¿Vale la pena arreglar la junta de culata? Todo lo que debes saber

Es uno de los elementos más temidos en caso de rotura. Por ello, muchos se preguntan si es conveniente su reparación. Vamos a intentar responder la pregunta de si merece la pena arreglar la junta de culata del coche.

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No es ningún secreto decir que comprar un coche supone una inversión importante que va más allá de la compra, ya que el mantenimiento de sus distintas piezas y componentes requiere asumir otras cuantías económicas a lo largo del tiempo con periodicidad. Entre ellos se encuentra la junta de culata.

La reparación de este elemento es una de las más costosas para el usuario, por ello mucha gente se pregunta acerca de la conveniencia de arreglar los desperfectos que presente. En estas próximas líneas se va a contestar a la pregunta de si vale la pena arreglar la junta de culata de nuestro compañero de cuatro ruedas.

Tras la introducción de rigor, es el momento de meterse de lleno en el tema central de la nueva entrada y dar una explicación precisa y exacta de esa duda tan habitual entre los conductores. Para ello vamos a ir por partes.

¿Qué es la junta de culata?

La junta de culata es la parte de la estructura mecánica de un coche que une el bloque motor, que es el lugar donde se ubican los cilindros, y la culata como tal, que es la tapa del propulsor. Su forma recuerda a una lámina fina, aunque en este caso contiene agujeros y hace posible que el sellado entre ambas partes sea el correcto.

Hay que tener en cuenta que, rodeando a los cilindros, hay una especie de conductos pequeños que facilitan el paso del aceite del motor y el refrigerante, los cuales no deben tocarse en absoluto. Si esto no se cumple, entonces llega la avería y las dudas.

Los materiales que suelen imperar en su composición son, por un lado, el amianto, y el cobre de dos láminas que le refuerzan. No obstante, cada fabricante confía en una fórmula diferente. Las hay de resinas especiales y también de una combinación entre hierro, cobre y amianto, sustancia esta última muy peligrosa para nosotros los seres humanos.

Entre las características importantes que ha de tener figura una resistencia a altas temperaturas y presiones, así como una cierta flexibilidad para asegurar que la zona quede cerrada de manera hermética.

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¿Merece la pena cambiar la junta de culata?

A diferencia de otras piezas y componentes que han protagonizado entradas pasadas, la junta de culata no es algo que haya que cambiar de forma periódica, sino que solamente hay que renovarla cuando está dañada. Por tanto, no hay una cantidad de kilómetros recorridos que fije un punto de partida para estar pensando en una sustituta para ella.

Al igual que muchos otros productos que empleamos en nuestro día a día, este componente se va deteriorando a medida que va pasando el tiempo conforme vamos utilizando, a su vez, nuestro coche. En teoría, la junta de culata debe de soportar la vida útil del vehículo al completo, aunque es un supuesto que no siempre se cumple.

Algunas de las razones que pueden explicar eso se encuentran en los hábitos de conducción del usuario, por lo que si lleva las revoluciones al máximo de sus posibilidades con frecuencia está acelerando notablemente el proceso hasta la rotura final. Eso sí, no es la única mala costumbre que puede dañarla, ya que si se sobrecalienta el motor en una zona resbaladiza por aumentar dichas revoluciones, por poner un ejemplo, también los derroteros van por el mismo camino.

Los fallos en el sistema de refrigeración, como pueden ser los que afectan a la bomba o al radiador, explican que la temperatura del motor suba descontroladamente y, a su vez, que la junta de culata se rompa. En el apartado que ha hablado sobre la composición de este elemento, hemos dicho que ha de ser resistente al calor, por lo que si no lo es puede sufrir una rajada como resultado de una situación de calor extremo.

