¿Cómo pulir los faros de tu coche? 5 pasos para dejarlos relucientes

El tiempo lo envejece todo y ni siquiera los faros se libran del paso del kilometraje. Y es importante cuidarlos ya que la disminución en la efectividad de la iluminación te puede costar una ITV.

Cómo pulir faros coche

Algo muy común que se aprecia a simple vista y que nos advierte que debemos pulir nuestros faros es la niebla que se forma alrededor de cada uno de ellos (traseros y delanteros) debido a la exposición solar, condiciones climatológicas adversas, o incluso la sal marina. Si nos damos cuenta, el coche pasa la mayoría de su vida útil expuesto al clima, los faros están hechos de plástico o policarbonato y tienden a deteriorarse con el tiempo.

Además, es muy fácil de revisar ya que solo has de fijarte en si se forma cierta “neblina” o se amarillentan los faros, te recomendamos que los vayas observando si tu vehículo ya tiene algunos años de recorrido y quieres evitar sorpresas en la ITV por insuficiente iluminación. Recuerda que los faros no solo sirven para iluminar tu camino sino que marcan tu posición en la carretera para que el resto de conductores sean conscientes de nuestra circulación, en relación, la integridad de los faros principalmente otorga una mayor potencia en la iluminación.

Si los faros de tu coche se amarillean o la luminosidad se vuelve opaca, efectivamente, tienes un desgaste del plástico transparente exterior. La diferencia entre unos faros nuevos y unos desgastados es muy evidente en términos de luminosidad, a la vez, la diferencia entre pagar por unos faros nuevos y hacerlo nosotros, es muy grande ya que cambiar los faros es algo que resulta bastante caro para nuestro bolsillo.

Lógicamente lo que verás en el artículo de hoy no van a sanear 100% nuestros faros pero sí que de una manera u otra, mejorarán (y mucho) la iluminación en carretera sin apenas coste alguno. Los efectos del pulido son limitados, por lo tanto, nunca será como cambiar los faros por completo, pero sí que podemos garantizar que será una solución para su mayor eficacia y aspecto en la carretera.

Cuándo y cómo pulir los faros de tu coche: paso a paso

Antes de nada, hemos de comprobar si nuestros faros están desgastados o no, la sintomatología más evidente no es recordar si antes iluminaba más o menos (que también), sinó fijarse en las consecuencias que el tiempo ha causado en ellos. Como hemos dicho, nos fijamos principalmente en si las cubiertas de los faros se cubren con una capa amarillenta o blanquecina parecida a una “neblina” que se va formando a su alrededor (más opacidad), si es así ya tienes los principales indicativos por los que hemos de pulir los faros de nuestros coches y devolverles el efecto de translúcidos (transparente) para permitirles un mejor alumbrado en carretera y cumplan con sus funciones principales.

Otro síntoma que se hace muy evidente es si al pasar el dedo por encima del faro apreciamos cierta rugosidad en la superficie. A continuación te explicaremos de una forma sencilla y sin necesidad de tener grandes conocimientos, los 5 pasos para dejar tus faros relucientes.

1. Comprobar que tenemos todo el material necesario

Si no quieres ir al taller y dejarte mucho más dinero del esperado, te recomendamos que compres o busques por casa los siguientes productos para asegurarnos que tenemos las herramientas necesarias para pulir los faros de nuestros coches:

  • Lijas de grano de 400, 1.000 y 2.000
  • Cinta de carrocero
  • Paño de microfibra (trapo que no deje pelusa)
  • Discos de lana
  • Pulimento líquido con siliconas
  • Agua y jabón
  • Taladro de velocidad variable

También existe la opción de poder comprar en tienda un kit específico que nos vendrá todo el material y unas concretas instrucciones para su uso.

2. Limpiar, pulir y enmascarar bien los faros con el trapo

El primer paso consiste en limpiar la superficie para eliminar los residuos que se hayan podido quedar incrustados (insectos, partículas, suciedad, etc), recuerda que uno de los síntomas para pulir los faros es la rugosidad de la superficie al tacto. Para ello utilizaremos un trapo que no deje pelusa y lo mojaremos en agua y jabón para quitar la suciedad del faro.

Se recomienda repetir este proceso varias veces dado que hay pequeñas partículas que pueden llevar incrustadas mucho tiempo o excrementos de pájaro que son muy difíciles de sacar. Una vez retirada todas las manchas y restos, cuando esté bien limpio procederemos a enmascarar los faros con la cinta de carrocero para proteger todas las superficies colindantes de los efectos de la lija. El objetivo es proteger la superficie de la carrocería que no vamos a tratar.

