4 motivos por los que usar neumáticos de segunda mano no es una buena idea

Algunos conductores piensan que una forma de ahorrar en gastos en el mantenimiento del vehículo, puede ser el hecho de conducir con neumáticos usados o de segunda mano. Por desgracia, se ha convertido en una práctica habitual que junto al aumento de la edad media del parque automovilístico, puede ser una mala idea que en cualquier momento puede costarte más de un disgusto.

Neumáticos segunda mano

Con la llegada del frío, muchas marcas de neumáticos premium nos recuerdan que puede ser una mala idea equipar con neumáticos usados nuestro vehículo. Ahora que estamos en la época más fría del año, y con muchos kilómetros recorridas durante el verano debido a que nos hemos visto obligados a utilizar el coche ya que no podíamos viajar a causa de la pandemia.

Por esta razón, puede que sea el momento idóneo para cambiar los neumáticos del vehículo. Pero, ¿cómo sabemos si ha llegado el momento de cambiar los neumáticos? Las marcas premium nos recuerdan que si presentan algún deterioro importante o la profundidad del dibujo es inferior a 1,6 milímetros, es el momento indicado para la sustitución.

Durante la crisis económica que asoló a nuestro país, se expandió la falsa creencia de que usar neumáticos usados o de segunda mano como forma de ahorrar en gastos de mantenimiento, era una alternativa económica viable a instalar neumáticos nuevos. De hecho, un neumático nuevo tiene 6,4 milímetros de surco útiles, de la otra manera, un neumático usado puede tener tan solo 2,4 milímetros de vida útiles.

Pero un neumático no se valora tan solo en función de su dibujo o de su profundidad mínima de surco (1,6 mm). Hay otros factores igual o más importantes que definen el estado de un neumático, como los defectos estructurales en forma de grietas, abolladuras, desgastes irregulares o cristalización de la goma entre otros. De ahí que un neumático usado o de segunda mano sea una auténtica caja de pandora.

En reacción, varias son las campañas sectoriales que tratan de avisar a los conductores de que el uso de neumáticos usados conlleva peligrosos riesgos. La diferencia es abismal, y aunque puedan durar miles de kilómetros sin problemas, la seguridad y las prestaciones no son para nada iguales.

Los particulares son principalmente los usuarios que montan neumáticos usados

Si si, tú. Los datos hablan por sí solos y los particulares son los que en un 95% de las ocasiones, montan neumáticos usados en sus vehículos. A pesar de todo, los conductores que acaban de adquirir un coche nuevo no se la juegan, no obstante, a medida que pasan los años la tasa de conductores que equipan neumáticos usados se multiplica por siete, y pasados los 10 años de antigüedad del coche la tasa puede multiplicarse por doce (casi un 60%).

En otras palabras, a nuestro pesar, cuanto más años tiene el coche, menor mantenimiento se le da y menos apetece gastar en recambios nuevos. Esto es un problema que se multiplica por dos, ya que cuanto más viejo es el coche, las prestaciones mecánicas cada vez sufren más desgaste y sumado a unos neumáticos usados, factores de seguridad como la distancia de frenado o la adherencia al asfalto, pueden verse perjudicados muy gravemente. En definitiva, que a un peligro le sumamos otro.

Hay algunos talleres que directamente se niegan a montar neumáticos usados a los vehículos aunque los clientes se los traigan, pero por desgracia no son la mayoría, y un elevado porcentaje de talleres monta hoy en día neumáticos usados si el cliente se los trae, los advierten pero no se niegan.

Algunos de los falsos argumentos que se dan para justificar el uso de los neumáticos de segunda mano es que se van a usar poco, posiblemente sea la excusa barata más utilizada. Para aquellos conductores que piensan que por los kilómetros que recorren no les sale a cuenta comprar un juego de neumáticos nuevos, decirles que no se trata de los kilómetros recorridos sino de las prestaciones de seguridad que ofrecen en la carretera. Es decir, unos neumáticos usados pueden recorrer aún muchos kilómetros (claro que sí), pero las reacciones en frenadas de emergencia o el aplomo en curvas desde luego que no serán los mismos, y ambos sabemos, que este tipo de factores pueden salvarte la vida.

Además, las diferencias las notaremos tanto en seco como en mojado, es decir, independientemente de la climatología y el estado de la carretera, las carencias que conlleva el uso de neumáticos de segunda mano se hacen palpables.

Argumentos en contra del uso de neumáticos de segunda mano (lo barato sale caro)

Se mire de donde se mire, montar unos neumáticos usados es siempre una mala idea, así que en este caso, no sirve el famoso refrán de “lo barato sale caro”.

Pero, ¿cuáles son los motivos por los que usar neumáticos usados no es una buena opción? Muy a nuestro pesar, la mayoría de usuarios que montan neumáticos son particulares (como tú), así que en el artículo de hoy, creemos que es de extrema importancia exponer las 4 razones por las que no es buena idea equipar tu coche con neumáticos usados.

1. Los neumáticos no son eternamente jóvenes, se deterioran con el paso del tiempo (menor vida útil)

La efectividad de un neumático no depende solo del dibujo ni el nivel de presión. Existen otros factores como el deterioro del caucho que al perder flexibilidad produce el fenómeno de cristalización del neumático.

