10 consejos para conducir con niebla (de forma segura y sin pasar miedo)

Las inclemencias meteorológicas son un condicionante más a la hora de ponerse al volante. Pueden suceder en cualquier momento y traducirse en escasa visibilidad, así que mira estos tips para conducir con niebla.

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Las condiciones atmosféricas son un aspecto más que influye en el desarrollo de un trayecto que se quiera llevar a cabo a los mandos de un vehículo. Por los efectos que tienen sobre las vías y el entorno en el que se suceden, conviene tomar una serie de precauciones al volante para evitar cualquier situación de peligro que ponga en riesgo la integridad del conductor y los pasajeros.

Entre las posibles inclemencias está la nubosidad, y en TopDriverz vamos a dar una serie de 10 consejos para conducir con niebla exitosamente. El propósito es ayudaros a lidiar con este hipotético escenario cuando la vida os lleve hacia él, siempre presente en ciertas partes del mundo como las de montaña y ocasionalmente en muchas otras.

Aquí los tienes: los 10 tips que te ayudarán bajo la niebla

Una vez hecha la introducción de rigor, es el momento de desgranar cada uno de sus tips de ayuda que os permitirán salir airosos de la adversidad que puede provocar la abundancia de nubes sobre el asfalto en cualquier momento y en varias de sus formas e intensidades. Tomad nota, porque siempre os podrán sacar de un lío.

1. Circular a baja velocidad para tener más tiempo de reacción

Las prisas no son buenas consejeras, menos aún para rehuir de situaciones difíciles y complejas. Dicho esto, es un error pensar en pisar el acelerador para librarse cuanto antes de la niebla ya que el riesgo que implica tiende a dar más riesgos que seguridades. ¿Quién no te dice a ti que detrás de una neblina no haya un coche con el que puedes chocar?

Dicho esto, lo mejor es armarse de paciencia aminorando la velocidad para tener margen de reacción ante un vehículo que pueda aparecer de manera repentina. Son muy frecuentes este tipo de accidentes, así que la mejor forma de solucionarlos es evitarlos.

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2. Aumentar la distancia de seguridad con el automóvil de delante

Derivado del primer consejo por aquí explicado, dar espacio al coche o moto que esté por delante ayudará también a ahorrarnos un disgusto en forma de colisión frente a él. Tener espacio por delante para avanzar aporta una cierta sensación de libertad y comodidad a partes iguales que hace “olvidar”, por un momento, la difícil situación que es conducir bajo la niebla.

Hacer que corra el aire como se dice coloquialmente es otro pequeño detalle que será de gran ayuda a la hora de desenvolvernos en esta tesitura.

3. Usar correctamente las luces

Se tiende a pensar, de manera errónea, que el empleo de las luces largas ayuda y mucho durante un trayecto bajo la niebla. Un pensamiento que dista mucho de la realidad dado que dichas luces largas tienen reflejo en situaciones de nubosidad, lo que implica la creación de una especie de “pantalla luminosa” que impide ver con nitidez la vía.

Con ello, es mejor decantarse por las luces de cruce y de posición. Las antiniebla también son necesarias, pero solamente se pueden emplear en ciertos casos. Las traseras solamente se pueden usar cuando la niebla es muy densa, y cuando decimos muy densa queremos decir que no permite ver nada a una distancia superior a los 200 metros. En atascos están totalmente prohibidas y en situaciones que puedan deslumbrar al resto de usuarios de la vía.

Por contra, las delanteras son opcionales y aquí hay más barra libre para usarlas con una niebla densa en mayor o menor medida, pero hay muchos autos que no las tienen y encenderlas dependerá exclusivamente de la voluntad del conductor.

4. Evitar las maniobras bruscas

El poco agarre que ofrece la carretera en situaciones de niebla hace necesario rehuir de llevar a cabo maniobras bruscas que puedan hacerte perder el control del coche. Por tanto, frenar de forma intermitente y con suavidad es un imperativo en este contexto, porque permite un mejor control del impulso de las ruedas, sobre todo si se da la circunstancia de que hay lo que se llama “hielo negro”.

El hielo negro una capa de hielo prácticamente imperceptible y fina que da una seguridad irreal. Su aparición es producto de unas temperaturas de cero grados o por debajo en el asfalto y el contacto con este de la niebla, de forma que el agua condensada se congela y el pavimento queda totalmente resbaladizo.

No son los únicos beneficios que aporta esta solución, porque al frenar con intermitencia se notifica al resto de conductores de la intención que tenemos de frenar.