Limpiar faros

3. Lijar la superficie de los faros

Una vez limpiada y asegurada la zona, el siguiente paso es eliminar la capa más superficial del faro, es decir, quitar esa capa que hace que el faro presente opacidad. Para eliminar la parte desgastada se propone el uso de lijas de distinto grano y según tu instinto, aplicar la más adecuada. Cuanto menor es el número de gran mayor es el grado de aspereza de la lija, por lo que la de 400 es la más agresiva, normalmente las lijas más usadas son las de 1.000 y 2.000.

Una vez determinado el grano procedemos a lijar (pasándola por agua) para eliminar todas las irregularidades y desgastes de la capa, sin excedernos en el uso de la fuerza ya que podemos llegar dañar el faro de manera fatal. Por eso es conveniente ir pasando por agua la lija cada poco tiempo para evitar daños fatales.

Primero hemos de utilizar la más abrasiva (400) en el caso que fuera necesario siempre dependiendo de la opacidad, una vez quitadas las grandes imperfecciones, pasaremos lijas más finas para ir homogeneizando el acabado e igualar el desgaste producido por la lija más abrasiva. Recuerda, cuando más fino sea el grano más delicado será el acabado final.

Si no te fias de tu fuerza o tu maña, puedes usar un taladro con un adaptador para realizar los diferentes lijados, aunque el manejo es un poco más complejo en este caso hay que prestar atención a la velocidad en que rota el taladro y la presión que ejercemos nosotros sobre el faro puesto que pueden producirse también, daños severos. Una vez terminado el lijado la superficie del faro ha de quedar blanca sin brillantes, si no es así repetimos el proceso, siempre has de terminar lijando con la lija menos agresiva (2.000).

4. Pulir los faros

No te asustes si ves que los faros tienen un aspecto peor que al principio, es consecuencia del lijado. Una vez lijados al completo es momento de aplicar la pasta de pulido, pero antes limpia los faros con el paño del paso 2 con agua y jabón y sécalos bien, es muy importante pulir en seco.

Utilizaremos el pulimento líquido con siliconas nombrado en nuestra lista, su uso es relativamente simple. En la taladradora con el adaptador colocaremos el disco de lana (también en la lista) y aplicaremos la pasta de pulido para proceder a pulir con movimientos circulares y mucha delicadeza el faro.

Resaltamos la delicadeza de este paso ya que la pasta de pulido contiene micropartículas muy abrasivas, las cuales se encargaran de dejar en perfecto estado las irregularidades provocadas por el lijado. Verás que poco a poco y con suavidad la superficie del faro irá cobrando la transparencia que deseamos. Si lo hemos hecho correctamente, los faros mostrarán un aspecto casi nuevo.

Pulir faros

5. Limpiar y barnizar (si quieres) la superficie del faro

Cuando estemos convencidos del resultado que acabamos de obtener, es momento de limpiar todo lo que hemos hecho a la superficie del faro, después de todo, hemos lijado y aplicado una pasta abrasiva, pues qué menos que devolver la compostura al faro. Simplemente aplicamos el paño con agua y despejamos la superficie para ver nuestra obra, fíjate sobretodo en la transparencia y pasa el dedo por la superficie para asegurarte de notar un tacto liso.

Si no fuera el caso no te alarmes, puedes volver a repetir el punto 4 de pulido. Recomendamos que antes de dictaminar una valoración, seques el faro después del agua y el jabón. El barnizado no es obligatorio, pero resulta bastante solvente ya que durante el lijado y el pulimiento la capa de barniz ha saltado. El barniz es una protección para el faro y su durabilidad, este se puede obtener en un taller especializado. Si lo compras, es muy importante que dejes un tiempo de secado óptimo y no muevas el coche para que no estropee todos los pasos realizados anteriormente.

Quizás el sellado (barniz) es la aplicación más detallada de todos los pasos vistos, así que en caso de no verte lo suficientemente seguro acude a tu mecánico de confianza o sigue al pie del cañón las instrucciones si te ves capaz. Estos kits de barniz poseen unas instrucciones muy claras de aplicación que facilitarán el aplicado, si no te ves con confianza, repetimos, es mejor que acudas a un mecánico para que realice este paso final.

Barnizar
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