La escudería Mclaren es una de las más grandes en la historia de la Fórmula 1 gracias a sus 8 títulos de constructores y a los 12 de pilotos que figuran en su palmarés. Sin embargo, los de Woking llevan desde 2008 sin saborear las mieles del éxito, tanto como equipo como apoyando a uno de sus corredores oficiales. Por ello, no viene mal echar la vista atrás y repasar parte del legado que tiene en el Gran Circo.
Uno de los que se hizo leyenda gracias al buen hacer de la estructura británica fue Mika Häkkinen, que se proclamó dos veces campeón del mundo de la F1 a finales del siglo pasado antes de que Michael Schumacher empezase a dominar con mano de hierro el campeonato subido a su velocísimo Ferrari. Quizá no se le recuerde con tanta frecuencia y pasión como a otros, pero su palmarés bien merece unas cuantas líneas.
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Biografía de Mika Häkkinen (1968 - actualidad)
Tras haber hecho la pertinente introducción, es el momento de proceder con todo lo que ha aportado al automovilismo Mika Häkkinen, que es mucho, y alguna que otra curiosidad que no sea demasiado conocida sobre su persona. Dicho esto, vamos allá con el finlandés volador.
1. Inicios
Mika Pauli Häkkinen nació el 28 de septiembre del año 1968 en la ciudad de Vantaa (Finlandia), cerca de la capital Helsinki. Creció en el seno de una familia sin mucha relación con el mundo de los deportes de motor, ya que su padre, Harri, se ganaba la vida como operador de taxis y taxista a tiempo parcial, y su madre, Aila, hacía lo propio como secretaria.
A pesar de ello, con cinco añitos ya empezó a correr en el karting gracias al kart que le alquilaron sus padres para que se entretuviese en una pista cercana a su casa. Desde bien pronto demostró un talento y habilidad especial al volante, ya que con siete ya ganó su primera carrera, lo que fue el punto de partida de una sucesión de triunfos por campeonatos regionales y nacionales. De hecho, a partir de cuando cumple diez años, no para de ganar los certámenes a los que se apunta hasta 1986.
Entre ellos figuran los siguientes: Keimola Club Championship (dos veces), Copa de Suecia de Laponia, el campeonato de karts de Finlandia de 85 centímetros cúbicos, el Ronnie Peterson Memorial, la Copa Salpauselka y la Fórmula Nórdica de 100 centímetros cúbicos. Lo único que se le resistió fue el mundial de karting, y es que cuando viajó a Parma (Italia) para disputar la parte final tuvo que retirarse por problemas mecánicos antes de que tuviese lugar la última cita. En ese 1986 abrió horizontes compitiendo en eventos que tenían lugar por el Viejo Continente, los cuales implicaban un mayor coste económico a asumir. Para continuar con su carrera deportiva y costeársela, encontró trabajo con un colega que le reclutó en su taller para reparar bicicletas.
2. El paso a los monoplazas
En 1987, con 19 años de edad, da el salto a los monoplazas, para lo cual comienza compitiendo en la Fórmula Ford 1600 de su Finlandia natal, Noruega y Suecia. Lo cierto es que la transición empezó de manera inmejorable ya que se impuso en los certámenes de los tres países, lo cual le permitió dar otro gran paso: la Opel Lotus Euroseries Championship.
En este campeonato continental se proclama campeón en su edición de 1988 corriendo para el equipo Dragon gracias a cuatro victorias y a un total de 126 puntos en su casillero. El trampolín definitivo hacia la élite lo tuvo en la Fórmula 3 Británica, en el que estuvo durante dos temporadas: 1989 y 1990. En el año de su debut acabó en la séptima posición final de la clasificación y en el siguiente se coronó como el mejor.
Su excelente rendimiento le permitió probar un coche de la Fórmula 1 por primera vez. Se subió a uno de los Benetton que participaban en el Gran Circo, con el que completó un total de 90 vueltas sobre el trazado de Silverstone, algunas más rápidas que las del piloto Alesaandro Nannini, por aquel entonces oficial de la escudería. Sin embargo, y a pesar de que tenía buen feeling con el acelerador y la dirección del monoplaza, no sería ese su primer equipo cuando llegó al campeonato como vamos a ver a continuación.
3. Llegada a la Fórmula 1
El año 1991 en la F1 no solo se recuerda por su capicúa, sino también por el debut de Mikka Häkkinen en el mundial a los mandos de uno de los bólidos del equipo Lotus. Este tuvo lugar en el Gran Premio de los Estados Unidos, que por aquel entonces tenía lugar en el circuito de Phoenix. Se clasificó en la posición 13 de la parrilla de salida, pero acabó retirándose en la vuelta 60 a causa de un problema mecánico en su motor Judd.
Empezó la temporada compartiendo box con Julian Bailey, después lo hizo con Michael Bartels y la acabó con su amigo Johny Herbert, por lo que no fue una temporada fácil para la escudería, a la que llegó con el buen visto de su mánager por aquel entonces, nada más y nada menos que Keke Rosberg, primer campeón finlandés que hubo en el Gran Circo.
