cuándo encender cada una de ellas?

La interpretación de las luces del coche es el lenguaje más directo que existe entre conductores. Conocer qué luces existen y cuándo debemos hacer uso de ellas se convierte en un conocimiento vital para circular.

Tipos luces coche

Ver y ser vistos. Este es el concepto principal que debemos entender cuando hablamos de luces o alumbrado. Las luces de nuestro coche tienen dos funciones: la primera es facilitarnos la visión durante la marcha (cómo conductores) y la segunda es que nos vean.

Estas dos simples razones son las que explican que en nuestros coches, lleguemos a diferenciar hasta seis tipos de luces diferentes, y no solo eso, sino que al tratarse de un factor protagónico para nuestra seguridad, dichos sistemas de iluminación se están perfeccionando con el paso del tiempo de manera muy funcional e inteligente. Así que, en un vehículo, podemos diferenciar seis tipos de alumbrados diferentes, cada uno con su particular función y características. Y, en relación a la famosa frase de “ver y ser vistos”, podemos agrupar en dos grupos las luces: las de “ver” y las de “ser vistos”.

En consecuencia, uno puede hacerse a la idea de lo importante que es la necesidad de disponer y comprender cada una de las iluminaciones que producen nuestros faros, ya que, al fin y al cabo, es el lenguaje más universal que hay sobre el asfalto entre conductores y peatones.

¿Cuándo debo utilizar cada luz de mi coche?

A cada circunstancia corresponde un tipo de alumbrado. Sin lugar a dudas, disponer de una buena iluminación debe de ser una prioridad de máximo nivel para todos los conductores, por lo que el mantenimiento de los faros debería ser una práctica habitual en todos los propietarios de vehículos. Sin un buen alumbrado, estamos poniendo en grave riesgo la seguridad de todos los usuarios de la vía.

A día de hoy, cada vehículo que se matricula debe incluir una serie de luces para iluminar el camino del conductor. Las luces que están obligados a llevar todos los coches son: las luces de posición, las de cruce, las de carretera y las diurnas (las de día). ¿El objetivo? Cumplir con el lema que hemos repetido una y otra vez en este artículo: ver y ser vistos.

En definitiva, las luces no solo sirven para despejar el camino, sino también para avisar a los demás conductores sobre qué lugar ocupamos en la vía. De ahí, que activar las luces, sea algo más que girar el mando situado en el panel del alumbrado. Por lo que el conductor debe saber sin ningún margen de duda, cómo interpretar cada situación para adecuar la velocidad a la vía y escoger el tipo de alumbrado en función de la situación. Sin más dilación, veamos cuáles son los siete tipos de luces que tienen nuestros coches y cómo se utilizan cada una de ellas.

1. Luces de cruce o cortas

Este tipo de alumbrado se utiliza siempre durante la noche en cualquier tipo de vía y, durante el día, en situaciones con niebla, lluvia, nieve o nubes de polvo o humo. Además, es obligatorio encenderlas cuando pasemos por un túnel, en carriles reversibles y en carriles habilitados para circular en sentido contrario a la marcha.

Es aconsejable (pero no obligatorio) circular con ellas puestas en situaciones de excelente visibilidad durante el día. ¿Por qué? Porque los vehículos se distinguen mejor con las luces de cruce activadas.

Luces cortas

2. Luces de carretera o largas

Más conocidas como “las largas” se emplean solo de noche y cuando la carretera presenta una insuficiente iluminación. El término “insuficiente iluminación” en muchos casos puede ser relativo; por eso, la norma indica que cuando no se lea una matrícula a 10 metros o no se visualice un vehículo oscuro a 50 metros, circulando como mínimo a 40 km/h, se podrá considerar como insuficiente la iluminación que ofrece la carretera.

No obstante, la iluminación que ofrecen las luces de carretera es tan potente, que deslumbran a todo conductor o peatón que pase de frente. Es por eso que deben cambiarse a la luz de cruce siempre que venga otro vehículo de frente (incluso aunque haya una mediana). Y, en relación, está prohibido el uso de las largas dentro del poblado y sólo se puede hacer uso de ellas en autovías y autopistas teniendo en cuenta el deslumbramiento que provocan.

Luces largas

3. Luces antiniebla delanteras y traseras

Por si no lo sabías, las luces antiniebla traseras son las únicas de las dos que están disponibles de serie en cualquier vehículo del mercado. De ahí, que la antiniebla delantera esté únicamente disponible en algunos modelos concretos y cómo equipamiento opcional en aquellos vehículos más premium. A pesar de todo, la antiniebla trasera es obligatoria por ley y según la normativa de circulación, ambos alumbrados están diferenciados: es decir, que no se usan en las mismas condiciones.

