Coches de hidrógeno: 5 ventajas y 5 inconvenientes

Los coches de hidrógeno han ido ganando popularidad en el parque automovilístico por sus cero emisiones contaminantes. Pero, ¿todo son ventajas? Exploremos los aspectos positivos y negativos de estos coches.

Coches hidrógeno

Algunos países como Japón tienen muy claro que los vehículos de hidrógeno son el futuro del automovilismo. Por otro lado, en Europa, parece que este tipo de tecnología eco lo tendrá más difícil para instaurarse. Pero, ¿qué ventajas e inconvenientes ofrecen los coches de hidrógeno? En el artículo de hoy vamos a despejar estas incógnitas.

Los coches de hidrógeno se presentan como la otra gran alternativa a los coches de combustión en esta lucha intensa contra la descarbonización del parque automovilístico global. En relación, países asiáticos como Japón apoyan y creen firmemente que el futuro de la automoción pasa por el hidrógeno. En contraposición, el viejo continente europeo apuesta por la electrificación como solución a los motores de combustión, de hecho, si nos fijamos, la tendencia de las grandes marcas europeas deriva claramente hacia los modelos eléctricos.

Pero, en este pulso ecológico, ¿quién gana? Al parecer, el empuje y el interés propuesto por los países asiáticos se está quedando sin fuelle, ya que en los salones más importantes del año, los modelos de pila de combustible (hidrógeno) se pueden contar con los dedos de una mano. A diferencia de los coches eléctricos e híbridos enchufables que a pesar de estar aún en fase de prototipo, tienen una presencia arrolladora en estas citas.

Las ventajas de tener un coche de hidrógeno

Si te decimos que los coches de hidrógeno no tienen ni una de las desventajas que pueden llegar a tener los eléctricos, ¿te lo crees? No necesitan una zona habilitada de carga, tienen más autonomía, las baterías no se ven afectadas por temperaturas extremas y el repostaje es similar en tiempo al de un coche de combustión tradicional. ¿Todo ventajas no? Vamos a verlas.

1. No necesitan enchufarse para recargar su motor eléctrico

Los automóviles de hidrógeno también se conocen como los FCEV (Fuel Cell Electric Vehicle). Este tipo de vehículos obtienen la energía de una pila de combustible que es alimentada por hidrógeno que, al combinarse con oxígeno procedente del aire, genera la energía eléctrica la cual se transfiere al propulsor o batería en la que se almacena.

Sin lugar a dudas, esta es la principal diferencia con los coches eléctricos o híbridos enchufables: no necesitan enchufarse a la corriente eléctrica para recargarse. Es por eso que Japón ve con tan buenos ojos esta tecnología.

Hidrógeno coches

2. No emiten sustancias nocivas y cumplen con los objetivos de la UE

Los coches de hidrógeno solo liberan vapor de agua, por lo que no emiten sustancias nocivas que degraden el medio ambiente. En muchos aspectos funcionan como un coche eléctrico, de hecho, ambos cumplen con los objetivos de reducción de emisiones de la UE. Sin ir más lejos, para el 2030 la UE ha estipulado que los vehículos nuevos deberán emitir un 35% menos de gases contaminantes que en 2021. Para los de hidrógeno, ¿cuál es el problema si lo máximo que liberan es vapor de agua?.

3. Igual de silenciosos que los eléctricos, pero con mayor autonomía

Los coches de hidrógeno comparten con los eléctricos su producción cero en cuanto a contaminantes y que son igual de silenciosos. No obstante, alguna diferencia había que existir: la autonomía. Los vehículos eléctricos ofrecen una media de 300 kilómetros de autonomía tras carga, en cambio, los de hidrógeno pueden alcanzar fácilmente el doble de kilometraje recorrido tras carga.

4. Aguantan más las temperaturas extremas

El calor extremo tiene un efecto negativo directo sobre las baterías de los coches eléctricos: las altas temperaturas deterioran prematuramente las baterías. Son muchos los usuarios que en verano se quejan de que sus baterías no rinden lo esperado a causa de las altas temperaturas (la reacción electroquímica de la batería se acelera y envejece antes). En invierno, estas reacciones en vez de acelerarse se ralentiza reduciéndose así las prestaciones de las baterías.

Si analizamos fríamente la situación de las baterías de los coches eléctricos, durante gran parte del año están condicionadas por las temperaturas del exterior, por lo que el rendimiento de la batería siempre se ve afectado. Eso no sucede con los coches de hidrógeno, los cuales resisten mucho mejor a las temperaturas extremas y, por esta razón, no hay cambios tan evidentes en su autonomía.

Temperatura coche hidrógeno

5. Apenas necesita un par de minutos para repostar

Una de las principales ventajas de los coches de hidrógeno frente a los eléctricos es que con tan solo un par de minutos para repostar ya están listos para seguir la marcha (como los de combustión tradicional).

