Si ver una carrera de la Fórmula 1 cada domingo tiene alicientes, algunos de ellos están relacionados indudablemente con el neerlandés Max Verstappen (1997). Y es que la irrupción de Mad Max entre los pilotos punteros del campeonato ha supuesto un soplo de aire fresco en la época híbrida que está tocando a su fin, con una indiscutible hegemonía del equipo Mercedes desde que esta comenzase en el año 2014.
Por todo ello, así como la posibilidad de que se proclame campeón más pronto que tarde, conviene detenerse un momento para hablar de su figura, sus inicios, los logros históricos que ya ha conseguido tras poco más de un lustro en la categoría reina del automovilismo y alguna que otra curiosidad desconocida para muchos aficionados a este deporte.
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Max Verstappen al detalle: la bio del 33
Tras esta introducción, es el momento de ir contando los detalles más importantes de la vida y la carrera deportiva del piloto insignia de la escudería Red Bull.
Inicios
Max Verstappen nació en el seno de una familia apasionada y dedicada al deporte de motor allá por el año 1997 en la localidad belga de Hasselt, que se encuentra muy cerca del circuito de Spa-Francorchamps. Y es que, aunque pueda parecer extraño, no obtuvo su nacionalidad actual hasta que cumplió la mayoría de edad. De hecho, compitió en muchos certámenes de karting en Bélgica durante muchos años.
Como se acaba de decir, sus orígenes familiares están íntimamente relacionados con la competición: su padre Jos fue también piloto de F1 entre los años 1994 y 2003 y su madre Sophie-Marie Kumpen también compitió sobre cuatro ruedas ya que estuvo mucho tiempo en el karting.
El pequeño Max dio sus primeros pinitos en este mundillo con cuatro años, aunque no empezaría a competir hasta que cumplió los siete. Los éxitos no tardarían demasiado en llegar: en 2007 se proclamó campeón del campeonato holandés Minimax. Dos años más tarde, en 2009, se enroló en las filas del equipo Team Pex Racing, con quien reedita triunfo en la edición flamenca del citado certamen y a ello se le sumó el belga KF5.
A partir de 2010, Verstappen amplía horizontes gracias al equipo CRG, con quien compite en campeonatos europeos y mundiales de karting. Al año siguiente, en 2011, se alzó vencedor de la WSK Euro Series y la WSK Master Series en la categoría de KF2. En los tiempos venideros iba a ir a más su progresión como bien lo demostrarían sus títulos KF y KZ en Europa de 2013, así como el mundial de esta última con tan solo 15 años. Un hecho reseñable teniendo en cuenta que es considerado uno de los campeonatos más importantes en el mundo del karting si no es el que más.
Paso a los monoplazas
A finales de aquel año 2013 ya se subió por primera vez a un monoplaza en el circuito de Pembrey el día 11 de octubre. Desde aquella fecha hasta comienzos de 2014 llevó a cabo una inmensa cantidad de pruebas y tests con el fin de encontrar un asiento para competir en una competición de mayor pedigrí y que le permitiera despegar más pronto que tarde.
Por sus manos pasaron coches de la Fórmula Renault 2.0, pero finalmente consiguió una plaza para competir en la Fórmula 3 europea gracias al equipo Van Amersfoort Racing. Hay quien dice que esa decisión la tomó su padre para quitarle presión, ya que la escudería era también neerlandesa y su popularidad en el país junto a la de su chico iba creciendo. Su temporada fue espectacular puesto que ganó un total de diez carreras y finalizó el curso en tercera posición.
El sueño de la F1 se hace realidad
El mes de agosto de ese 2014 marcó un antes y un después en la vida de Verstappen. Y es que su buen desempeño en la F3 del viejo continente no pasó desapercibido para varios equipos de la Fórmula 1, sobre todo al ver que un chaval de 17 años recién cumplidos estaba arrasando al ganar seis carreras de manera consecutiva. Quien apostó más fuerte por él fue Red Bull, que lo reclutó para su programa de jóvenes pilotos y, unos días después, le anunció como piloto oficial del equipo Toro Rosso para la temporada 2015.
Esos cantos de sirena de la categoría reina del automovilismo no le desconcentran en absoluto, como prueba de ello basta el hecho de que acabó ganando la Fórmula 3 tras certificar el título en el trazado de Zandvoort (Países Bajos) delante de los suyos dominando aquella carrera de principio a fin, ya que lideró todas las vueltas.
Todo fue muy rápido para él en aquellos meses, tanto o más como lo había sido él en la pista, ya que el 3 de octubre se subió a un coche de Fórmula 1 por vez primera durante la primera sesión de los entrenamientos libres del Gran Premio de Japón que se disputó en el circuito de Suzuka. Unos meses más tarde, en marzo de 2015, llegó su debut en la F1 como piloto de pleno derecho.
