No os penséis que nunca os puede pasar a vosotros. O que solo pasa al volver de fiesta o en viajes largos. Recuerdo la sensación de temor que sentí cuando una conocida, una mujer de mediana edad, con hijos y muy responsable, me explicó que un día, mientras iba al trabajo por la mañana, invadió el carril contrario sin darse cuenta porque se estaba durmiendo al volante.
Por suerte, se despertó justo a tiempo para maniobrar y evitar una colisión. En materia de seguridad, será obligado que demos unos consejos para mantenernos despiertos mientras conducimos. Están en juego nuestras vidas y las de otros.
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Causas y consecuencias de dormirse al volante
En junio de 2020, la DGT publicaba un artículo en su revista que seguro que dejó a más de uno sorprendido: casi el 90% de la población española ha tenido algún que otro problema para dormir durante la pandemia de covid. Entre las causas externas, encontramos factores como el aumento de trastornos de ansiedad o depresión por culpa de la incertidumbre general y, entre las causas internas, podemos contar con problemas como la apnea.
En líneas generales, la apnea del sueño es un trastorno que interrumpe la respiración durante la noche y se producen ronquidos muy fuertes. Si esto nos obliga a interrumpir el sueño, durante el día vamos mucho más cansados. Los más propensos a sufrirla son los hombres, las personas con sobrepeso o los que la padecen por herencia.
Bien, pero cuando termine la pandemia, la gente dormirá mejor. Es una conclusión muy razonable si no fuera porque, antes de la pandemia, estábamos en un 60% de gente que no termina de dormir bien. Y esto afecta gravemente a la conducción, porque, si bien es difícil demostrar que alguien se ha dormido al volante (no tenemos cámaras dentro de los coches, de momento), hay estudios como el de Joaquín Terán, quien fue responsable de la Unidad del Sueño del Complejo Asistencial de Burgos, que afirman que el 30% de accidentes están provocados por el cansancio, la fatiga y el dormirse al volante del conductor. Un caso muy claro es cuando un coche se sale de la carretera sin un motivo claro y sin que llegue a frenar el vehículo.
Y ahora es el momento de ponerse personales, si me lo permitís, porque aquella señora de mediana edad, responsable y con hijos no existe: se trataba simplemente de mi propia historia. Y me he salido del carril unas cuantas veces yendo al trabajo, y como copiloto, he visto en 2 ocasiones como al conductor se le cerraban los ojos y estábamos a punto de colisionar. Por eso, es importante seguir estos 10 consejos. Un 30% de los accidentes es demasiado.

¿Cómo podemos mantenernos despiertos mientras conducimos?
Y, sin más preámbulos, vamos a dar estas indicaciones necesarias para no dormirse al volante.
1. Dormir las horas que tocan
Empezamos con una obviedad, pero ya sabéis que no lo es tanto porque mucha gente no duerme las horas necesarias. En los adultos, se recomienda dormir entre 7 y 8 horas al día, pero queremos aprovechar mucho el día (no es nada malo) y, al día siguiente, nos levantamos cansados. Nuestro consejo es que escuchéis vuestro cuerpo y en vez de ver cuatro capítulos seguidos de Netflix, es mejor dejarlos dos para otro día. Además, llegar fatigados al trabajo empieza un ciclo vicioso: nos fatiga más la faena, queremos hacer más cosas para desconectar, dormimos menos, etc.

