Coches con GNC (Gas Natural Comprimido): ¿una moda o el futuro?

El gas natural comprimido o GNC se ha convertido en una alternativa viable a la gasolina y el diésel, pero, ¿tendrá recorrido? En este artículo analizaremos si se trata del futuro o de una moda pasajera.

Coches con GNC

Vamos camino a la electrificación total del parque automóvil. No nos queda otra alternativa y algunas marcas ya se arriesgan a poner fecha para poner fin a la fabricación de coches de gasolina y diésel. Pero sabemos que una cosa es lo que quieran creer o vendernos los grandes fabricantes y otra, lo que realmente puedan hacer con los recursos actuales y con la recepción por parte de los consumidores. Mientras tanto, han surgido alternativas de transición como los híbridos o los GNC. Los híbridos todo el mundo los conoce, pero, en cambio, los GNC son menos conocidos y es necesario analizar su implantación.

¿Qué es el GNC? Todo lo que hay que saber

El GNC, Gas Natural Comprimido, es un combustible formado principalmente por gas metano y es una de las principales alternativas al petróleo. En sus inicios se utilizaba para la calefacción doméstica, pero actualmente ya lo asociamos con el uso del coche, ya que tiene unas prestaciones similares a la gasolina y al gasoil, pero actúa de forma más eficiente gracias a su composición química (CH4).

Desde el punto de vista económico, nos sale mucho más barato que los otros combustibles convencionales. Se calcula que se puede llegar a un 40% de ahorro respecto a sus competidores. El repostaje de por sí ya es más barato que en los otros, sí, y además en muchos países, sobre todo, en la Unión Europea, está subvencionado.

Y llegamos al punto más importante por culpa de la emergencia climática. ¿El GNC resulta un combustible limpio? Pues algunos estudios han llegado a calcular hasta un 30% menos de emisiones de CO2, un 65% menos de CO (monóxido de carbono) y un 90% menos de óxidos nitrosos (NOx). Además, no genera azufre, tan perjudicial para la salud de las personas, ni otras partículas que emiten los coches de gasolina/gasoil. Finalmente, la contaminación acústica también es reducida porque el motor funciona de forma suave.

Gas natural comprimido

No todo es tan ideal

Un hecho que no hemos comentado arriba es que la distribución a las gasolineras se hace de forma segura y a través de la red de gas, con lo que nos ahorramos los camiones de suministro. Con esta carta de presentación, parecería una fuente de energía perfecta hasta llegar a los eléctricos. Resulta, pero, que existen algunas desventajas que debemos tener en cuenta.

La primera y la más importante es que la mayoría de gasolineras no se ha sumado al carro del GNC. No es su culpa, sin embargo. Si la gente no compra coches con GNC, las gasolineras no ponen surtidores; y si las gasolineras no ponen surtidores, la gente no compra coches. Es un círculo vicioso que termina en el momento en que las administraciones ponen mano en el asunto. Pero no nos adelantemos: la cuestión está en que para los viajes largos, te puedes quedar sin combustible si no planeas bien la ruta.

E incluso en el día a día, si no tienes una gasolinera cerca, no te va a resultar rentable la inversión. Para solucionar este problema, ya desde el principio los coches con GNC van equipados con un motor y un depósito de gasolina. No te vas a quedar tirado, pero la autonomía del motor de gasolina es pequeña y pierdes espacio de carga.

Por otro lado, el precio medio de un coche de GNC es más alto que el de un coche de gasolina. Es cierto que vas a terminar por amortizar la inversión más o menos tarde porque ahorras dinero en el repostaje, pero no todo el mundo puede permitirse un sobreprecio en la compra de un vehículo.

El tercer problema es que no puedes saltarte una revisión mecánica porque el gas es más corrosivo que la gasolina y debemos hacer un mantenimiento muy acurado para no dañar el motor. Al final, si haces las cosas bien, el coche te puede durar lo mismo que uno convencional.

GNC

La implementación mundial está siendo irregular

Podemos dividir los países que más han apostado por el GNC en 2 grupos: los países de la Unión Europea y las economías emergentes. La implementación depende de muchos factores como la preocupación por el medio ambiente, la disponibilidad de los recursos o la necesidad de tener un combustible barato. En el caso de la UE, ha pesado más la necesidad de reducir las emisiones de CO2 y otros contaminantes. Se ha subvencionado la compra de los vehículos y el repostaje de gas. También se ofrecen otros incentivos fiscales y etiquetas medioambientales para poder circular por las grandes ciudades. Italia y Alemania llevan la delantera en este tipo de vehículos.

