8 elementos que debes revisar para que el frío no deje congelado tu coche

El frío, la nieve y las fuertes lluvias pueden dañar nuestro coche aunque no nos demos cuenta. Y solo hay una manera de evitar que el frío lo castigue en exceso: un buen mantenimiento. Veamos qué elementos deben ser revisados en épocas invernales.

Elementos revisar para que el frío no deje congelado coche

Las bajas temperaturas son uno de los mayores enemigos de los vehículos, sobre todo si se desconoce por falta de mantenimiento el nivel de batería y los niveles de líquidos: aceite, frenos y anticongelante. En relación, es probable que sepas que uno de los consejos que se dan para cuidar nuestro vehículo en invierno es arrancarlo todos los días durante al menos unos minutos a pesar de que no lo vayas a usar para que no se “muera” la batería.

Si tu coche duerme en la calle, debes tener presente que todos los efectos perjudiciales que causa el invierno se verán multiplicados por dos ya que está expuesto 24/7 al frío extremo. De ahí que debas acudir a su “rescate” si ha nevado, ya que cuando más tiempo esté cubierto el coche por una capa de nieve, más expuesto estará a la humedad (uno de sus principales enemigos) y, por lo tanto, el riesgo de sufrir daños estructurales aumentará considerablemente. Uno de los principales temores en invierno es que el coche no arranque, pero tranquilo, que si has pasado la ITV recientemente, seguro que tu coche arrancará a la primera. Pero lo que la mayoría de usuarios no saben es que lo más importante viene una vez con el motor en marcha.

En contextos invernales donde el frío pasa a ser el enemigo número uno, nunca muevas el coche con el motor recién arrancado, debes dejar que el motor se caliente poco a poco (con unos minutos basta). Ya que esto permitirá que el aceite se reparta lubricando todas las zonas del motor. Además, se aconseja mantenerlo en ralentí durante los primeros compases del trayecto (si es posible) y no revolucionarlo en exceso. Una vez en movimiento, es típico del frío que tengas vaho en los cristales, por lo que debes bajar la ventanilla para que se recicle el aire en el interior y la humedad que produce el vaho se vaya reduciendo.

Y cuando decidas encender la calefacción, primero de todo dirige los aireadores hacia el cristal delantero para que no se te empañen los cristales y puedas ver sin problemas durante los primeros minutos. Seguidamente, conecta la luneta térmica para desempañar el cristal posterior y así ver lo que sucede en la zona trasera.

Pero, ¿qué elementos debemos revisar para que el frío no deje congelado nuestro coche?

Debemos entender que los coches no son tanques ni vehículos militares, y por ello, es aconsejable atender a una serie de elementos para que el frío no deje congelado nuestro coche y así evitar posibles averías. Pero, ¿Sabes qué elementos son los principales afectados por las gélidas temperaturas? Habitualmente, tendemos a revisar los amortiguadores, batería, frenos y neumáticos para hacer una rápida puesta a punto de nuestro vehículo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, en invierno, otros elementos pueden verse afectados por el azote de las bajas temperaturas. A continuación, te detallamos los 8 elementos a revisar para tener un vehículo a punto para el invierno.

1. Aceite

El rendimiento del lubricante (aceite) depende en gran parte de su viscosidad. En relación, cuanto más baja es la temperatura exterior y más frío hace, el aceite de motor se vuelve más viscoso. Si esto sucede, el rendimiento del aceite es menor por dicha viscosidad y desarrollará su función con más problemas. Es decir, el motor tardará más tiempo en lubricarse comprometiendo los componentes motores.

El índice de viscosidad del aceite muestra la tolerancia del lubricante al frío. El número indica hasta qué temperatura (en negativo), puede arrancar sin que el motor sufra daños. Los que lucen la letra W de “winter” junto al índice que indique, son los más adecuados para el uso en invierno. Como muestra de ello, dos ejemplos: un aceite de 10W permite un arranque en frío a una temperatura aproximada de -20 grados. Por otro lado, un aceite de 15W permite un arranque sin problemas en temperaturas de hasta -15 grados.

Aceite coche

2. Anticongelante

Como su nombre indica, el líquido anticongelante se añade al agua del circuito de refrigeración (se mezcla), para ayudar al motor a funcionar correctamente en temperaturas de frío extremo sin que el agua pueda llegar a congelarse y dañar piezas claves del motor. Este líquido está compuesto por elementos químicos que reducen el punto de solidificación para que la mezcla se congele a una temperatura más baja que la del agua. Pero, ¡mucho cuidado! Debemos cambiar o reponer de forma periódica el líquido anticongelante, porque el hecho de no hacerlo eleva el riesgo de corrosión y oxidación de las piezas reduciendo la vida útil del motor.