2. Ventilar el coche
Bajar las ventanillas nos hace consumir más combustible si vamos por autopista, pero imaginad volver a casa a las 12 de la noche con las ventanillas cerradas y el aire acondicionado: crearemos un espacio de confort que hará que nos empecemos a adormecer. Mal negocio, pues. Cuando estemos ya cansados de conducir o bien bajamos las ventanillas o bien ponemos el aire frío directamente apuntando al conductor. El objetivo es crear un espacio frío que haga mantener la atención del conductor. Evidentemente, si vemos que esto no funciona, tendremos que parar y valorar otras opciones.
3. La hidratación: en todo momento
El conductor tiene que estar bien hidratado en todo momento y, sobre todo, en verano. Es una cuestión bien estudiada: si no proporcionamos líquido a nuestro cuerpo, esto nos puede producir fatiga muscular y dolor de cabeza. Además, si tenemos sed o estamos sudando, estaremos más pensando en refrescarnos que en conducir atentamente. Por tanto, antes de coger el coche y durante el viaje tenemos que ir tomando líquidos.
El agua es el mejor remedio para refrescarnos y las bebidas con cafeína, como el café o los refrescos de cola, son ideales para mantenerse despiertos. Y para nada debemos tomar alcohol, que además de los problemas asociados, causa somnolencia. También se recomienda tener toallitas húmedas a mano para estar frescos.
4. Parar cada 2 horas
En los viajes largos, la excitación por llegar o las prisas nos hacen estar muchas horas en el coche. No obstante, aunque las motivaciones de no parar sean fuertes, debemos tener la cabeza fría y parar más o menos cada 2 horas. Esta parada técnica nos permitirá estirar las piernas y los brazos, podremos recuperar la atención y podremos hidratarnos bien y hacer nuestras necesidades. Se trata de romper un poco con la sensación de confort de dentro el coche. Y si se han establecido turnos de conducción con los acompañantes, no hace falta esperar más de 2 horas para hacer el cambio.
5. No tomar comidas copiosas
Venga, que todos, después de una buena comida o cena, tenemos unas ganas inmensas de hacer una cabezadita. Esto no es porque sí: los carbohidratos como el pan, la pasta, el arroz o las patatas contienen triptófano, un aminoácido que favorece el sueño ya que promueve la liberación del neurotransmisor serotonina, implicado en la regulación del sueño y del placer.
Esta serotonina también es la precursora de una hormona llamada melatonina, que sirve para regular el ciclo de sueño y vigilia. Y los azúcares también nos hacen adormecer, así que es mejor evitar estos alimentos antes de conducir o esperar unas horas antes de coger el coche si no queremos dejar de disfrutar de una buena comida. Por otro lado, nos podemos reservar un trozo de fruta o unos chicles porque ir masticando durante la conducción nos permite mantener la atención.

6. El CD o la radio, imprescindibles
No tengas miedo de cantar a pleno pulmón las canciones del último álbum de Dua Lipa, aunque tus hijos se mueran de vergüenza ajena. De hecho, lo harás por su seguridad. Subir el volumen de la radio o de tu selección musical (CD, pen drive, móvil) nos subirá la adrenalina y nos generará picos de euforia que no permitirán que tu cerebro se desconecte. Sobre todo, tenemos que evitar sonidos monótonos, es decir, tertulias políticas o música clásica. Para despertarse, lo mejor es música comercial, y, ¡a cantar a tope!
7. Búscate un copiloto
Para ir al trabajo, podemos buscar compañeros que viven en nuestra zona para compartir el coche y turnarnos los días de conducción. Ya sabemos que nos puede tocar el compañero brasas, pero habrá días en que podremos relajarnos en el coche al ir y al volver. En viajes largos, se recomienda que haya dos conductores como mínimo, que pueden ser la pareja o los amigos.
Siempre nos da miedo dejar conducir nuestro coche a otra persona por si nos lo raya o estampa, pero, en este caso, las ventajas de la coconducción son mucho mayores que los daños que nos pueda ocasionar (si tienen el carné quiere decir que pueden llevar un coche sin incidentes).
8. Planificar los trayectos
Debemos planificar bien nuestra ruta antes de iniciar nada. Deberemos saber cuántas horas estaremos en la carretera y no plantearnos trayectos extremadamente largos (no vale hacer 12 horas en un día). Tendremos que calcular las paradas y, sobre todo, no podemos conducir en las horas en las que habitualmente dormimos porque nuestro cuerpo ya desconecta y se comporta como si estuviera en la cama. Para ir al trabajo, es mejor buscar cómo evitar atascos porque el cóctel estrés-cansancio puede ser peligroso.
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9. Hacer una buena siesta, ¿por qué no?
Si estamos extremadamente cansados antes de coger el vehículo o durante el viaje, no es malo plantearse parar una media horita y dormir un poco. Aunque vayamos con prisas por llegar, esta siestecita nos dará las fuerzas necesarias para continuar nuestro camino. Además, estaremos de más buen humor y nos cansaremos menos en la represa. Tenemos que pensar que si forzamos mucho nuestro cuerpo, quizá terminemos en una cuneta.
10. Sin prisa
Y, por último, nuestra recomendación es que escuchemos bien nuestro cuerpo. Todos, a partir de los 18 años, sabemos cuando nuestros ojos se van a cerrar y nos vamos a adormecer. No intentemos ser mejores que nuestro propio cuerpo. Si tenemos que parar, aunque sea a 20km de nuestro destino, paramos, nos tomamos un refresco y proseguimos.
No aceleremos de más cuando peor estemos. Un truco que también nos irá bien es ir cambiando el asiento de postura para que el cuerpo no se vaya acomodando. Con estos consejos y cantando las canciones de Dua Lipa, conseguiremos reducir la tasa de accidentes causados por el cansancio y la fatiga.
