Detrás de cada campeón y de cada hazaña, hay una historia de esfuerzo, sacrificio y afán de superación que pocos conocen. La frase de “No pain, no gain” está presente en multitud de ocasiones y de personajes del mundo del deporte que han hecho historia. Una moraleja que se puede emplear como inspiración y motivación a partes iguales.
En el caso del mundo del motor, está personificada en los grandes campeones sobre las dos y las cuatro ruedas. Para esta ocasión, en TopDriverz vamos a poner el foco en la figura de Fabio Quartaro, que escribió en 2021 su nombre en la historia de MotoGP proclamándose campeón de la categoría reina.
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La historia de Quartararo en 6 claves
El piloto de Yamaha ha tenido que currárselo y mucho para llegar donde ha llegado, y es en lo más alto donde quiere mantenerse mucho tiempo. Veamos cómo ha sido su camino hasta aquí.
1. Inicios
Fabio Quartararo nació el 20 de abril de 1999 en la ciudad de Niza (Francia). Como muchos otros, su idilio con las motos empezó bien temprano, ya que con cuatro años de edad se subió por primera vez. Tuvo mucho que ver el hecho de que su padre, Etienne, fuera campeón de su país en la categoría de 125 centímetros cúbicos. En sus primeros pasos también contó con el asesoramiento de Jean-Philipp Henry.
No obstante, lo cierto es que sus orígenes son humildes, y es que su padre se dedica a la cerrajería y su madre, Martine, trabaja como peluquera. Hay quien se preguntará de dónde viene el mote de “El Diablo” con el que se le conoce en el paddock de MotoGP, pero lo cierto es que el origen no es demasiado especial ni extraño.
En su niñez, su progenitor le regaló un casco réplica del que llevaba en su carrera deportiva el italiano Roberto Locatelli, el cual exhibía un dibujo de este personaje sobre su superficie. Ese casco le acompañó en sus primeros años compitiendo y le valió ser conocido, por todos los que le fueron conociendo, con ese apodo que hoy le sigue acompañando. Lo que sí hizo y que no es común en los pilotos es cambiarse de país a una edad tan temprana como es la de siete años, momento en el que se muda a España para continuar con su etapa de formación.
El primer certamen en el que compitió fue la Copa Promovelocidad, organizada por el Real Automóvil Club de Cataluña (RACC) para jóvenes pilotos, y que consiguió ganar con nueve años (2008) en la categoría de 50 centímetros cúbicos, a los diez en 70 cc y al año siguiente corriendo en 80 cc (2011). En aquella época conoció al que sería su mánager y patrocinador, Eduardo Martín, que vio en él un gran potencial tras ir a Montmeló (2010) a una carrera en la que participaba. Tras hablar con sus padres y con el pequeño, acordaron unir sus caminos.
Fue un paso importante dado que Martín le proporcionaba los medios necesarios para que pudiese continuar con su prometedora carrera deportiva. De hecho, se fue a vivir con él y con su familia a la localidad Alfaz del Pi (Alicante). Lo que vendría en su temprana adolescencia fue increíble.
2. El CEV y la antesala al mundial
Con 13 años, se proclama campeón del Campeonato Mediterráneo de Velocidad, el paso previo a las Moto3 que hay en España. Al año siguiente, ya da el paso al Campeonato de España de Velocidad (CEV) que ha sido la cuna de grandes pilotos. En esa etapa tan importante le acompañó el equipo Wild Wolf Racing, estructura creada por su propio mánager y que le proporcionó una Honda para competir.
Lo cierto es que llegó y besó el santo como quien dice, ya que se proclamó campeón del certamen nacional con tan solo 14 años (2013), rompiendo el récord de precocidad que estaba en poder de Aleix Espargaró hasta aquel momento con 15, así como el segundo piloto no español en conseguirlo tras el alemán Stefan Bradl (2007). En aquella temporada coincidió con otros nombres que han pasado por el mundial, como el de Marcos Ramírez, subcampeón y al que batió en la recta final de curso.
Lo normal hubiera sido promocionar ya al mundial de MotoGP, pero no tenía la edad suficiente para hacerlo, ya que la FIM establecía en 16 años la edad mínima para ello. Dicho esto, permaneció en el CEV otro año más para defender su corona. No obstante, cambió de equipo y fichó por el Team Estrella Galicia 0.0 que dirigía Emilio Alzamora. Reeditó título, aunque esta vez con una autoridad mayor que la primera ocasión. Jorge Navarro y María Herrera fueron dos de sus rivales en aquel 2014.
3. Llegada al mundial y cambio de normativa
La Comisión de los Grandes Premios conformada por la empresa organizadora del mundial, Dorna Sports, la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), la Asociación Internacional de Equipos (IRTA) y la Asociación de Fabricantes de Motociclismo de Competición (MSMA) acordaron cambiar la regla que había impedido al propio Quartararo saltar antes al mundial de MotoGP.
