En la Fórmula 1, de vez en cuando, irrumpen pilotos que desde el primer momento muestran la madera de campeón que tienen. Todos ellos tienen en común haber hecho bueno el dicho de “llegar y besar el santo”, con grandes actuaciones que hicieron que las apariencias de su escasa experiencia en aquel momento engañaran.
En ese grupo se encuentra el monegasco Charles Leclerc, que desde el primer momento sorprendió al Gran Circo con buenos resultados al volante del Alfa Romeo y que ha ido confirmando desde que forma parte de la escudería Ferrari. Como aún queda tiempo hasta que vuelvan a rugir los motores allá por marzo de 2022, es una buena idea analizar con detenimiento la figura de uno de los protagonistas del campeonato y de uno de los llamados a marcar el futuro.
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Biografía de Charles Leclerc
Tras esta introducción, en TopDriverz vamos a hablar de los inicios de Leclerc, cómo se ha ido desarrollando su carrera deportiva hasta el momento y algunos detalles de su vida que a lo mejor no son muy conocidos.
Inicios
Charles Leclerc nació el 16 de octubre del año 1997 en Montecarlo (Mónaco) en el seno de una familia numerosa. Tiene dos hermanos: Arthur (que compite en la F2) y Lorenzo. La pasión por el motor, y en especial por las cuatro ruedas, es algo que se le ha inculcado desde muy pequeño, ya que su padre Hervé también fue piloto en distintos certámenes hasta llegar a la Fórmula 3.
Como detalle, hay que decir que se crió deportivamente junto al tristemente fallecido Jules Bianchi, ya que sus familias son íntimas amigas y, a pesar de que se llevaban ocho años entre ellos, entrenaban en la localidad de Brignoles (Francia) donde residían los Bianchi. Fue precisamente a esa edad, a los ocho, cuando empezó a competir en karting, y la forma de hacerlo fue inmejorable gracias a su victoria en el campeonato PACA de Francia (2005) que revalidó al año siguiente y que reeditó tanto en 2008 como en 2009 como cadete.
Los años venideros supusieron la continuación de esos éxitos, aunque no estuvieron exentos de dificultades: y es que padre e hijo hicieron cuentas y llegaron a la conclusión que, para seguir compitiendo, necesitaban la ayuda de un patrocinador. De no haber sido así, la carrera del pequeño Charles se hubiera visto truncada a sus 12 años por aquel entonces.
Para su suerte, Jules Bianchi le echó un cable al hablar con su manager, que además era propietario de la compañía All Road Management: Nicolas Todt (hijo de Jean). El fin no era otro que tutelara a Leclerc y pusiera el dinero necesario, algo que finalmente hizo tras invertir 250.000 €. La inversión pronto recogió sus primeros frutos con el título de campeón en la Copa Kart Junior de Mónaco de KF3 y el mundial de la especialidad en 2011, lo que fue un gran impulso a su carrera sin lugar a duda.
La cosa no iba a quedar ahí, ya que el curso siguiente se impuso en la WSK Euro Series en la modalidad KF2 con el equipo ART Grand Prix y acabó subcampeón del Europeo de KF2 y del Mundial Sub-18 de karting. El año 2013 fue el último de su etapa a los mandos de un kart, y durante el mismo compitió en el Campeonato de Europa de la categoría KZ y el subcampeonato mundial de esta justo por detrás de un tal Max Verstappen.
Salto a los monoplazas y llegada a Ferrari
Leclerc siempre recordará el 2014 por su debut al volante de un monoplaza. Este tuvo lugar en la Fórmula Renault 2.0 Alpes, y en esta aventura le acompañó el equipo inglés Fortec Motorsports. Su primera toma de contacto con estos coches fue satisfactoria: siete podios, una doble victoria en Monza y subcampeonato por detrás de Nyck De Vries.
Si aquel campeonato del mundo de karting fue importante para el monegasco, no lo fue menos lo ocurrido en 2015, tanto dentro como fuera de los circuitos. Aquella temporada saltó a la Fórmula 3, en la que coincidió con otro rostro conocido en la F1: el inglés George Russell. Se alzó con tres triunfos cosechados en Silverstone, en Hockenheim y en Spa-Francorchamps. Aunque no salió campeón, fue el mejor novato del certamen terminando en cuarta posición final.
Desgraciadamente, el 17 de julio de 2015 falleció Jules Bianchi tras no haberse podido recuperar de las secuelas que le dejó aquel accidente en el Gran Premio de Japón de F1 de 2014. El propio Leclerc ha confesado que la pérdida de su amigo y mentor es algo que nunca ha conseguido superar.
La gran noticia para él vino gracias al buen rendimiento que había mostrado en la pista y la recomendación que los Bianchi habían hecho a Ferrari, lo que hizo que la scuderia accediera a incorporarlo a su Programa de Jóvenes Pilotos como desarrollador de Haas y del Cavallino Rampante. No obstante, tenía que continuar con su etapa formativa y antes de acabar el año hizo unos tests de prueba con los equipos ART Grand Prix y Arden International para competir en las GP3 Series de 2016. Finalmente, se comprometió con el primero de ellos y la noticia se anunció en el mes de febrero.