Por el otro lado, países como Argentina han estado liderando el desarrollo de tecnologías GNC con una gran red de gasolineras con surtidores de gas. Turquía ha seguido una estela similar de reconversión, pero apostando por el GLP. A efectos prácticos, han conseguido lo mismo: una menor dependencia del petróleo.

¿Puedo transformar mi coche a GNC?

¡Por supuesto que sí! De hecho, transformar un coche de gasolina a GNC no es demasiado complicado. Que la inyección sea directa o indirecta es lo que determinará el precio final: el segundo tipo supone un cambio más barato (pero las diferencias tampoco son abismales). En definitiva, ¿de cuánto estamos hablando?

De media, una reconversión de gasolina a GNC nos puede costar entre 1.900 y 3.000€. Recordad que debemos hacerlo en un taller homologado y especializado, que tenemos que pasar la ITV lo antes posible y presentar el nuevo papeleo a la Dirección General de Tráfico del país para que nos actualicen la ficha del vehículo. Los coches diésel también se pueden reconvertir, pero el proceso es muy costoso y casi nadie ha invertido en hacerlo (no sale a cuenta).

Coche gnc

Análisis: ¿es una moda o es el futuro?

Ahora toca desvelar la respuesta: el GNC ni es una moda ni es el futuro, por desgracia. No es una moda pasajera porque era una alternativa real y de presente para sustituir a los coches de gasolina y diésel mientras la tecnología eléctrica no se perfeccionase y democratizase. Es decir, que no era un tema de puro esnobismo, sino que teníamos en la mano una mejora importante ecológica y económica.

No obstante, tampoco es el futuro porque el interés que despierta se va apagando. Los híbridos han resultado ser mucho más atractivos para la gente. Y ojo con esto porque lo terminaremos pagando: muchos híbridos contaminan igual que los coches convencionales (sobre todo los microhíbridos, que no dejan de ser un coche de combustión con una pequeña ayuda eléctrica).

El auge del GNC se había producido entre el año 2000 y el 2015. Parecía que muchas administraciones, entre ellas la ya citada Unión Europea, apostaban con firmeza por el gas natural. El mercado vio una oportunidad de negocio y los conductores parecía que, tímidamente, empezaban a confiar en el proyecto. Ejemplos de esto son Italia y Alemania. No obstante, la base del éxito radicaba en que muchos países tuvieran una estrategia conjunta de implementación y no ha sido así. En países como España o Bulgaria, la desinformación por parte de los potenciales clientes sigue siendo, a día de hoy, bastante grande.

Relativamente poca gente estaba suficientemente informada como para tomar la decisión de adquirir un coche con gas. Las noticias relacionadas con el tema han pasado desapercibidas y no se ha notado ningún esfuerzo por parte de algunos gobiernos para fomentar la reconversión del parque. Resultado: aquel círculo vicioso en que nadie invierte en GNC.

GNC futuro

La estocada final al GNC ha sucedido en 2020, con el anuncio de Volkswagen de que no fabricaría más modelos de coches de GNC. El objetivo de la firma alemana es centrarse en sus ambiciosos proyectos de tecnología 100% eléctrica y la transición la harán con coches híbridos que, a nivel global, están siendo muy bien acogidos por los consumidores. Si una marca tan importante ya ha dejado de creer en este combustible, los pocos fabricantes que siguen apostando por él van a retirarse más pronto que tarde.

Y es una lástima porque las ventajas que ofrece un coche de GNC son mucho más grandes que las desventajas, siempre y cuando hubiera un apoyo total de las administraciones. Dar ayudas a las gasolineras para poner un surtidor de gas incrementaría el potencial de este combustible. Contamina, sí, pero contamina mucho menos y hace menos ruido. La contaminación acústica también mata personas y reduce la calidad de vida de los vecinos de las grandes ciudades, pero esta problemática no abre los telediarios.

Por eso, queremos terminar el artículo haciendo un alegato final: si tienes un coche de gasolina y ya estás pensado en el eléctrico que te comprarás en 2030, invierte en reconvertir tu coche en un GNC. No solo ganarás tú, ahorrando dinero, sí que ganaremos todos.

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