5. Proteger a los cristales del empañamiento

La escasa visibilidad habitual en la niebla da una gran responsabilidad a los cristales a la hora de ofrecer una ayuda al conductor. Esta es mayor aún si cabe teniendo en cuenta las bajas temperaturas que emanan de ella y el vaho que puede generar, lo que puede hacer que los cristales se empañen y no se vea absolutamente nada.

Por ello, lo mejor es poner en marcha los limpiaparabrisas, conservar la luna limpia y hacer lo mismo con los sistemas de ventilación o las ventanillas para evitar que se produzca una condensación en el coche.

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6. No detenerse en el arcén

Las averías y demás contratiempos mecánicos no entienden de contextos, por lo que si se sufre un problema de este tipo hay que buscar un lugar de detección más seguro que el arcén. ¿Por qué decimos esto? Porque detenido en este punto, el usuario puede constituir una distracción para el resto de conductores presentes en la vía, o incluso un obstáculo para su avance.

La solución puede estar en parar durante un rato fuera del carril hasta que la niebla dé una tregua lo suficientemente amable como para seguir con el viaje, como también lo es acudir a una vía de servicio o a un área de descanso para hacerlo.

7. Circular siempre por el mismo carril

Como se puede deducir de lo dicho hasta el momento, lo principal a la hora de conducir bajo la niebla es no meterse en líos ni asumir riesgos innecesarios, y aquí entra también la recomendación de ir siempre por el mismo carril de circulación, a ser posible el derecho, de manera que así se evitan maniobras que puedan desestabilizar el automóvil, como también cambios demasiado frecuentes de carril que puedan ser el adelanto de una colisión con un vehículo que no nos ha podido ver o reaccionar.

Otra ventaja que ofrece este hábito es no ser un estorbo u obstáculo para el resto de usuarios que se encuentran en la vía, de forma que el tráfico está más organizado, seguro y controlado.

8. Mantener la concentración en todo momento

Cualquier distracción puede ser definitiva a la hora de provocar un accidente, ya sea en forma de choque con otro vehículo o con un animal que se ha cruzado en nuestra trayectoria en medio de la carretera. Otro factor de riesgo puede ser una maniobra del auto que vaya justo delante y que suponga otra manera de perder la atención de lo que se tiene delante y de lo que se está haciendo.

Cuando la visibilidad escasea, lo mejor es emplear el oído para saber lo que ocurre alrededor con exactitud y, de esta forma, averiguar si hay algún coche o vehículo. Para ello, lo mejor es desactivar los sistemas de audio, que pueden impedir oír los sonidos que emitan.

En definitiva, mantener la concentración ayuda a fijarse mejor en las marcas longitudinales y laterales que estén presentes sobre el asfalto sin tener que forzar la marcha cuando apenas se puede ver algo.

9. Avisar de la situación a tus seres queridos

Informar de lo que está ocurriendo a la gente que te está esperando en casa o en el trabajo evitará que te estén llamando por teléfono continuamente mientras estás conduciendo. Dicho esto, lo mejor es hacerlo antes de emprender el viaje para eludir la molestia que supone tener que atender llamadas cuando se tiene que poner el foco en lo que hay delante y la prisa que te pueden meter.

10. Apoyarse en aplicaciones y recursos de navegación

Disfrutar de la compañía de herramientas digitales que sirvan de guía durante un viaje y que notifiquen de atascos u otras cosas que estén pasando serán un apoyo para ti. De esta forma, podrás anticiparte en la medida de lo posible a los obstáculos que puedan aparecer en tu camino.

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¿Y qué hacer cuando hay lluvia?

Con la lluvia pasa algo muy parecido a la hora de tomar precauciones (conducir con suavidad, evitar charcos como con el hielo negro, encender las luces y del limpiaparabrisas para evitar el vaho…).

No obstante, hay otros tips que difieren a lo visto con la niebla, como rehuir las marcas viales horizontales que están pintadas sobre el asfalto por su menor adherencia cuando llueve, tomar las curvas desde fuera hacia dentro tras aminorar en recto, seguir la estela del vehículo de delante con su zona seca para no perder adherencia, circular a marchas altas durante el mayor tiempo posible para protegerse de posibles derrapes, no pisar el freno cuando hay aquaplaning y sí levantar el pedal del acelerador sin variar la dirección hasta notar que las ruedas vuelven a gozar de adherencia sobre el asfalto.

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