Los años 2016 y 2017 vinieron acompañados de éxitos: primero con el campeonato de GP3 ya mencionado y después con el de la Fórmula 2, antesala de la categoría reina del automovilismo. En la GP3 se impuso a Alex Albon con 25 puntos de diferencia tras sumar tres victorias y cinco podios, mientras que en la F2 alcanzó siete victorias, a lo que se suman dos segundos puestos y un tercero que le hicieron llegar muy preparado al mayor desafío de su vida: la Fórmula 1.
Un mundillo que conoció gracias a su participación con un Haas en los entrenos libres de cuatro GP en Hungría, Alemania, Reino Unido y Brasil de 2016. Sin embargo, tristemente por el camino se marchó su padre con 54 años tras una enfermedad mientras que él corría en la F2. Además, se produjo en la misma semana en la que corría en el Gran Premio de Azerbaiyán sobre el trazado urbano de Bakú, por lo que su triunfo allí fue el mejor homenaje que le pudo rendir.
Por todo ello, vivió un sinfín de cosas en aquella temporada, a lo que hay que sumar su participación en los entrenamientos libres de los Grandes Premios de Estados Unidos, Malasia, México y Brasil nuevamente, aunque con un Sauber (después Alfa Romeo). Su camino se iba a unir al de la escudería suiza cuando se hizo oficial que correría con ellos la temporada 2018, la de su debut en el campeonato más prestigioso del automovilismo.
Llegada a la Fórmula 1
Fue Alfa Romeo Sauber quien le dio la oportunidad a Leclerc de aparecer por el Gran Circo. Dado que los monoplazas de la escudería no vivían momentos de gloria precisamente, los comienzos se presuponían difíciles para Charles. A su lado tuvo de compañero al sueco Marcus Ericsson, que ya contaba con un bagaje de varios cursos en el campeonato.
Y así fue su inicio como piloto oficial en la F1, ya que no logró puntuar las tres primeras citas y tan solo fue capaz de superar a Ericsson en la carrera inaugural de Australia, en la que el escandinavo abandonó y él finalizó en la posición 13. No obstante, el GP de Bakú (qué caprichoso es el destino) le brindó el primer gran subidón con una gran sexta posición en la carrera. Esa inercia positiva se replicó en Montmeló ya que volvió a puntuar, esta vez gracias a su décimo puesto final.
Tras las tres primeras fechas, puntuó en cinco de las seis siguientes carreras, repitiendo la posición de España en Canadá y Francia y con un noveno puesto en Austria. Además de sus grandes actuaciones en carrera, logró meter a su coche en la Q3 varias veces, por lo que la regularidad fue su carta de presentación como rookie. Por si fuera poco, encarriló tres séptimos puestos seguidos en México, Brasil y la última cita de Abu Dabi, lo que le valió la 13º posición en el mundial de pilotos con 39 puntos, muy por encima de su colega sueco.
La culminación de un sueño
Lo cómodo que estaba Sebastian Vettel con Kimi Raikkonen a su lado, que había asimilado a la perfección su rol de escudero, vio su final con el fichaje de Leclerc por Ferrari cuando se anunció el 11 de septiembre de 2018. La meteórica progresión del monegasco en su primer año y el hecho de que se trataba de un piloto de la casa hicieron posible ese movimiento. El intercambio de cromos era claro: Raikkonen a Alfa Romeo y Leclerc de rojo.
Con esto, Leclerc se convirtió en el segundo corredor más joven en disputar una carrera con el equipo más laureado de este deporte tras hacerlo en Australia a sus 21 años y cinco meses tras el mexicano Ricardo Rodríguez, que lo hizo en 1961 cuando ni siquiera había cumplido los 20. Pronto respondió a las expectativas el bueno de Charles, ya que en su segundo GP, en Bahréin, consiguió la primera pole position de su carrera. Sin embargo, un fallo mecánico a pocas vueltas del final le privó de subir a lo más alto del podio y le relegó a la tercera posición final.
Fue un año intenso, con batallas preciosas con Max Verstappen (acordaros de Austria y Silverstone) y Lewis Hamilton (Monza), así como con Vettel, que veía cómo un chaval le estaba eclipsando y le iba a alejar de Maranello más pronto que tarde. No fueron pocas las polémicas entre el alemán y él, como por ejemplo aquella colisión en Brasil entre ambos que les dejó fuera de carrera. Eso sí, nadie le puede quitar sus triunfos en dos trazados ilustres como Monza y Spa, la cual coincidió con el triste y trágico accidente de Anthoine Hubert que él también conocía desde pequeño.
Los dos últimos años tampoco han sido fáciles para él, ya que en 2020, tras las irregularidades en la unidad de potencia detectadas por la FIA en el coche de 2019, los Ferrari bajaron notablemente su rendimiento, lo que ensalza los dos podios que consiguió en Austria y Silverstone. No obstante, 2021 puede haber sido el comienzo de algo bonito para él y Ferrari con el tercer puesto en el mundial de constructores, los cinco podios obtenidos entre Carlos Sainz y él y sus dos poles en Mónaco y Bakú.
Tal es la confianza del equipo en él que le renovaron hasta 2024. Ojalá que, junto a Sainz, siga demostrando el talento que atesora y este se traduzca en muchos éxitos que, por unas cosas o por otras, el destino le ha negado.