Decidieron que el campeón del CEV estaba legitimado para participar en el campeonato al margen de la edad que tuviese en el momento de dar ese salto. Como consecuencia, participa en los tests posteriores a la última carrera de la temporada en Cheste, que se celebraron tan solo dos días después de su último triunfo en el CEV. Bajo el equipo ya citado de Alzamora, hizo su debut en el mundial de Moto3 en el año 2015.
Los resultados que consiguió en su temporada de rookie fueron buenos, con dos podios y segundos puestos conseguidos en los grandes premios de las Américas (Austin, Estados Unidos) y en el de los Países Bajos (Assen). También consiguió sus primeras poles en Montmeló y en el GP de casa, Le Mans. Logros que le valieron para acabar en la décima posición en la tabla clasificatoria con 92 puntos en su haber.
4. Momentos difíciles y promoción a Moto2
En 2016 firma con el equipo Leopard Racing, escuadra en la que pilotó una KTM bajo sus colores azules. Ahí compartió equipo con Joan Mir, campeón de MotoGP en 2020 y uno de sus principales rivales en la categoría reina en los últimos tiempos. El español fue muy superior a él, ya que acabó en quinta posición y fue el mejor novato de la categoría, mientras que el bueno de Fabio no siguió la progresión esperada tras sus buenos comienzos, con tan solo 83 puntos en la posición 13.
Aquí se enfrenta a una serie de cambios que marcan un antes y un después en su trayectoria, ya que rompe con Eduardo Martín y cada vez pasa menos tiempo en su lugar de residencia. Y es que viaja cada vez con más frecuencia a Francia a estar con su familia entre cada Gran Premio. Al final, lo que hizo fue confiar en Eduard Mahé, expiloto de Superbikes, amigo de su familia y que ya había trabajado con otros pilotos franceses en el mundial como Randy De Puniet y Jules Cluzel.
De rebote, subió a la categoría intermedia de Moto2: Sito Pons le confió una de sus motos tras el ascenso de Álex Rins a MotoGP de la mano de Suzuki. Sin embargo, todos esos cambios fuera y dentro del circuito no se tradujeron en resultados en aquel 2017, al margen de un sexto puesto en San Marino y tres séptimos en la cita inaugural de Qatar, en Montmeló y en Malasia. Una discreta 13ª posición y 64 puntos fueron motivos suficientes como para que no confiasen en él y tuviese que buscarse equipo.
En el Speed Up consigue la confianza y los resultados que tanto ansiaba, con su primer triunfo en el mundial conseguido, cómo no, en España, concretamente en el trazado de Montmeló (2018) y un segundo puesto en Assen en la carrera siguiente. Fue más regular, acabó en el top-10 con 138 unidades en su segundo curso en Moto2 y lo mejor estaba por llegar.
5. Aparición fulgurante en MotoGP
A diferencia de lo que es costumbre en los grandes campeones del motociclismo, Quartararo no sobresalió en las categorías más pequeñas antes de hacerlo en MotoGP con los más grandes. Algo realmente sorprendente, como lo fue su ascenso a la categoría reina de la mano del nuevo equipo satélite de Yamaha: el Petronas.
Ese 2019 fue su carta de presentación ante el gran público, con grandes duelos cuerpo a cuerpo ante Marc Márquez que hicieron a los seguidores levantarse de su asiento y del sofá de sus casas. Siete podios logró en su debut entre los elegidos, firmando su mejor curso de siempre con un quinto puesto final y 192 puntos en su haber.
Al año siguiente, el primer mundial de la pandemia, parecía destinado a suceder a Márquez en el palmarés, más si cabe teniendo en cuenta la lesión que se produjo en la primera carrera de Jerez y su victoria en el trazado andaluz. No cumplió para nada con las altísimas expectativas, ya que, a pesar de conseguir sus tres primeras victorias, finalizó octavo, ya que no consiguió ningún otro podio más.
6. Ascenso al equipo oficial y gloria
La marca de los diapasones decidió ese año que era el momento de dar el relevo de Valentino Rossi a los jóvenes, ya que el veterano y nueve veces campeón del mundo no estaba ya para llevarles a la cima. Para ocupar su lugar, confiaron en el buen hacer que Quartararo había exhibido en los últimos tiempos subiéndole al equipo oficial.
Y vaya que si respondió, porque esa moto le venía como anillo al dedo a su pilotaje y lo refrendó con su primera corona. Ganó cinco carreras y tuvo esa regularidad de la que adolecía en tiempos pasados, con otros cinco podios. Fue muy superior al ejército de Ducati comandado por Pecco Bagnaia, a la postre subcampeón.
Nadie duda de que es el líder de Yamaha para los próximos años. Su juventud (23 años) y los resultados que ha conseguido recientemente así lo atestiguan. ¿Hasta dónde llegará “El Diablo”?