Para elegir un buen anticongelante se deben tener en cuenta 4 puntos claves: el primero de todos es que tenga una buena viscosidad para que el líquido circule con fluidez a través de los conductos, en segundo lugar, que tenga una alta capacidad calórica ya que la temperatura mecánica, alcanza fácilmente los 90 grados; el tercer punto a tener en cuenta es que tenga una baja temperatura de congelación, y por último, comprobar que tenga una alta temperatura de ebullición.

3. Batería

Es importante saber que las baterías, en temperaturas inferiores a 0 grados, comienzan a perder capacidad para suministrar la corriente. Tanto es así, que en contextos de menos diez grados, la potencia de la batería puede verse reducida a la mitad. En consecuencia, debemos revisar con mayor regularidad en invierno el estado de nuestra batería, ya que con la llegada del frío, es fundamental un buen mantenimiento para evitar sorpresas desagradables. Así que mucho ojo con los vehículos 100% eléctricos. La duración de su batería en los contextos más fríos puede verse reducida incluso hasta la mitad. ¿Por qué? Porque aumenta la fricción interna provocada por un mayor espesor del aceite de transmisión.

Batería coche

4. Limpiaparabrisas

No es de extrañar que cuando lleguemos a nuestro coche por la mañana, el parabrisas esté rodeado de una fina capa de escarcha o incluso alguna placa de hielo. Este hecho es un indicativo que nos dice que el agua del depósito del limpiaparabrisas puede haberse congelado si las temperaturas han sido de menos cero grados. En consecuencia, recomendamos el uso de una rasqueta y algún producto anticongelante, para despejar la zona escarchada del parabrisas, cuando la escarcha y el hielo hayan desaparecido por completo (fijándonos si las escobillas no se han pegado al cristal), activa el sistema para comprobar su correcto funcionamiento.

5. Neumáticos

Da igual cuando leas esto, los neumáticos, independientemente del motivo, siempre son uno de los elementos a tener en cuenta cuando las condiciones son adversas. En este caso, el frío hace que los neumáticos pierdan presión, por lo que hay que tenerlos controlados de cerca para evitar percances. Lo más recomendable es montar dos juegos de neumáticos de invierno, pero si no podemos adquirirlos por su elevado precio (son significativamente más caros que los normales), habrá que realizar revisiones periódicas para evitar perder la adherencia al asfalto, ya que someter los neumáticos a un desgaste extra, puede conllevar riesgos en la estabilidad del vehículo.

6. Puertas

No todos los efectos negativos del frío atacan a la mecánica o a los neumáticos de un vehículo, elementos tan simples como las cerraduras o los sellos de las puertas, pueden congelarse o perder elasticidad por las bajas temperaturas. No te preocupes, es algo natural y, sobre todo, en aquellos vehículos que duermen en la calle. Así que prestarles atención y procura mantenerlos en el mejor estado posible, ya que en caso contrario, alguna mañana puede costarte más de la cuenta acceder al interior de tu vehículo.

Puertas coche

7. Frenos

Con el frío, las distancias de frenado aumentan. En consecuencia es conveniente revisar el estado de los frenos, ya que conducir con climatología adversa puede afectar negativamente a la distancia de frenado, por lo que se requiere que estén en perfectas condiciones para el invierno. En general, los frenos entran dentro del triangulo de seguridad: neumáticos, frenos y amortiguadores.

En relación, el mal funcionamiento de cualquiera de ellos puede afectar al rendimiento de los otros. Nuestro consejo es que lleves el vehículo a tu mecánico de confianza para comprobar el estado de estos tres elementos. De esta manera, sabrás si ha llegado el momento de cambiar o reparar algún elemento para afrontar con aplomo y seguridad la época más fría del año.

8. Luces

Por último, el sistema de alumbrado de nuestro coche debe estar en perfecto estado para la llegada del invierno. Principalmente porque las condiciones más adversas se dan en esta época, y además, la luz natural se ve muy reducida. De ahí que te recomendamos verificar el correcto funcionamiento de todas tus luces y el estado de los faros. Y, ¡Mucha atención a los antiniebla! Este tipo de alumbrado es muy utilizado durante los meses de invierno.

Luces coche
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