A la duda de cuando poner la luz antiniebla trasera (la obligatoria), debemos saber que este alumbrado lo activaremos en condiciones que disminuyan la visibilidad en contextos de: lluvia intensa, niebla espesa, nieve intensa y polvo o humo intenso. Es decir, en condiciones especialmente desfavorables. Respecto a las luces antiniebla delanteras, en el caso de poseerlas, la ley indica que utilizaremos dicho alumbrado en caso de: nieve, niebla, polvo, humo y lluvia intensa.

Las luces antiniebla traseras poseen una mayor intensidad de alumbrado y una menor dispersión de la luz, ya que están diseñadas para que te vean en situaciones donde la visibilidad es reducida. A diferencia de las traseras, las delanteras apuntan más bajo y más cerca, para que podamos ver justo lo que tenemos delante.

No obstante, sucede algo similar a las “largas”, las características lumínicas de ambos alumbrados son deslumbrantes para el resto de usuarios, por lo que se deben usar única y exclusivamente en las situaciones mencionadas anteriormente. Es por ello que llevarlas puestas cuando no toca, puede conllevar una multa de 200 euros, ¡mucho cuidado!

Luces antiniebla

4. Luces de posición

Las luces de posición se consideran como la iluminación básica de cada vehículo: son unas luces que van siempre acompañan a las cortas, las largas y la antiniebla. Su función es la de indicar la posición y la anchura del vehículo. Como hemos dicho, van siempre encendidas con los demás alumbrados, pero cuidado, nunca pueden ir solas, por lo que nunca circules únicamente con las luces de posición ya que no iluminan, sólo indican la situación la posición y el tamaño del coche. En consecuencia, si inmovilizas tu vehículo en la calzada deberás encender las luces de posición para darle visibilidad.

Luces posición

5. Luces de marcha atrás

Este tipo de alumbrado se enciende automáticamente cuando se engrana la marcha atrás. Son dos luces blancas que se encienden para advertir a los demás conductores de la vía que el coche se dispone a circular hacia atrás. Además, favorece al conductor en situaciones de maniobrar ya que ilumina la parte trasera del vehículo favoreciendo la visibilidad en parkings o durante aparcamientos nocturnos.

Luces marcha atrás

6. Luces intermitentes

Se denominan intermitentes o indicadores de dirección las famosas luces naranjas que sirven para indicar a los demás usuarios, la intención que tenemos de cambiar de dirección, de incorporarnos a un carril o de salir del denso flujo de circulación. En relación, los conductores están obligados a utilizar los intermitentes para informar al resto de usuarios, las maniobras que se quieren realizar. Sobre el papel, resulta muy sencillo, pero en la práctica, su mal uso provoca más de una colisión.

Cualquier cambio de dirección o maniobra, como hemos dicho, debe ser señalizado. ¿Pero cómo? Utilizando la regla de seguridad RSM (retrovisor-señal-maniobra). Primero de todo debemos observar el tráfico a través de los retrovisores, si vemos que la acción pensada es viable y respeta las normas de circulación, indicaremos con el intermitente y esperaremos unos segundos para advertir al resto de usuarios sobre nuestra intención de movimiento.

Comprobado que los usuarios respetan tu movimiento y las condiciones de la vía lo permiten, realizaremos la maniobra con decisión y desactivaremos el intermitente una vez hecha la acción. ¿Cómo sabemos que los usuarios respetan nuestro movimiento? Para realizar la maniobra debemos asegurarnos de que la velocidad y la distancia de los vehículos que se acercan permite realizar el cambio de dirección sin peligro. A pesar de todo, si no estás seguro de que los demás usuarios respeten tu maniobra…. ¡No la realices! Sé paciente y mantén los ojos en la vía.

Para terminar, el hecho de mantener activado el intermitente durante la maniobra completa es sobretodo para no distraernos durante el movimiento. Puedes pensar que es una tontería, pero en situaciones de adelantamiento o de salida de una rotonda, es recomendable terminar la acción por completo y una vez incorporado a tu carril, desactivar el intermitente. Así que recuerda, los intermitentes debes usarlos siempre, activarlos con una anticipación adecuada y desactivarlos una vez terminada la maniobra.

Intermitentes
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