No obstante, ya en su tercer Gran Premio fue capaz de conseguir puntos con su quinto puesto en San Marino sobre el trazado de Imola, y además de una forma épica ya que partió en la posición 25 en la parrilla de salida. Sin embargo, no volvió a sumar en el resto de curso, de forma que finalizó en la plaza 16 del campeonato de pilotos. En 1992 continuó corriendo para Lotus y mejoró ostensiblemente sus guarismos y su rendimiento.
El buen hacer de Häkkinen a buen seguro tuvo que ver, por un lado, con el cambio de motor y, por otro, con el hecho de compartir box con un colega como Herbert. Se marchó Judd como proveedor de motores y entró Ford, lo que le llevó hasta la octava posición final con once puntos y a conseguir sus mejores resultados en carrera, con dos sendos cuartos puestos obtenidos en Francia y en Hungría.
Como suele ocurrir, a los grandes no se les escapó sus grandes actuaciones en ese año de confirmación, pero la verdad es que su futuro se resolvió de forma un poco enfarragosa. Se quiso ir a Williams, que era la escudería dominante por aquel entonces, pero se topó con Lotus y tuvo una confrontación contractual y el director, Peter Collins, vetó su fichaje.
Más tarde, trató de irse a Ligier, pero por otra cláusula en su contrato, con la que Keke Rosberg no estaba de acuerdo, se lo impidió. Finalmente, Ron Dennis decidió ficharlo para su escudería Mclaren como piloto probador. A priori, parecía un paso atrás viendo su progresión, pero lo cierto es que se le acabaría abriendo el cielo con su decisión de recalar en el equipo inglés.
4. Mclaren y un sueño conseguido
Lo cierto es que el bueno de Mikka tuvo el difícil reto de convivir con una leyenda al comienzo de su estancia en Woking como lo fue el brasileño Ayrton Senna. El otro era el estadounidense Michael Andretti, quien abandonó la escudería tras el Gran Premio de Italia a falta de tres grandes premios para el final de la temporada 1993.
Esto le permitió debutar con ese coche blanco y rojo, que le dio una alegría y dos decepciones en ese corto periodo de tiempo. Tuvo que abandonar en las carreras de Portugal y Austria, pero consiguió su primer podio entre los mejores cuando acabó en tercera posición el Gran Premio de Japón celebrado en Suzuka. El fichaje de Senna por Williams le permitió gozar de un papel mucho más protagonista.
Con Peugeot como proveedor de motores, continuó sumando podios en ese 1994, concretamente seis: en Imola, Silverstone, Spa Francorchamps, Monza, Estoril y Nürburgring. A pesar de sufrir también varios abandonos, acabó en una gran cuarta posición en la tabla clasificatoria. Al año siguiente, Mercedes entró para proporcionar los motores sin mucho éxito al principio, ya que la cantidad de abandonos que sufrió fue a más.
Por si no fuera suficiente, durante los entrenamientos del Gran Premio de Australia, que por aquel entonces se celebraba en Adelaida, sufrió un aparatoso accidente tras reventar una rueda de su monoplaza que le hizo chocar frontalmente con un muro. Entró en un coma del que, afortunadamente, acabó saliendo tras una traqueotomía que le fue practicada por parte de los médicos del servicio de emergencia.
Aquel hecho le hizo más fuerte y al año siguiente volvió a mostrarse sólido con su coche en 1996. Ya al año siguiente celebró su primer triunfo en el circuito de Jerez, en la última cita de aquel campeonato de 1997, un aviso a navegantes de lo que sus rivales y los aficionados verían en los tiempos venideros, porque en 1998 consiguió el título en la última carrera de Suzuka ante Michael Schumacher, que había remontado desde el fondo de la parrilla hasta la tercera posición antes de ver cómo se le reventó una rueda que decantó la balanza a favor del finlandés.
Reeditó éxito en 1999, aunque esta vez ante Eddie Irvine, quien se echó Ferrari a la espalda tras el grave accidente de Schumacher en Silverstone que le obligó a dejar el campeonato. Eso sí, tuvo que currárselo ya que solo le sacó dos puntos al irlandés. Ferrari le avisó de lo que iba a venir y con su Mclaren ya no volvió a saborear ningún título más, aunque dejó para el recuerdo aquel doble adelantamiento en Spa sobre el doblado Ricardo Zonta y Schumi en el año 2000. Siguió ganando algunas carreras y subiendo al podio, pero la progresiva pérdida de competitividad de su compañero de batallas le empujó a dejar el Gran Circo tras la temporada 2001.
5. La vida después de la F1
Entre 2005 y 2007 se embarcó en el campeonato alemán de turismos precisamente pilotando un Mercedes Clase C, con el que también ganó algunas carreras, pero nunca tuvo cerca el título. Con frecuencia se le ve en el box de Mclaren en las carreras, ya que mantiene una gran relación con el personal del equipo, una relación que se ha alargado en el tiempo también por su papel como embajador de la marca de Whiski Johnny Walker, que patrocinador del equipo durante varios años.
Hay que decir que trabaja con Valtteri Bottas como mánager, así que sigue muy presente en el campeonato. Finalmente, su hijo Hugo también es piloto, por lo que habrá que ver si le vemos en la F1 tarde o temprano.