Como hemos insinuado, una de las principales desventajas de los eléctricos son los largos tiempos de espera para que se recargue la batería, en muchos casos, dependerá de la capacidad eléctrica del punto de carga (no es lo mismo en casa que en un punto de carga habilitado).

Por esta razón, desde TopDriverz pensamos que dar visibilidad al repostaje rápido de este tipo de vehículos, sería una buena herramienta para justificar la implantación de los vehículos de hidrógeno en el parque automovilístico.

Los inconvenientes de tener un coche de hidrógeno

Como hemos visto, los coches de hidrógeno tienen interesantes y singulares ventajas que los diferencian de los demás tipos de tecnologías. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce y este tipo de tecnología eco, cuenta con varios inconvenientes a tener en cuenta. Vamos a ver la cara B de los coches de hidrógeno.

1. La oferta de los FCEV es escasa

A día de hoy tan solo circulan por el mundo unos 11.000 coches de hidrógeno, estando más de la mitad en California por las atractivas bonificaciones fiscales que ofrece por llevar vehículos cero emisiones.

En consecuencia, la oferta es bastante escasa. En españa tan sólo se comercializa el Hyundai Nexo que posee el título de primer automóvil de pila de combustible que se matricula en la península ibérica. Si expandimos fronteras, el abanico que nos encontramos tampoco es para tirar cohetes: en Alemania y Japón se ha empezado a comercializar el Toyota Mirai, mientras que en EE.UU, el Honda Clarity Fuel Cell (también en Japón) y el Mercedes-Benz GLC F-Cell, son de lo más destacado de esta tecnología cero emisiones.

A pesar de todo, cabe destacar que algunas marcas como KIA o BMW pretenden entrar en el hidrógeno con modelos que hagan la competencia a los mencionados a partir de 2025.

Oferta coche hidrógeno

2. Infraestructura deficiente

En lo que a puntos de carga se refiere, los vehículos de hidrógeno están aún más entre la espada y la pared que los coches eléctricos. Si ponemos el ojo en España, tan sólo cuenta con seis hidrogeneras operativas en todo el territorio: Albacete, Huesca, Ciudad Real, Sevilla y Zaragoza.

No obstante, a pesar de que la Asociación Española del Hidrógeno adelantó en 2017 que España contaría con al menos 20 hidrogeneras en 2020. Por desgracia, la pandemia ha provocado que muchas tecnologías emergentes se queden en “stand by” (y la del hidrógeno es un claro ejemplo de ello).

Que los puntos de carga de la pila se puedan contar con cuentagotas es preocupante y alarmante para el futuro del hidrógeno. Hablando de viajes largos, si los usuarios de coches eléctricos se quejan de la excesiva planificación a causa de los pocos puntos de carga, imaginaros los conductores de coches de hidrógeno con tan sólo seis puntos distribuidos por toda la península.

3. Los coches de hidrógeno FCEV son incluso más caros que los eléctricos

Por si fuera poco, a los graves inconvenientes mencionados, debemos sumarles el elevado precio de salida que tienen en el mercado. A nuestro pesar, los modelos de hidrógeno son aún más caros que los eléctricos.

Siguiendo con los ejemplos mencionados en apartados anteriores, el Hyundai Nexo cuesta como mínimo 69.000 euros en el mercado español. El Toyota Mirai (presente en Alemania) llega a los 79.000 euros y, el Honda Clarity Fuel Cell (presente en Japón y California) tiene un coste de 61.000 euros.

La razón de estos precios es sencilla: su producción es muy costosa. A pesar de todo, los japoneses están dispuestos a perder dinero a cambio de impulsar esta tecnología cero emisiones y de esta manera abrirse paso en el mercado.

Vida útil

4. Los coches de hidrógeno tienden a ser muy grandes y su repostaje es caro

Si quieres un vehículo de hidrógeno del segmento B olvídate. El depósito para almacenar el hidrógeno es muy voluminoso, por lo que a día de hoy, no existen coches compactos propulsados por la tecnología del hidrógeno. A diferencia de los eléctricos que, más o menos, se extienden por todos los segmentos sin problemas.

Además, usar hidrógeno como combustible no es barato. El kilómetro más o menos cuesta lo mismo que el de gasolina, es decir, 1 kilómetro con hidrógeno vale lo mismo que 1 kilómetro de gasolina. Por otro lado, el eléctrico si que reduce el consumo a nivel económico.

5. Una vida útil bastante limitada

Los tanques de hidrógeno, por cuestiones normativas y de seguridad, tienen una vida útil fijada en 15 años. Por otro lado, las pilas de combustible y los depósitos de alta presión de estos automóviles también tienen una vida útil limitada, de hecho, la potencia de la pila se va reduciendo hasta un 15% después de los 225.000 kilómetros en los Hyundai. Sin duda, un ámbito en donde los fabricantes deberán mejorar mucho de cara a un futuro no muy lejano si quieren adentrarse en el mercado con ciertas garantías.

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