Este fenómeno sucede cuando el estado del caucho pasa de ser elástico a rígido (cristalizado), ocurre cuando pierde sus cualidades y eso lo convierte en un neumático con notables déficits de agarre y peligroso. Tal proceso no sucede tan solo con el paso del tiempo sino con la exposición a las altas temperaturas y la radiación solar.

Por lo que montar neumáticos usados que han estado en zonas donde el clima es cálido y seco y el vehículo ha estado expuesto constantemente al sol, no es una buena opción si no quieres poner en riesgo la vida de los ocupantes del vehículo.

La cristalización no se aprecia a simple vista, deberás conducir el vehículo para notar un neumático cristalizado, de hecho, rápidamente notarás que la adherencia al asfalto no es la misma que la que ofrecen unos neumáticos nuevos.

La sintomatología del desgaste es apreciable durante la conducción: la distancia de frenado aumenta, el consumo de combustible se ve incrementado, tu vehículo no responde bien al aquaplaning (se va), y se reduce considerablemente el agarre tanto en seco como en mojado en los pasos por curva (pérdida de control).

2. Los neumáticos usados tienen una procedencia desconocida, ¿cómo fueron usados?

Sucede lo mismo que con la compra de un coche de segunda mano, ¿cómo fueron tratados por su anterior propietario? La adquisición e instalación de neumáticos de segunda mano no garantizan que cumplan su función como es debido. Es decir, dependiendo de su estado de conservación y como han sido tratados a lo largo de su vida útil, tendrán una mejor respuesta en carretera.

Con respuesta nos referimos a distancias de frenado, consumo de combustible y agarre tanto en seco como en mojado; ya que como hemos dicho antes, unos neumáticos usados pueden recorrer aún miles de kilómetros, pero, ¿nos sale a cuenta sacrificar algunos factores relacionados con la seguridad tan solo para ahorrar? La respuesta es evidente, no.

Pero si estás cometiendo el error de instalarte neumáticos usados, al menos asegúrate al cien por cien de cómo fueron tratados por el anterior propietario, infórmate de sí sufrieron golpes o bordillazos que afectaron a su estructura interna o si han estado expuestos a condiciones climatológicas extremas, en caso afirmativo, descartarlos.

3. La manera en que se desgastan los neumáticos es independiente según cada vehículo

Otra de las razones por las que no es buena idea instalar neumáticos usados es porque la forma en que se desgasta un neumático difiere en cada vehículo. Salvo de qué hablamos de un mismo modelo de coche, todos los vehículos poseen características distintas y una de ellas es el peso.

Hay que recordar que el encargado de soportar todo el peso del chasis y los componentes de un vehículo son los neumáticos, en relación, cada juego de neumáticos se adapta al peso que recibe, por lo que montar unos neumáticos que proceden de un modelo diferente y unas características (entre otras el peso) distintas, afectará a la estructura de estos aumentando la inestabilidad en carretera y reduciendo el confort en la marcha.

Para entendernos, ¿a que no es la misma sensación ponerte los zapatos de tu hermano y compartir número? Pues bien, salvando las distancias, esto es lo que sucede cuando calzamos unos neumáticos usados a nuestro vehículo, que todo y proceder de un vehículo del mismo segmento, el peso que tienen que aguantar no es el mismo y eso puede afectar a la estructura interna.

4. No existe una regulación que garantice el buen estado de unos neumáticos usados

Un gran hándicap en la comercialización de neumáticos usados es que no existe ninguna normativa vigente que regule la compra venta de neumáticos ni que garantice unos mínimos en que estos deben ser entregados.

Es decir, no existen ningunos parámetros o obligaciones que deban cumplirse por parte del vendedor capaces de asegurar un buen estado del neumático que se va a vender. Por lo que la seguridad depende de cómo han sido tratados anteriormente y de si el vendedor no nos oculta ningún tipo de daño interno grave (si es de fiar o no). En definitiva, es muy difícil saber el estado de la estructura general de los neumáticos usados ya que no existe ninguna regulación que garantice unos mínimos en su comercialización. ¿Dejarás tu seguridad en manos del azar? No te lo recomendamos.

La decisión de arriesgarte está en tus manos

Con las cartas sobre la mesa, es importante que sepas que no es ilegal montar un juego de neumáticos de segunda mano en tu vehículo. Pero al mismo tiempo, es importante que conozcas los peligros que conlleva instalarse unos neumáticos usados (recuerda que no existe ninguna normativa que regule su venta).

En caso que lo hagas, nuestras recomendaciones son que el comprador sea de fiar, que lo conozcas, y que te transmita la suficiente confianza como para montar en tu vehículo sus neumáticos.

En segundo lugar, a pesar de la confianza que tengas con el comprador, infórmate sobre cómo fueron usados: el tipo de conducción que han recibido, si descansaban en parking, y si han sido sometidos a lo largo de su vida útil a una climatología adversa.

Para terminar, te aconsejamos que los lleves a tu taller de confianza para que los analicen para ver si detectan daños estructurales tanto internos como externos (déjalo en manos de los expertos). Y si con todo ello, tus sensaciones durante la conducción no son del todo seguras, no lo dudes, sustituyelos por unos nuevos.

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