2015: año histórico
Con 17 años y 166 días, Max Verstappen se convirtió en el debutante más joven en la historia del Gran Circo aquel 15 de marzo de 2015 durante el Gran Premio de Australia que dio el pistoletazo de salida a aquel curso. Un récord que va a permanecer mucho tiempo en su propiedad ya que, posteriormente, cambió la normativa y ya no es legal que corran en la F1 pilotos que no han alcanzado la mayoría de edad. Eso sí, su debut fue agridulce ya que una avería de motor le impidió ver la bandera de cuadros.
Dos semanas más tarde, con motivo del GP de Malasia disputado en Sepang correspondiente a la segunda cita, batió otro récord de precocidad al convertirse en el más joven en puntuar merced a su gran séptima posición, en la que además superó a su compañero de equipo, Carlos Sainz, que finalizó octavo justo detrás de él. Una situación se replicó en la mayor parte del año.
El balance del neerlandés fue muy positivo en su primer curso, ya que sumó un total de 49 puntos acabando en duodécima plaza del campeonato de pilotos. En esa puntuación se incluyen dos cuartos puestos alcanzados en los Grandes Premios de Hungría y Estados Unidos. Eso sí, la miel del éxito no tardaría en llegarle ni mucho menos.
Fichaje por Red Bull para codearse con los grandes
Su 2016 se puede decir que no empezó como acabó, ya que corrió para la escudería de Faenza tan solo las cuatro primeras carreras antes de desembarcar en el equipo principal de Red Bull. Este movimiento fue propiciado por el mejorable rendimiento que había mostrado el ruso Daniil Kyviat, que regresó a Toro Rosso, y la regularidad del neerlandés en un intercambio de cromos llevado a cabo por los mandatarios del equipo de la bebida energética.
Y es que no pudo pedir más en su debut con el equipo “grande” el bueno de Max, ya que se hizo con la victoria en el Gran Premio de España de 2016 que tuvo lugar en Montmeló aprovechando aquella famosa colisión entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg en la primera vuelta cuando compartían equipo en Mercedes. Ese triunfo le valió para convertirse en el vencedor más joven de siempre en una carrera de la F1 con 18 años y 228 días.
Su segundo curso en la F1 se saldó con seis podios más cosechados en Austria, Silverstone, Alemania, Malasia, Japón y Brasil. Esos excelentes resultados le valieron para acabar en quinta posición de pilotos con 204 puntos en su haber, muy cerca de los Ferrari.
El difícil 2017
La agresividad y el carácter impulsivo de su pilotaje le jugaron una mala pasada a lo largo del año 2017, ya que sumó menos puntos que en el curso anterior (168) a pesar de haber corrido el año entero para Red Bull y acabó sexto, por lo que se vio superado por su compañero Daniel Ricciardo, que acabó quinto con 200 unidades.
Entre problemas con los frenos, el turbo y el motor no tuvo suerte, a pesar de que no tardó en subir al podio ya que en la segunda carrera disputada en China lo hizo. No obstante, su sequía de triunfos desapareció gracias a su victoria en Malasia en la recta final de temporada, a la que siguió otra en Méjico. En total subió cuatro veces a un escalón del podio.
Una mejoría palpable
Al año siguiente compartiría equipo por última vez con Ricciardo, quien se marcharía finalmente a Renault tras vivir un vía crucis similar al de Max el curso previo. El neerlandés asumió el liderazgo en el equipo de forma natural durante la segunda parte del curso, no sin tensión mediante, como aquella colisión en Bakú con el australiano que echó por tierra las opciones de la escudería austríaca.
El GP de Austria fue un punto de inflexión con el triunfo que cosechó delante de los fans de Red Bull, a la que volvió en Méjico. El bagaje final fue una cuarta posición, 248 puntos y once podios que superaron los registros de sus años previos. Además, le valió para batir al Mercedes de Valtteri Bottas y quedarse muy cerca de Kimi Raikkonen.
Al año siguiente, 2019, fue mejor aún quizá por su mayor temple y sangre fría. Quedará para la retina aquella espectacular batalla contra Charles Leclerc en Austria durante las últimas vueltas tras venir desde atrás hasta alcanzar finalmente al monegasco. Sumó otros dos triunfos y varios podios que le valieron para acabar en tercera plaza con 278 puntos en su casillero.
El primer campeonato con la pandemia del COVID-19 dejó en medio de la nada a Red Bull y a Verstappen, que no podía acercarse a Mercedes ni sentía la amenaza de otro coche por el subcampeonato de constructores con unos Ferrari muy por debajo de su nivel habitual con aquella unidad de potencia modificada para mal por imperativo de la FIA. Tan solo dos triunfos consiguió el neerlandés en Silverstone y en Abu Dhabi, aunque dominando de principio a fin.
2021: el año que puede alcanzar la gloria
El presente curso ya ha mejorado los guarismos de todos los años anteriores con sus 369.5 puntos cosechados en el momento en el que se escriben estas líneas. Podrá decir que luchó hasta el final por el entorchado o que lo consiguió en la última carrera frente a Hamilton. No sin muchos momentos de tensión que ya son parte de la historia de este deporte como las colisiones en Silverstone, Monza y Arabia Saudí. El tiempo dirá muy pronto si es el último campeón de la era híbrida.