En cualquier caso, si notas que ocurre cualquiera de los hechos que se detallan a continuación en el seno de tu coche, actúa rápido:

  • El motor se sobrecalienta sin razón aparente que lo explique: en ese caso detén el vehículo lo más pronto posible. La temperatura del motor se puede comprobar en el panel de mandos y en el indicador luminoso que señala la presencia de un problema con dicha temperatura.
  • Gotea aceite o refrigerante del motor.
  • El anticongelante se consume a gran velocidad por el motor: esto puede ser resultado de pérdidas. Para hacer la comprobación pertinente, hay que abrir el capó y garantizar que los niveles estén en el lugar indicado.
  • El refrigerante ha adoptado un color oscuro: eso ocurre cuando se ha mezclado con el aceite.
  • El motor ha perdido potencia y tiene dificultades para arrancar: se traduce en pérdida de estanqueidad o compresión. Esto se explica porque es un elemento que interfiere en el proceso de combustión del motor.
  • Sale por el tubo de escape humo gris o blanco: ocurre porque el refrigerante está metiéndose en los cilindros.
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¿Cuál es el precio de reparación de una junta de culata?

Como se puede deducir de lo dicho hasta ahora, lo más normal es que este problema tenga lugar en coches longevos, a menos que haya un defecto en la fabricación o que la delicadeza brille por su ausencia en la conducción. Por sí sola, la junta de culata no implica una inversión demasiado alta, aunque pueda parecer paradójico. De todas formas, la cuantía exacta depende del modelo y del fabricante otra vez, pero la horquilla suele situarse entre los 30 y los 70 €.

Lo que pasa es que ese precio se dispara completamente porque hay que desmontar el motor completo, una labor muy compleja que han de llevar a cabo los mecánicos con gran experiencia. Y es que ese trabajo les puede llevar unas 12 horas como mínimo. Abrir un motor y volver a cerrarlo es algo que tiene lo suyo, no se hace con frecuencia en los talleres y encima no todos los mecánicos controlan eso.

Por si fuera poco, los daños en la junta pueden haber tenido un efecto dominó sobre la culata, por lo que el problema es aún mayor y el coste económico a asumir se incrementa también. Entonces aparece la necesidad de un proceso conocido como rectificar.

Con todo ello, la reparación de la junta de culata suele irse a un montante ubicado entre los 800 y los 1.500 €, y la hemorragia de la cartera puede ser aún mayor si hay una rajada, puesto que ya estaríamos hablando de más de 2.000 €. Da escalofríos solo de pensarlo.

Por tanto, la respuesta a la pregunta de si vale la pena arreglar la junta de culata tiene matices, que están sujetos inevitablemente a la antigüedad y el valor actual del coche a reparar. Si se trata de un modelo que lleva poco tiempo entre tus manos y en el mercado, su tasación será relativamente alta y será conveniente acometer la reparación. Por el contrario, si es longevo y su cotización en el mercado de segunda mano es pequeña, pues lo mejor es ir a otra cosa en busca de un nuevo coche.

Un consejo para acometer esta reparación es acudir a varios talleres, 3-4 ya estaría bien, para pedir un presupuesto y contrastar lo que pueden ofrecer. La decisión final es preferible que se sujete a la mayor confianza que despierte uno de ellos antes que al dinero a pagar. Porque ya se sabe que lo barato acaba saliendo caro.

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¿Es posible conducir con la junta de culata rota?

Dado que hay ocasiones en las que se localizan los síntomas de una junta de culata defectuosa de manera tardía, se puede decir que sí que es posible conducir un coche con este componente mermado. Eso no quiere decir que haya que pasar este problema por alto en absoluto, ya que como hemos visto el problema se puede agravar afectando a más partes y, por tanto, teniendo que pagar más dinero para su arreglo cuando haya que hacerlo.

¿Qué más soluciones hay a una junta de culata rota?

Si las finanzas del conductor se encuentran en horas bajas, se puede recurrir a soluciones que, temporalmente, pueden sacarle del problema. Por ejemplo, ante una fuga de aceite o de refrigerante se puede emplear un sellador especial o una tapa. Esto es mucho más económico que cambiar la junta como tal, pero solamente es recomendable cuando la situación es leve y la pieza no está excesivamente dañada.

Esto también implica abrir el motor, por supuesto, pero un sellador específicamente elaborado para juntas de culata no va más allá de 20-40 €, por lo que el ahorro es muy grande. Sin embargo, esto no va a solucionar el problema para siempre, e incluso cabe la posibilidad de que no lo haga. Si no se compra otro coche habrá que cambiar la junta tarde o temprano.

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